Tiempo de debut, más que un baile vidriera de tendencias

El baile de las debutantes, que en nuestro país se celebra en septiembre, consiste básicamente en “presentar en sociedad” a jóvenes, de entre 15 y 17 años. La gala de esta presentación en sociedad no solo se ha convertido en una de las citas más importantes del año, sino también en una antesala de la moda que moviliza toda una industria dedicada a eventos sociales.

Debut en Sociedad.
Debut en Sociedad.Claudio Ocampo

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La tradicional fiesta de presentación en sociedad de las jóvenes es uno de los eventos más esperados del año. Además de ser un encuentro de celebración del paso de la adolescencia a la juventud, es una de las pocas fiestas que perduran y en la que participa toda la familia.

“En realidad, se trata de un evento bastante elegante desde el principio, que se origina en Inglaterra en el siglo XVIII. En esa época era un baile exclusivo en el cual se presentaba a las debutantes en la Corte”, cuenta Auda Roig de Reichardt, experta en protocolo, ceremonial y etiqueta. “Eso significaba que estas señoritas ya estaban en edad de buscar un pretendiente e, incluso, casarse. Así empezó todo”.

Efectivamente, en el siglo XVIII fue la reina Carlota quien estableció esta tradición. En un principio, las invitadas o debutantes, todas de 17 años, debían lucir vestidos de plumas de avestruz y largas colas de color blanco, una especie de traje de novia.

Hasta entonces, el Palacio de Buckingham solía recibir a cinco señoritas y sus pretendientes, para presentarlos al monarca, hasta que la reina Isabel decidió terminar con esta tradición. Con el correr del tiempo, todo se fue relajando, el código de vestimenta y a mediados de los años 50, lo más usado era un traje largo y un collar de perlas. Y la reina Isabel II perdió totalmente el interés en mantener la costumbre al notar que el objetivo de las debutantes, además de encontrar marido era estar cerca del apuesto príncipe Felipe de Edimburgo.

Así, poco a poco, la presentación terminó por debilitarse, porque llegó un punto en que este sistema arcaico chocaba con las ideas liberales de la época. Bajo la atenta lupa de la clase trabajadora, la clase social alta temía ostentar su riqueza. Entonces, en 1958, apoyada por su hermana, la reina Isabel decidió poner fin a la tradición.

Del palacio a entidades filantrópicas

Debut en sociedad.
Debut en sociedad.

Tras perder su vinculación palaciega, la presentación de estas fiestas pasó a ser promovida por entidades filantrópicas, como asociaciones, clubes sociales y hoteles de todo el mundo. “En la actualidad, en Europa, específicamente, en París, se realiza el baile de presentación, ‘el bal des debutantes’, de hijas de notables –por ejemplo, las mellizas de Julio Iglesias–, de millonarios, donde desfilan con elegantes vestidos diseñados con lo mejor de la alta costura para celebrar la vida. Y lo que se recauda gracias a los patrocinadores de este evento es destinado a organizaciones dedicadas a apoyar programas humanitarios para chicas desamparadas, generalmente, del sudeste de Asia”, explica Auda.

En nuestro medio, hoy en día la fiesta de debutantes significa una especie de rito, de la transición de “niña a mujer”, donde las jóvenes tienen la oportunidad de vivir una noche encantadora, llena de magia, en la cual la moda se hace presente a través de los vestidos de alta costura, donde la tendencia se puede apreciar en maquillaje, peinados, perfumes, joyas, colores, entre otras más.

“Esta gala es una vidriera de tendencias. También en ambientaciones, decoraciones, catering, bebidas, música, iluminación, todo esto dentro de un protocolo finamente diseñado para el efecto. El cual es sumamente minimalista, porque siempre menos es más”, asegura.

Etiqueta en su máxima expresión

Debut en el Sajonia.
Debut en el Sajonia.

En esta mágica noche, la etiqueta está presente en su máxima expresión, como ser la vestimenta correcta para la ocasión, la elegancia en saber ser, estar. “Y como, generalmente, en estos eventos también hay una cena elegante, el buen comportamiento en la mesa, que es atemporal, el lenguaje de los cubiertos no pasa de moda, se usa hasta hoy; por ejemplo, la distinción al caminar, al sentarse, al hablar, al reír; todo es sinónimo de buena educación”, detalla.

Según la experta, en nuestro país las debutantes van vestidas de blanco porque simboliza la inocencia, la bondad, la pureza. El blanco es considerado como el color de la perfección. “Por la misma razón se utiliza también para las novias”.

La gala –resalta– es un acontecimiento que brinda a las personas la oportunidad para lucir su máxima elegancia, donde se ve o se marca la tendencia de la moda; está presente la alta costura, porque eso es lo que más se ve en una fiesta de debutantes. “Al día siguiente, los mismos medios de información siempre están viendo esos puntos de la fiesta: qué fue la decoración, quién hizo el servicio de bufé, qué bebida se tomó. La tendencia en maquillaje, peinados, perfumes, zapatos”.

Debut en el Centenario.
Debut en el Centenario.

En cuanto al maquillaje, es contundente: el protocolo dicta que no debe cambiar por completo el rostro de la mujer, sino realzar su belleza. “Cambiar completamente el rostro no es recomendable”, aconseja.

Las jovencitas, generalmente, van acompañadas de su padre o algún familiar que las represente. “Pero en el siguiente vals, la debutante presenta su caballero, porque ellas ya eligen con quién bailar el segundo vals”. Y esa es la costumbre desde que se inició en 1947 en nuestro país: la tradicional fiesta de debutantes, que cada año mueve la maquinaria de todo un sistema dedicado a los grandes eventos sociales y, a su vez, da trabajo a todo un mundo y sus satélites que son la base del rubro: desde el catering (con su equipo de ayudantes, proveedores de materia prima para elaborar el bufé), deliverys, agricultores (proveedores de futas y hortalizas), granjeros (proveedores de carnes, productos lácteos, avícolas), estilistas, manicuristas y floristas, iluminación, sonidos (pequeños electricistas) bordadoras, fábricas de hielo, servicios de transporte (alquileres de vehículos: limusinas, taxis, etc.), hasta famosas marcas de bebidas, grandes hoteles, diseñadores de alta costura, joyerías y mucho más, que hacen de la fiesta de las debutantes, no un simple evento frívolo de ostentación, sino que se ha convertido en una verdadera muestra anual de la estación de la juventud que marca tendencia y, a la vez, sustenta a muchas familias paraguayas.

El debut en Paraguay

Esta tradicional fiesta se realiza en nuestro país desde 1947, en el Club Centenario, que ha convertido esta emblemática ceremonia, originada en las cortes europeas, en una tradición con el toque local. Cada año va aumentando la cantidad de participantes. Con el tiempo, se fueron sumando otros clubes y entidades, como el Club Deportivo de Puerto Sajonia, en septiembre de 1960, y el Club Internacional de Tenis a mediados de los 80, entre otros.

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