Que lea la señora que lava la ropa

Era el fin de los 70 e inicios de los 80 cuando empezaba a circular la Revista. Estaba a cargo de Marilin Parini. Mi marido recién había empezado a trabajar en la administración en el diario. Así fue mi contacto escribiendo comentarios sobre libros.

Martha Rossi en una animada clase con los niños.
Martha Rossi en una animada clase con los niños.

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Al fondo de la Redacción y más allá de las mesas de armado, justo antes del patio, había una pieza oscura, mal ventilada y llena de humo. De allí salían risas, gritos y tecleos, era la Revista Dominical y su anexo el Femenino. En ese ambiente tan periodístico de los 80 entré yo con la inocente intención de escribir comentarios de best sellers que nos prestaba Pablo Burián de El Lector, gratis, claro.

Adentro me encontré con Chacho Talavera, inolvidable; Pepa Kostianovsky, Nila López, María Lis, Osvaldo Salerno, Luis Verón, Jesús Ruiz Nestosa, Ilde Silvero y cientos de personas más interesantes que entraban y salían entre el humo, las cuartillas arrugadas, tiradas por el piso, y el tecleo.

Marilin Parini, siempre elegante, seleccionaba a las chicas que tal vez serían tapa.

Como era habitual en la época, alguien se enteró de que yo sabía escribir y me contrataron. No se me haga la Josefina Plá, me advirtió el Dire. Quiero que la lea la señora que lava la ropa. Obedecí, creo.

Josefina Plá.
Josefina Plá.

Me gustaba hacer notas de investigación y de temas poco usuales, como el oro o las ocultas imágenes del Museo de la Catedral, de las termitas del Palacio...

La reina de las entrevistas era Pepa y ella me alentó en mi primera columna, Tiempo y Espacio, que duró décadas.

Dos entrevistas para mí fueron iniciáticas: una al padre Montero, cuando era director del Cristo Rey, estuve como dos horas y no le conseguí sacar nada; y otra, con Olga Blinder, justo antes de abrir el TEI, que fue un encanto y me conquistó para siempre.

Lo mío es escribir, inventar, comentar. Después vino Paula, un experimento para ver si podíamos hacer una revista parecida a la que hacían los chilenos. Aprendí muchísimo con el tema Paula. Y en adelante, todas las colecciones creativas y los dos suplementos Salud y Casa&Jardín. Pero lo mío siempre fueron las columnas.

La lucha en diagramación, en armado, en corrección, estábamos en esa primera época muy unidos con la parte técnica; las fotos eran importantes y las seguíamos paso a paso, fotógrafos, algunos muy amigos y otros no tanto.

Los dibujos de Carlitos. El dibujo cuando nació Rata. Todos jóvenes y opositores caminando al filo del cierre...

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