Fruto del esfuerzo diario

Cada 25 de diciembre, además de la Navidad, los trabajadores canillitas celebran su día. Conozcamos los testimonios de algunos que siendo vendedores de diarios cosecharon importantes logros como personas, profesionales y ciudadanos.

Víctor Pizzurno, en la zona del Shopping del Sol en el año 1981.
Víctor Pizzurno, en la zona del Shopping del Sol en el año 1981.Heber Carballo, ABC Color

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Espíritu de aventura

En agosto del año 1989, Víctor Pizzurno pasó a formar parte del plantel de colaboradores de ABC Color. Ingresó como ordenanza, pasando por los departamentos de compras y servicios, publicidad, tesorería, archivo y finalmente saltó al piso de la redacción, en donde tras unos meses de práctica, integró el staff de periodistas. En 1993 iniciaba su carrera en el suplemento ABC Rural y desde el 2006 es parte del equipo de Economía y Negocios.

Pero la pasión por la información se forjó en él en su infancia, cuando obtuvo su primer empleo, del cual rescata múltiples enseñanzas. Fue canillita por 11 años, desde 1977 hasta 1987. Sus hermanos mayores, Rubén y Javier, ya vendían diarios, entonces él también quiso “aventurarse” y más que nada “quería conversar con la gente y conocer los lugares”, cuenta.

Víctor Pizzurno.
Víctor Pizzurno.

Recuerda que arrancó con la venta de cinco ejemplares por día, que con el tiempo llegaron a 100. Un día que nunca olvidará fue aquél en que perdió la cartera con todo el dinero recaudado de la semana. “Pero una señora que encontró la cartera, buscó mi casa y me entregó la plata, que fue como un milagro”, rememora y extiende las felicitaciones a quienes continúan batallando en este oficio.

Labor noble y honesta

Nicolás Allende.
Nicolás Allende.

Con una casilla en el centro de Encarnación, Nicolás Allende continúa con la venta de diarios, desde hace 30 años, valora enormemente y califica la labor como noble y honesta. Alega que representa su vida.

Oriundo de San Lorenzo, llegó a estudiar turismo en Posadas y, motivado por personas de su entorno en la facultad relacionadas a los kioscos, se volcó también a la venta. Llegó a administrar siete kioscos. Llegó a tener temporalmente la representación de la venta de ejemplares en Posadas, siendo una gran experiencia.

Orgulloso, señala que toda su familia desarrolla esta actividad y que mediante el diario logró que su hijo culminara exitosamente su carrera profesional y entabló muchas amistades. La satisfacción personal que le deja esta profesión es que jamás faltó un plato de arroz en su mesa.

Destaca que el impreso, contra todo pronóstico en esta nueva era de la información, sigue teniendo un gran peso. “Muchas personas siguen siendo fieles a las publicaciones impresas”, dice y añade que para él, el ser canillita va más allá de una cuestión económica, es una pasión, una tradición.

La calle, una gran escuela

Ariel Ortiz Torres.
Ariel Ortiz Torres.

El verbo “recorrer” está más que presente en Ariel Ortiz Torres, quien en su niñez se dedicara a la venta de periódicos en Santaní. En la actualidad, ejerce su profesión de sicólogo en distintas instituciones y, a la par, desde hace varios años lleva buena música a los eventos sociales junto a reconocidos grupos de artistas.

Desde los 7 hasta los 13 años, Ariel fue canillita en compañía de su padre y hermanos, recorrido que para él fue clave en su formación. Entre las tantas anécdotas, recuerda que la comisaría de Santaní era uno de los lugares por el cual tenía que pasar “sí o sí” cada mañana. Allí los policías “le demoraban” un buen rato porque querían leer los titulares de cada diario, sin tener que comprarlos.

El excanillita deja un mensaje a quienes siguen en la venta de diarios: “Trabajar en la calle es una gran escuela. Se aprende muchas cosas positivas y negativas, pero que ambas sirven para diferenciar lo bueno y lo malo”.

Fuente de amistades

Liz Viviana Gómez.
Liz Viviana Gómez.

Para Liz Viviana Gómez la venta de diarios es una importante fuente de ingresos, pero sobre todo, de generar amistades. Desde hace ocho años, la joven se instala cada mañana en su puesto en Ciudad del Este. El diario tiene mucho significado en su vida y para ella, además de ser una gran satisfacción, la clave para entablar amistades con sus clientes es el recibimiento que le otorgan cada día: “Una sonrisa, con trato respetuoso y amable”.

Poco después de la entrevista, una pareja de clientes llegó hasta su puesto y entregó a Liz una canasta navideña como recompensa por su dedicación y muestra de afecto. La joven y su madre encontraron en el rubro de venta de periódicos y remedios refrescantes el sustento de la familia, incluso para cubrir los gastos de tratamiento médico relacionados con problema de tiroides de Liz.

Valorable entrega

Marco Jara, Nicolás Benítez y Pedro Maidana.
Marco Jara, Nicolás Benítez y Pedro Maidana.

