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TatakuaLab se denomina el espacio MuCi, concebido para realizar las primeras actividades de la entidad. El mismo se estrena con una muestra que llega desde el Museo de Ciencias de Londres y promete entretener y educar a personas de todas las edades. La familia entera está invitada a conocer el mundo de las impresiones 3D y el impacto que esta tecnología tiene en nuestras vidas en la actualidad.
Paola Martínez, directora ejecutiva del Proyecto MuCi, explica que esta exposición nace en alianza con el Museo de Ciencias de Londres. Cuenta con un FabLab en el que se podrá experimentar. Se trata de un taller de experimentación pública, comenta y agrega que en él se podrán llevar a cabo proyectos propios en torno a la impresión 3D.
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“Esta muestra habla del mundo de la impresión 3D, que por ahí no es muy conocido a amplio nivel en nuestro país, solo por una comunidad de makers pequeña, emergente pero potente”. El museólogo encargado del montaje de la exposición fue Ricardo Rubiales, de México, quien sostiene que es muy importante mencionar la colaboración con el Science Museum de Londres, que es el museo más longevo de ciencias, el que tiene más proyectos de renovación, el que tiene más proyectos pedagógicos, y el que tiene más proyectos de largo alcance en cuanto a aprendizaje. “Creo que no solo se trata de la metodología, sino de reflexionar sobre la importancia de la ciencia y la tecnología en la vida de las personas”, acota.
La impresión 3D ha marcado el futuro, dice, y da ejemplos como que hay impresiones de este tipo en aviones, piezas de engranaje en represas, como las de Itaipú, que tienen como muestra. Coches, electrodomésticos, elementos varios para la medicina, todo eso y más usa hoy en día esta tecnología. Es interesante que las personas conozcan esta tecnología que no está fuera sino dentro de nuestras vidas, sostiene.
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Tienen piezas construidas en Londres y otras construidas en Paraguay, y a medida que la exposición vaya teniendo visitantes van a ir teniendo en exposición aún más objetos, pertenecientes a quienes se animen a experimentar. En el recorrido se observan desde instrumentos musicales hasta un vestido de la diseñadora compatriota Ilse Jara, así como prótesis para el cuerpo, juegos para niños y hasta piezas de cerámica, arte hecho mediante impresión 3D.
Los materiales que se utilizan para la impresión son de lo más variados, comenta Martínez; resina, plásticos, o filamentos sacados a partir de botellas de PET (una nueva alternativa de gestión de residuos). “También existe la impresión en metal e inclusive en cerámica, hay un rango muy variado de materiales y de materialidad que se puede lograr”, refiere.
Historia de la impresión 3D, usos y más
Para saber un poco más sobre la historia de la impresión en 3D hablamos con Mateo Acosta, ingeniero en electrónica con énfasis en Mecatrónica. Acosta explica que la impresión 3D nace en la década del 80 con fines de progotipado industrial; es decir, para probar la línea de producción, experiencia del usuario, packaging, entre otras cosas.
La técnica original de impresión 3D es llamada estereolitografía y patentada por la empresa 3D Systems, dice, y añade que poco más de 20 años después las patentes caducaron y el conocimiento se volvió accesible; en la era de la comunicación y del desarrollo colaborativo, el Dr. Adrián Bowyer funda RepRap, en la Universidad de Bath, una iniciativa de código abierto para construir una impresora 3D que pueda “autorreplicarse”; es decir, imprimir la mayoría de sus propios componentes. “La visión de este proyecto es democratizar la fabricación de impresoras 3D de bajo costo a personas de todo el mundo, iniciando una revolución y una explosión de usos y aplicaciones sin precedentes. En Paraguay, yo tengo registro de que en el 2012 al 2014 se crearon las primeras RepRaps, gracias al Club de Robótica de la Facultad Politécnica UNA; dicha impresora armé yo, y al GIEM, grupo de investigación en electrónica y mecatrónica también de dicha facultad; dicha impresora está exhibida en TatakuaLab de Muci”, acota.
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El sector privado tampoco se quedó atrás y en esos mismos años llega la marca 3D Systems a Paraguay de la mano de la empresa Jfleishman, máquinas industriales y de altísimo costo para muchos, agrega el experto. Actualmente, en el mercado nacional hay impresoras 3D en su mayoría fabricadas en China, y son de muy alta calidad.
Impresión 3D: alcances a futuro
En nuestro país la mayoría lo usa aún como un hobby, construyendo partes de drones, barcos, autos o hasta trenes a escala, o para merchandising, como regalos empresariales, aunque ya hay algunas empresas y organizaciones que están apostando a incorporar impresión 3D en sus productos finales, dice.
También comenta sobre las prótesis impresas en 3D gracias a Po Paraguay, juegos didácticos para rehabilitación física, soportes de cámaras para autos 0 km, partes de bicicletas, repuestos de la misma represa de Itaipú, proyectos de ingeniería aeroespacial, para citar algunos usos.
En cuanto a los precios, estos son accesibles, desde tres millones de guaraníes uno ya puede tener máquinas de 20x20x20 cm de impresión de filamentos, que es un tamaño bastante aceptable, asegura.
“También existen equipos de varios miles de dólares para hacer trabajos más complejos como moldes de inyección o repuestos de máquinas en materiales industriales como el Ultem o Peek; sin embargo, Paraguay poco o nada aún está demandando servicios de este tipo. En Argentina, el pasado octubre se realizó el VI congreso de impresión 3D y tuve la oportunidad de ir y ver los usos aún más industriales como la impresión en metal, la cual permite producir piezas mucho más eficientemente que técnicas actuales”, relata.
Por último, el ingeniero recuerda que antes se pensaba que en el futuro la impresión 3D estaría en cada casa como un microondas, pero él cree que eso no va a suceder así, aunque sí ve que la industria podría ir adoptándola cada vez más; el hecho de producir sobre demanda y no tener stock de productos es un beneficio enorme para la eficiencia de recursos, hablando para un futuro en el que los recursos serán cada vez más limitados.
“Creo que la impresión 3D va creciendo de escala, pudiendo imprimir casas y en el futuro hasta hábitats en otros planetas y, sobre todo, creo que la medicina seguirá siendo una de las ramas más impactadas con esta tecnología. El gran logro será producir órganos para sustituir los que uno tiene que estén fallando, alargando la vida de las personas”, concluye.
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