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La Revista Dominical de ABC Color tiene un largo y enriquecedor antecedente. El diario estuvo por primera vez con sus lectores el 8 de agosto de 1967. Entonces su mejor contribución al periodismo nacional fue su novedosa tecnología –el offset– que revolucionó el concepto mismo de la prensa en nuestro país. Posibilitó, entre otros adelantos, que el lector disfrutara de imágenes nítidas a todo color que destacan las noticias, reportajes, entrevistas, etc.
Estas posibilidades venían siendo utilizadas en suplementos especiales con motivo de algunos acontecimientos nacionales. Así el caso, entre muchos, de la puesta en marcha de la hidroeléctrica del Acaray en 1968. En su edición del domingo 15 de diciembre del mismo año, ABC Color lanzó un suplemento –con profusión de fotografías a todo color– de la hidroeléctrica Acaray, que fue la base del desarrollo sostenido del país. El Acaray vino a sustituir a la vetusta usina a gasoil que funcionaba en el barrio Sajonia con una capacidad muy limitada.
Igualmente, acompañó otras obras que el diario consideraba de importancia nacional.
También se hizo habitual el suplemento por fin de año que sintetizaba los hechos más trascendentes en el país y el resto del mundo.
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Estos suplementos registran los acontecimientos que fueron noticias y hoy son un verdadero libro de historia. En ellos están el pasado del Paraguay que sustenta, en muchos casos, la actualidad en sus distintos aspectos.
Con este mismo propósito, y cuando ya se llegó a dominar completamente el rubro tecnológico, tuvo su aparición la Revista Dominical que pretendía ser –como pronto lo fue– la identidad del diario.
La actualización de la tecnología, la profesionalización constante del personal en todas las áreas, permitieron que ABC Color contara semanalmente con un órgano adherido al diario con la misma preocupación de tener satisfecho al lector con reportajes, entrevistas, entretenimientos, etc.
Esta Revista, como los primeros suplementos, también cumple con su función de registrar para la historia la vida nacional. Lo que hoy leemos, en el futuro nos parecerá asombroso o insignificante. En todo caso, no serán indiferentes o tal vez nos robe una sonrisa piadosa o comprensiva como hoy lo hacemos con la hidroeléctrica Acaray que fue el portento nacional. Hoy, frente a Itaipú y Yacyretá, parece un juguete, pero que sigue cumpliendo la función que se le ha pedido.
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Es este registro dominical que hace la Revista lo que la convierte, entre otros motivos, en un órgano imprescindible a igual que el diario. Pero entre ambas publicaciones hay diferencias, desde luego. Hay temas que parecieran ser solamente para el diario y otros solamente para la revista. Para este tipo de publicaciones se reservan los días domingos en la certeza de que hay más tiempo para una tranquila lectura, de aquí que los materiales, generalmente, son de información y entretenimiento.
Se cree, erróneamente, que “la gente” ya no es capaz de sentarse a leer un reportaje o una entrevista “porque son muy largos”. Esta idea perniciosa viene de las redes sociales, de personas que no soportan leer dos o tres párrafos.
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La mayoría de lectores siguen siendo aquellos que buscan deleitarse con una buena nota; que le hacen un hueco en sus actividades para leer sobre un tema atractivo, incluso “liviano”, con tal de pasar un buen momento. Esta es la función de una revista dominical que la nuestra lleva adelante animada por los lectores a quienes se debe y a quienes está obligada a servir para que sus domingos sean de total deleite.