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Todo nació allá por el año 2015, cuando la Dra. Mara Cheaib González realizaba su residencia en el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu (Reducto, San Lorenzo) y se acercaba la época de Navidad.
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Hija del músico Guido Cheaib y la Dra. Alba González, siguió los pasos de ambos, y convencida de que la cura del cuerpo no es completa sin la cura del alma, se propuso con su padre llevar serenata a los pequeños pacientes para alegrarles en una época tan emotiva como la navideña.
“Al principio fue algo muy pequeñito. Pero mucha gente se fue sumando después. Siempre desde los residentes”, explica Mara Cheaib en una pausa de la emotiva presentación que incluyó un pesebre cuyo establo fue hecho de globos, alfombra y renos artesanales hechos de ramas.
Todos quieren su foto con María (la residente Dra. Thaís Marendier) y San José (Dr. Marcos Orrego, residente) y el pequeño Jesús (Gastón Orrego, hijo de Marcos). En la personificación del nacimiento, los protagonistas adaptaron batas, cofias y otros enseres médicos para evocar la imagen del pesebre.
Como decía Cheaib, los médicos músicos empezaron tímidamente hasta que con el tiempo se fueron sumando más residentes, doctores y hasta reconocidos artistas. Pese a la pandemia, la tradición no se cortó, pero cobró forma tecnológica cuando grabaron un video y lo distribuyeron vía redes sociales para que les llegue a todos.
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Este año, unos 45 médicos formaron parte de la tradicional serenata de Navidad en el improvisado escenario montado en la sala de espera de Urgencias del Acosta Ñu. Como platea privilegiada tenían a los pequeños pacientes sentados escuchando atentamente, algunos obnubilados de ver a sus doctores haciendo de cantantes. Detrás de ellos, las madres, teléfono en mano, tomando fotos y filmando el inolvidable acontecimiento.
En un extremo del auditorio, una pequeña niña con vincha blanca abría los ojos de par en par mientras protegía su mano derecha en la que tenía adosada una vía que en ese momento estaba protegida y sin sonda, lo que hacía que pueda moverse libremente y aplaudir a sus artistas favoritos.
En el repertorio de los cantantes se destacaron los villancicos Din din don, El tamborilero y Dos trocitos de madera. “Tuvimos un solo ensayo porque la vida de los residentes es bastante complicada”, refiere Cheaib. Eso no impidió que el resultado final fuese óptimo “ensayamos en el horario de almuerzo de algunos y en la posguardia de otros. Hicimos un pequeño sacrificio, pero pudimos ensayar”, agrega.
“Para nosotros, siempre es muy emotivo y muy emocionante. Ya todo el hospital está enterado de esta tradición y desde noviembre ya nos van preguntando qué vamos a presentar y cómo será esa presentación”, dice muy emocionada la Dra. Cheaib.
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“Como esto se expande a las redes sociales, hay muchos artistas que también quieren venir a poner su granito de arena. Solo que como tenemos muy poquito tiempo, entonces, nos redujimos. Hoy vino a tocar el requintista Roscer Díaz y su grupo”, agrega.
El espectáculo no se extiende por mucho tiempo y los médicos están pendientes de sus esquemas de trabajo, ya que diariamente se estima que alrededor de 500 niños, niñas y adolescentes llegan al lugar para recibir atención médica.
En el caso de Cheaib, ella es endocrinóloga pediatra y se encarga de atender los problemas de tiroides, pacientes con diabetes, problemas de crecimiento y retrasos en la pubertad, entre otras cuestiones. Ella es médica de planta y también realiza cirugías.
Convencida de que ella y todo el equipo que pone garra y corazón para cantar a sus pacientitos, la salud del cuerpo tiene que ser complementada con la salud del alma, utilizan la música para llegar a ese objetivo y la mejor paga es la mejora de los pacientes y el aplauso después de la terapia de urgencias del sentimiento navideño.