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El género abarca todos los rasgos que una cultura atribuye e inculca a mujeres y hombres; así construye, en forma de hábitos, las características masculinas y femeninas. Es una realidad que las mujeres y las niñas, sufren discriminación y violencia en todo el mundo por el simple hecho de haber nacido mujer. La justicia de género trata sobre la igualdad y equidad plena entre varones y mujeres, en todos los ámbitos de la vida.
Un ejemplo práctico, cercano y actual tiene que ver con la jueza Ruth Bader Ginsburg, quien como abogada revolucionó la justicia en los Estados Unidos y allanó el camino para la igualdad de género. Fue en 1975, cuando ella consiguió demostrar que las leyes estadounidenses eran discriminatorias y favorecían a la desigualdad. Como defensora del caso Weinberger contra Wiesenfield, Ruth representaba a un hombre viudo que reclamaba una pensión para cuidar de sus hijos. Según las leyes de la época, el papel de cuidadora recaía en las mujeres, por lo tanto un hombre no tenía derecho de recibir ayuda de ese tipo. La abogada Ruth Bader Ginsburg consiguió demostrar que esta diferenciación era discriminatoria. Cuando se dio cuenta de que, en el alegato de defensa que estaba escribiendo, se repetía mucho la palabra sexo para referirse a hombre o mujer, ella introdujo la palabra género. Este caso da inspiración a la película : Una Cuestión de Género, que narra cómo Ruth consiguió que el tribunal estadounidense dictaminara por primera vez, que tratar a una mujer de forma diferente a un hombre era segregación y violaba la Constitución. Enfrentó al Estado para demostrar que ante la ley todos debemos ser considerados iguales y obtuvo nuevos derechos civiles. Descubrió que bajo un manto de supuestas leyes que protegían a las mujeres, el objetivo en realidad era mantenerlas sometidas al ámbito de lo doméstico. Consiguió enmendar ese error con las mujeres de su país y sentó el precedente para con las féminas del resto del mundo.
Por otra parte, hay personas que se escandalizan ante la posibilidad de que instruyan a su prole sobre orientación sexual. Aunque es una realidad que no se puede negar, todavía no se sabe bien por qué alguien es lesbiana, gay, heterosexual, bisexual, trans. Una hipótesis manejada por numerosos expertos es que las concentraciones hormonales en el útero, en la etapa prenatal, influyen en la orientación sexual; cuando crecen las personas no eligen por quien se sienten atraídas. Padres, madres, familia, podrían recurrir a un amor misericordioso para comprender al hijo o hija que siente en forma diferente. La orientación sexual no se puede cambiar con terapias o persuasión. Tampoco se puede convertir a alguien en gay dándole información sobre el tema, como no se convierte a una criatura en caníbal ni en lobo feroz contándole cuentos. Es decir que no existe indicio que apunte a una influencia de la educación.