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La celebración de Corpus Christi se inició en la Edad Media, cuando en 1208 la entonces religiosa Juliana de Cornillon (ahora santa) promueve la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la eucaristía, tras la manifestación divina que la misma tuvo cuando era solo una niña.
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La festividad fue incorporada luego de un milagro en el año 1263, registrado cuando un sacerdote dudaba de la presencia real de Cristo en la eucaristía, mientras celebraba la misa en una iglesia de la localidad de Bolsena (Italia). Al partir la hostia consagrada se convirtió en carne y de ella brotó sangre. La experiencia fue trasladada al entonces papa Urbano IV, quien a partir de este hecho instituyó la fiesta religiosa para toda la Iglesia Católica.
Alfombra sin alimentos
Lidia Brítez de Garay, encargada de grupos litúrgicos del Santuario Nuestra Señora del Rosario de Luque, fue la coordinadora de 31 grupos conformados por adultos y jóvenes de diferentes movimientos y pastorales comprometidos con la parroquia Virgen del Rosario de Luque para los preparativos de este año. En la noche del sábado 17 de junio, al término de la eucaristía, Lidia y otras cien personas comenzaron un arduo trabajo desde las 20:30 hasta las 00:00.
De manera amena y armoniosa los colaboradores comenzaron a fusionar distintos elementos aportados por los mismos grupos y movimientos comprometidos, para la creación de una enorme alfombra floral de 149 metros de largo y 130 centímetros de ancho. El diseño fue elaborado por la arquitecta Dahiana Garay Brítez, quien presentó la maqueta a los voluntarios dos meses antes, a fin de organizar y distribuir el trabajo.
“En la alfombra, este año plasmamos pasajes de la vida de Jesús, representando su nacimiento. Los pétalos de flores conformaron la imagen de la Sangrada Familia, luego su bautismo y no podían faltar las banderas paraguaya y papal. Luego seguimos con el primer milagro que hizo Jesús en la boda de Caná, el calvario de Cristo y la imagen del corazón que significa su entrega. También diseñamos su resurrección, el Espíritu Santo que viene a ser el cáliz con la hostia”, comenta Lidia.
Materiales utilizados
Desde el año pasado la organización optó por no utilizar ningún tipo de semillas o granos que representen algún alimento. La delicada alfombra fue hecha a base de miles de pétalos de distintos colores de rosas, margaritas, santarritas, entre otras flores. Para el follaje, hojas de mirto, ficus y palmeras, además de aserrín al natural y pintados con anilina para el diseño de rostros y contorno de figuras. Tampoco faltaron piedras, papel sulfito, papel sifón y arena.
Anteriormente la alfombra de Corpus Christi era muy pequeña y cubría un espacio frente al altar. Pero desde el año pasado, con el apoyo del cura rector del Santuario, monseñor Enrique Meyer, se optó por una larga alfombra de casi 150 metros que se roba la atención de los feligreses.
Monseñor Meyer explica que se trata de una fiesta pública y solemne en la cual se destaca que Jesús está realmente en cuerpo y sangre en la hostia y en el vino. Es la festividad donde se le rinde “un culto público de adoración y agradecimiento, de alabanza y glorificaciones”.
Décadas atrás, la celebración se realizaba el día jueves, 60 días después del Jueves Santo. Sin embargo a medida que aumentaba el ajetreo en la vida asuncena de los años setenta, para comodidad de los fieles, se trasladó la celebración al domingo y se adecuó la celebración a las distintas parroquias. La fecha también era feriado nacional hasta 1989.
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