Tres canillitas, Marco Jara, Nicolás Benítez y Pedro Maidana, llevan décadas dedicándose a la venta de diarios en Ayolas, Misiones. Los ingresos obtenidos a través del reparto les permitieron sostener sus hogares y sirvieron para que sus hijos puedan estudiar y acceder a un título universitario. Marco, quien hace 20 años comenzó en la actividad, se ubicó estratégicamente para la comercialización frente a los portones de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), también conocido como Puesto 1, lo cual hasta ahora es una experiencia exitosa.

Nicolás ya lleva 40 años y con sus ganancias logró construir una casita para su familia y pagar el estudio a sus tres hijas, una de ellas se recibió de ingeniera industrial, otra de técnica en informática y la última está a punto de recibirse de contadora pública.

Pedro Maidana también completó cuatro décadas y se traslada hasta Ayolas desde San Patricio con Nicolás para recorrer los diferentes barrios. “Haga frío, calor, haya tormenta, llueva, venimos para trabajar”, asegura.

Ejemplo de superación

Claudia Leticia Báez Almirón.
Claudia Leticia Báez Almirón.

Con su entonces chaleco de canillita, la joven Claudia Leticia Báez Almirón recibió en el 2021 su diploma de abogada egresada de la Universidad Nacional de Asunción. Viene de una familia de canillitas y literalmente nació y creció en medio de los periódicos. Su padre y algunos de sus hermanos se dedican hasta hoy a la venta.

Alcanzar un título universitario teniendo un trabajo honesto representa muchísimo para ella y agrega que de la calle rescató muy lindas experiencias: “Aprendí a superar obstáculos y, sobre todo, la importancia del apoyo mutuo”, dijo en una conversación con ABC el año pasado.

El padre de Leticia, Mario Víctor Báez con su hijo Estiben.
El padre de Leticia, Mario Víctor Báez con su hijo Estiben.

Su padre, don Mario Víctor Báez, junto a su otro hijo, Estiben, persisten en la actividad. El primero específicamente tiene vasta experiencia, con más de 47 años de manera ininterrumpida. Emocionado relata que con sus primeras ganancias llegó a construir una casita a su madre, adquirió su propio terreno y logró sacar adelante a sus 15 hijos.

Don Báez cuenta que no logró culminar sus estudios, pero fue gracias al diario que aprendió a leer y adquirir mucho conocimiento en matemáticas y otras áreas, a través de los libros y otras colecciones publicados con los ejemplares.

Mediante esta labor, alcanzó muchas metas personales y familiares y hasta hoy le sigue otorgando grandes satisfacciones. Entre ellos, recuerda que parte de su ganancia diaria la ahorraba y que, tras llenar “varios chanchitos” por varios años, logró comprar un vehículo.

El excanillita que vuelta alto

Roberto Insaurralde Vázquez.
Roberto Insaurralde Vázquez.

Roberto Insaurralde Vázquez es todo un ejemplo de superación, pues de repartir ejemplares en los pasillos de las instalaciones de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP), pasó a formar parte de la institución. Es oriundo de Fulgencio Yegros, departamento de Caazapá, y se desempeñó como canillita desde los 10 hasta los 17 años en la institución.

En medio de esta experiencia, abrazó su interés por la aviación militar. “De esta labor aprendí por sobre todo la responsabilidad”, dijo en una entrevista en 2020. Su esfuerzo y dedicación le valieron gratos desafíos y también llegó a formarse como Piloto Aviador Militar (PAM) en Brasil. Su padre, don Pedro Insaurralde, es hasta hoy canillita en Luque y siente gran admiración y orgullo por su hijo, que sigue escalando.

Disciplina, la gran lección

Doctor Agustín Saldívar.
Doctor Agustín Saldívar.

Agustín Saldívar Orrego es actualmente el director general del Hospital de Trauma, cirujano vascular de este centro y de otros, jefe del departamento de trasplante de órganos del Hospital de Clínicas-Facultad de Ciencias Médicas, se desempeña como docente y más.

Si hay una experiencia que marcó su vida fue la de canillita, tarea que ejerció desde los 11 hasta los 18 años en la zona de Fernando de la Mora. Según relata, la disciplina fue la gran enseñanza que le dio esta labor: “Hay que apostar a los jóvenes, abrirles puertas y darles los medios, las herramientas para que se realicen”.

El profesional en medicina de alta complejidad agrega que en las calles uno rescata la importancia y el valor del trabajo, la puntualidad y que hay resultados y frutos si hay esfuerzo. “Llegué a entregar más de 200 ejemplares por día”, afirma.

La distribución la hacía en bicicleta, hiciera frío, calor o en días de lluvia, y que cuando logró ingresar a la facultad, varios de sus exclientes le obsequiaron libros, lo que significó mucho para él. “Siendo canillita aprendió el valor del compromiso, y especialmente el de estar siempre al servicio de la gente”, rescata.

¡Feliz Navidad y Salud a estos paraguayos de bien y a todos los canillitas en su día!

emilse.rolon@abc.com.py

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