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¿Es mejor actuar escuchando nuestra intuición o prestando atención a nuestra parte racional? Muchas de las decisiones que tomamos son fruto de nuestra intuición más que de nuestra reflexión lógica. También suele suceder que compaginamos las dos fuentes de información en una misma decisión: parte de intuición y parte de razonamiento.
La intuición es una manera muy sofisticada de captar y procesar información. Una amiga me cuenta que estaba muy concentrada en elaborar el plato que cocinaba, cuando de repente notó un silencio extraño en la casa, justo cuando su hijo pequeño estaba por tener un accidente; gracias a que tomó eso como una advertencia, dejó todo, salió al jardín y vio a su hijo de cuatro años trepando una escalera de tres metros, que el hombre que arreglaba el techo tenía recostada contra la pared. La construcción popular llama sexto sentido a esto, un pálpito, el presentimiento de que algo va a ocurrir.
Todavía son pocos los investigadores que otorgan a la intuición el status de conocimiento válido para aplicar en el mundo de los negocios; lo cierto es que un gran número de ejecutivos utiliza esta facultad a la hora de tomar decisiones importantes. Cada vez son más los empresarios que prestan atención a su sexto sentido, esa información y esas percepciones que, cuando permanecen abiertos, les llegan “desde algún lugar” y los ayudan a orientar su rumbo.
Steve Jobs dice, en el famoso discurso que diera a los graduados del año 2006, en la Universidad de Stanford: No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior. Y lo que es más importante, ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición.
El psicólogo Gary Klein, pionero en las investigaciones sobre los mecanismos de decisión, hizo una encuesta a noventa y tres Premios Nobel y, de todos ellos, ochenta y dos reconocieron haber llegado a sus descubrimientos siguiendo su intuición.
Cuando tenemos que tomar decisiones que contravienen los preceptos sociales y culturales establecidos, suele ser el momento de hacer caso a nuestra voz interior.
Helena Blavatsky dice que todas las personas poseemos el sentido interno conocido como intuición, pero son pocas las que saben desarrollarlo. Afirma que es un instinto del alma que crece en proporción al uso que hacemos de él, que nos ayuda a percibir y comprender los hechos reales y absolutos, con mucha más certeza que la que puede dar el simple uso de nuestros sentidos y el ejercicio de nuestra razón.
Quienes consideren que nunca reciben señales intuitivas posiblemente las están bloqueando. Es una pena, porque muchas veces la intuición permite tomar decisiones más acertadas que las que surgen únicamente de los consejos del intelecto.