La canasta mecánica

ANTIDEMÓCRATAS --. El domingo pasado, fanáticos de Bolsonaro asaltaron con violencia el Congreso en Brasilia, el Tribunal Supremo y el Palacio Presidencial de Brasil. Exigían que las fuerzas militares derrocaran al electo presidente Luiz Inácio Lula da Silva, desconociendo su triunfo electoral y la derrota de su referente. La turba fue controlada por la policía y las fuerzas militares. Dos años después del asalto de adeptos de Donald Trump al Capitolio, en Washington, la extrema derecha brasileña imita el esquema.

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La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

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Por su parte, Lula recibe apoyo mundial ante los ataques golpistas, el asalto a las instituciones democráticas y surge la posibilidad de actuar judicialmente contra su predecesor. También sostuvo reunión con 23 de las 27 autoridades regionales del Brasil, un gran respaldo a su gestión en medio de la crisis desatada.

Refiriéndose a Jair Bolsonaro, la periodista Carol Pires dice en el Wachington Post: No es sorpresa que, como presidente, haya dejado desmantelado al país, con hambre, cientos de miles de personas muertas por Covid19 y la radicalización política fuera de control.

El asalto de los bolsonaristas se produce una semana después de la investidura de Lula, quien derrotó a Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones en octubre.

En Brasil, imitando a Trump, desde su derrota, Bolsonaro alimentó el descontento de sus seguidores aludiendo fraude electoral y abandonó la presidencia sin reconocer que perdió las elecciones. Igual que hizo Trump.

En Estados Unidos, por su participación en el ataque al Capitolio fueron arrestadas más de 950 personas. Según datos del Departamento de Justicia 192 detenidos recibieron penas de cárcel, en juicios o por acuerdos de culpabilidad.

En cuanto a Donald Trump, el comité del Congreso que investigó los hechos, lo considera el principal responsable del ataque.

En otro paralelo, algunos bolsonaristas intentaron echar la culpa del asalto a las oficinas del gobierno a agitadores externos o partidarios de Lula.

También en Estados Unidos, después del 6 de enero, se publicó en medios de comunicación de derecha los rumores de que activistas antifascistas fueron quienes provocaron el atropello al Capitolio. Pero las investigaciones posteriores demostraron que los principales líderes e instigadores del ataque fueron fanáticos partidarios de Trump.

La BBC publica que los vínculos entre Bolsonaro y el movimiento Trump se evidenciaron en una reunión en noviembre, en el centro vacacional de Trump en Florida, entre el ex presidente norteamericano y el hijo de Jair Bolsonaro. En ese mismo viaje, Eduardo Bolsonaro también habló con Steve Bannon jefe estratega asesor de Trump y con Jason Miller, según informes del Whashington Post y otros medios de comunicación.

Y en Brasil pasó lo mismo que en los Estados Unidos en 2020, los negacionistas electorales bolsonaristas centraron su atención en los mecanismos de votación, intentando arrojar sospechas sobre las máquinas de tabulación electrónica de votos.

José Luis Espert, diputado argentino, conservador, político serio y respetado publica en Twitter: Trump, Bolsonaro...nefastos populistas de derecha antidemocráticos. Los resultados electorales se respetan. La voluntad popular se respeta. Es democracia señores. Nada más...ni nada menos.

carlafabri@abc.com.py

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