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La benignidad equilibrada suele ir acompañada del sentimiento de caridad que conlleva sabiduría. En cambio la injuria, la violencia, la agresividad, denotan un ánimo cruel, desequilibrado, inmisericorde.
Los populismos pusieron de moda la prepotencia, el discurso violento, la difusión de la mentira. Trump y Bolsonaro son ejemplos cercanos. ¿La libertad de expresión se convirtió en libertad de injuriar? La injuria atenta contra la dignidad, el honor y la credibilidad de quien sufre la agresión y no tiene por qué ser aceptada como parte de la libertad de expresión. Toda forma de libertad implica obligaciones y derechos. La libertad es la alianza entre el respeto y el derecho
El fanatismo persigue, tortura y condena a quien expresa una opinión distinta. Pero, aun cuando la intolerancia pretenda disfrazar su crueldad con franqueza, y argumente vehemencia en defensa de sus ideas para que el maltrato quede impune, nadie debe dejarse engañar y aceptar la injuria por alguna clase de lealtad o predisposición pacífica. No existe el derecho al agravio que deshonra a otra persona. La protección del derecho al honor debería prevalecer frente a la agresión verbal. La democracia se construye con una ciudadanía libre que busca promover el bien común, los intereses civiles, la libertad, la igualdad, la vida, la salud, el trabajo, la propiedad privada.
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431 a.C., Pericles definió a la democracia ateniense con palabras que todavía hoy impactan: “(...) un respetuoso temor es el que nos impone aceptar el cambio de los sucesivos gobiernos y el respeto a aquellas leyes que se han dictado, especialmente para enfrentar injusticias... Amamos la belleza con sencillez y el conocimiento sin arrogancia... Hacemos de la riqueza una oportunidad para realizar y no un motivo de vanagloria. En Atenas, la pobreza no es vergüenza, sí lo es no hacer nada por superarla”.
Se vive la tensión constante entre libertad e igualdad que conviven en pugna. Cuando un principio avanza, el otro retrocede un poco y ambos son insaciables. Según Sartori el problema es que los derechos concernientes a la libertad son ventajosos, mientras que los otros derechos tienen costo. Tienen costo sobre todo para la gente que teme perder sus privilegios y se siente amenazada por los derechos que reclaman las minorías vulnerables, diferentes. Por eso dicen: No siento homofobia pero… No soy antifeminista pero…No ataco a los indígenas pero… ¿ Qué ideología profesan quienes, para justificar su superioridad sobre otra gente, creen en la supremacía blanca, en la raza pura, en la sangre azul, en el racismo nazi? Pese a los movimientos antirracistas el racismo persiste disfrazado, con nuevas ropas. El racismo sigue vivo, disimulado y transformista.