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“Esperanza”. Es el término que mejor define a lo vivido en la Feria Internacional del Libro (FIL) Asunción 2022. El evento organizado por la Cámara Paraguaya del Libro (Capel), que se desarrolla en forma presencial desde el 27 de mayo en el Centro de Convenciones Mariscal tras dos años sin feria, debido a la pandemia por covid-19, culmina hoy. Con más de 43 expositores, en 80 stands y más de cien actividades, la FIL se convirtió por diez días en la librería más grande del país.
El nutrido programa incluyó, entre las actividades de esta edición, una teleconferencia de escritores paraguayos y mexicanos, coordinada por Guido Rodríguez Alcalá, escritor y periodista, a cargo de la Embajada de México, y numerosas presentaciones de libros.
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Este año, el país invitado del festival es Argentina, con representantes de editoriales y escritores de Corrientes, Formosa, Chaco, Buenos Aires, con varias y atractivas propuestas como paneles, conferencias, presentación de libros y actividades culturales.
“Todo un desafío”, califica Vidalia Sánchez, una de las organizadoras del evento, es organizar la feria después de haberlo hecho en forma virtual. “Realmente fue todo un desafío, porque no sabíamos si iba a venir mucha gente o si les iba a gustar venir donde iba a haber mucha gente”. Aun así, aceptaron el reto y realmente les sorprendió la buena predisposición de todos los expositores que enseguida aceptaron y se inscribieron. “Porque esta feria está financiada por los expositores, libreros. Ellos son los que pagan esta feria en su totalidad”.
Con la pronta respuesta de los expositores, media batalla para el éxito de la feria estaba ganada. Los stands se agotaron rápidamente. “Están ocupados los 80 stands y tenemos 43 expositores. Entre ellos, tenemos invitados internacionales. Como este año Argentina es el país invitado, vinieron muchísimos escritores argentinos, como también cuatro expositores argentinos; uno de ellos, la Cámara Argentina de Libros”, comenta.
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El momento de la inauguración fue muy emotivo. Los encargados de abrir las puertas del mayor hito librero de nuestro país fueron la docente y lingüista Estela Appleyard de Acuña y el periodista y escritor Alcibiades González Delvalle. Ambos resaltaron la importancia de la lectura y la feria, así como la promoción de la lectura en todos los niveles. “Realmente llegó mucho a la gente y tuvo mucha repercusión en los medios de comunicación”, cuenta.
Desde su apertura, la feria contó con mucha concurrencia, hecho que disipaba uno de los mayores temores de los organizadores, y les aseguraba lograr su principal meta, además de vender muchos libros. “Queríamos que venga mucha gente y se vendan muchos libros, porque, como te dije, esto está solventado por los expositores. No solamente que recuperen lo invertido, sino también que obtengan ganancias”.
Sánchez subraya el rol fundamental de los jóvenes en la feria. Colman el lugar durante el día, dado que en su mayoría vienen de los colegios para las diferentes actividades que están realizando en el predio ferial o en el auditorio. “Vienen gracias a la invitación del Ministerio de Educación, que apoyó y apostó a la feria con dos stands”.
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Recalca que una feria del libro para un país pequeño como el nuestro significa una esperanza. De ahí el eslogan que eligieron para este año: “El reencuentro”, de los lectores con los libros y como resultado de ese encuentro que el índice de lectura aumente y la población se interese cada vez más en la lectura.
“Soñamos con un país de lectores, no lo podemos negar. Alguna vez levantaremos ese bajo índice de lectura que tenemos”, señala y asegura que ese es el objetivo de la feria, aunque tampoco se puede negar que quienes están en el mundo librero tienen un objetivo comercial. “Pero tenemos también un objetivo cultural: promocionar el libro y la lectura”.
Sánchez afirma que la calificación que le pondría a la cita con la literatura es de éxito total, desde el punto de vista de lo que es la feria en sí, así como la participación de los expositores, las actividades culturales y las visitas internacionales, así como las locales. “La feria realmente fue una gran satisfacción”.
Vidalia cuenta que el 27 de mayo el ministro de Agricultura, Ing. Agr. Moisés Santiago Bertoni, le obsequió un lote de libros del sabio Bertoni. “Entre ellos había obras inéditas. Esa fue la mayor sorpresa y alegría de la libroferia de este año”.