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Es a partir de un no original que tiene lugar el mundo humano propiamente dicho, en el que predominan el trabajo y la razón, la mesura y el equilibrio, la producción y la acumulación, la comunicación y el sentido. Mediante la instauración de prohibiciones fundamentales que promueven el dominio de los impulsos violentos, es que el trabajo compensa y promete una comunidad ajena a la violencia, a la ferocidad, a la crueldad. Se trata del “uso común, el de los gestos que no necesitan precaución alguna y que le da al ser humano la posibilidad de ejercer sin restricción su actividad” (Callois). Es en ese mundo de las prohibiciones, como dice Bataille, donde la sociedad acumula recursos y el consumo se reduce a la cantidad que requiere la producción.
Por otro lado, la palabra transgresión se puso de moda con una aureola casi mágica. Hoy es un elogio decir que una novela es transgresora o que una película es transgresora. Mucha gente no sabe muy bien el significado de transgresión y concluye que se trata de algo simpático, novedoso, agradable.
George Orwell decía que hacer la crítica de las novedades literarias era como ponerse a pesar una mosca en una báscula preparada para pesar elefantes. Y si hoy se usa tanto el adjetivo transgresor, es porque permite hacer creer al público que una mosca pesa casi tanto como un elefante. Lo único que necesita esa mosca, es ser calificada de transgresora.
Por ejemplo, hoy se ve como transgresor portar un arma de fuego en la guantera del auto, incluso llegar a una casa de familia y colocar la pistola al lado del teléfono móvil, en la mesa preparada para el almuerzo. En realidad es una infracción, además de tremenda y peligrosa falta de educación. En sentido estricto, ser transgresor significa haber cometido una ilegalidad o haber infringido determinada norma, moral o fiscal. Un pederasta es un transgresor. Un tilingo que conduce en sentido contrario es un transgresor. Gente que desobedece la ley comete transgresión. Un político corrupto es transgresor.
Entre el deseo de perdurar de toda persona y su tendencia al exceso, a perderse en el abismo eterno de la muerte, la transgresión se presenta como la posibilidad de destrucción del ordenamiento social. No hay sociedad sin prohibiciones fundamentales que la permitan organizarse. Pero tampoco existe prohibición que no pueda ser transgredida. A menudo la transgresión es admitida o incluso prescripta.
La prohibición no puede suprimir las actividades violentas de la vida, pero puede limitarlas, regularlas, incluso ritualizar sus prácticas. No se trata de abstención, supresión ni eliminación de la violencia; las prohibiciones persuaden, suponen contención, un stop, una tregua. Una violencia controlada, actuada por personas civilizadas, de lo contrario sería un retorno a la animalidad de la violencia.
Fuente consultada: https://www.definicionabc.com/politica/politica.php