Reencuentro con la Casa Patria

Con varias innovaciones el sitio que acapara la atención de los paraguayos durante las fiestas patrias, la Casa de la Independencia, vuelve a ser el epicentro de las visitas tras dos años de restricciones. ¿Qué hay de nuevo?

Así luce el embanderado de la Casa de la Independencia en estas fiestas patrias.
Así luce el embanderado de la Casa de la Independencia en estas fiestas patrias.ARCENIO ACUÑA

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El retrato de un prócer olvidado, Manuel Atanasio Cavañas; monedas de la época colonial, con la más antigua desde 1684; dinteles y vestigios de la misma Casa de la Independencia, así como de la morada de Pedro Juan Caballero en Tobatí.

Son algunas de las piezas que resaltan en el reencuentro con el museo Casa de la Independencia en este nuevo aniversario patrio. Además, cuenta con nuevos equipamientos como rampas para discapacitados, pérgola, mástiles, banderas y bancos.

Su director, José Samudio Falcón, explica que todas estas mejoras, innovaciones y puesta en valor le dan realce a este patrimonio y se ha logrado gracias al mecenazgo del protector vitalicio Nicolás Darío Latourrette Bo.

José Samudio Falcón, director general de Museos Nacionales y de la Casa de la Independencia, muestra los vestigios antiguos.
José Samudio Falcón, director general de Museos Nacionales y de la Casa de la Independencia, muestra los vestigios antiguos.

“El dintel tallado perteneció a la misma casa, al igual que gigantescas tejas y ladrillos, aunque exactamente no se puede precisar en qué parte estaban. Probablemente uno de los accesos principales por la decoración que tiene”, explica.

La colección de monedas coloniales fue catalogada y expuesta de forma adecuada también mediante el mecenazgo de protector y la Asociación de Coleccionistas Numismáticos (Aconupa). Se trata de 27 monedas de la época colonial, siendo la más antigua la de 4R (reales) de 1684, 1/2 R Carlos III (1770), 1 R Carlos IV (1790), 8 reales Fernando VII (1818), 4 R Joseph Napoleón (1811) y varias más.

Estela Riquelme, guía de la Casa de la Independencia desde hace diez años, cuando se celebró el Bicentenario, cuenta que el museo, aunque estuvo cerrado al público, siempre mantuvo atenciones a los visitantes con los protocolos sanitarios. “El año pasado la modalidad fue por agendamiento, pero este año nuevamente estamos a pleno, recibiendo ya visitas de delegaciones de colegios del interior y turistas”, detalló.

Anastasio Ovelar, guía de la Casa de la Independencia.
Anastasio Ovelar, guía de la Casa de la Independencia.

Anastasio Ovelar es un guía multifacético que cuando terminan las visitas toma sus herramientas y hace de carpintero y otros oficios que ayuden a mejorar el aspecto de la casa.

El prócer olvidado

Otro elemento que llama la atención es el cuadro del “prócer olvidado” Manuel Atanasio Cavañas, que fue traído de Yaguarón y que estaba guardado en una de las oficinas. “En adelante ya estará en exposición permanente para su revalorización”, asegura José Samudio.

El militar Manuel Atanasio Cavañas, de acuerdo con la biografía hecha por Julio César Chaves en su libro La Revolución Paraguaya de la Independencia, “aunque no participó activamente en el pronunciamiento de mayo, debe ser considerado uno de los próceres de la independencia porque a ella contribuyó en espíritu e intención, porque fue factor importante en propósitos y acontecimientos que la incubaron”.

Estela Riquelme muestra del cuadro del prócer olvidado, Manuel Atanasio Cavañas.
Estela Riquelme muestra del cuadro del prócer olvidado, Manuel Atanasio Cavañas.

Cavañas era cordillerano y poseía estancias extendidas desde Itacurubí, San José y Barrero Grande hasta el río Tebicuary. Era uno de los más ricos tabacaleros de la provincia del Paraguay y un personaje muy importante en su región. “Su actuación pública comienza con los preparativos para la defensa de la provincia por la expedición armada de Belgrano. (...) Fue Cavañas quien ideó el plan de operaciones para la batalla de Tacuarí y su ejecutor material al frente de la columna que derrotó al ejército de Belgrano. Su iniciativa personal otorgó la generosa capitulación al jefe porteño y, con ella, cimentó un entendimiento que debía madurar la idea libertaria alentada por su correspondencia epistolar con Belgrano. Debido a esa inteligencia, Velasco lo relevó del mando poco después de su ascenso a teniente coronel”, prosigue el historiador.

En el plan revolucionario ideado con Fulgencio Yegros –continúa Chaves–, Cavañas reclutaría gente en las Cordilleras y marcharía con este jefe sobre Asunción. Pero la anticipación del golpe, decidida por el capitán Pedro Juan Cavallero, tornó innecesaria su intervención.

Salón principal de la Casa de la Independencia.
Salón principal de la Casa de la Independencia.

“Cavañas se encontraba en una de sus estancias, preparando el reclutamiento, cuando se constituyó el primer gobierno revolucionario. A pesar de su ausencia, la Junta que debía formarse incluía su nombre. Cuando lo llamaron por chasque, contestó: Iré si me llama el gobernador. Algunos historiadores han interpretado esa negativa de colaboración como posición opuesta a la idea de la independencia; pero ella se debió, posiblemente, a su particular antagonismo con Francia, que había criticado acerbamente su inteligencia con Belgrano y se hallaba convertido ya en figura directiva del movimiento.

Siempre según Julio César Chaves, desde ese momento, Cavañas se mantuvo alejado de toda injerencia política, dedicado de lleno a su vida privada de gran hacendado. “El aislamiento en que Cavañas vivía en la campaña y el respeto que inspiraba a Francia hicieron que sobreviviera a los próceres de mayo, devorados por la secuela dictatorial de la revolución. Su fallecimiento ocurrió en 1828. Después de muerto Cavañas, Francia dictó contra él dos autos, confiscando sus bienes como represalias contra el hombre que se había atrevido a resistirle”.

pgomez@abc.com.py

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