Jorge Drexler, su “panambí” y el guaraní

Este miércoles 11 de mayo vuelve a Paraguay el cancionista uruguayo Jorge Drexler para presentar su nuevo álbum de estudio “Tinta y Tiempo” en SND Arena. Un disco que le confrontó con varios miedos como la hoja en blanco, la incertidumbre y la falta de contacto con el mundo. Este retorno es una celebración en todos los sentidos con un disco que ensalza al amor en todas sus formas. ABC Revista habló con él.

Jorge Drexler puso sus ideas de cabeza para ver las cosas desde otra perspectiva. Parte de su "desaprendizaje" es el nuevo álbum "Tinta y Tiempo".
Jorge Drexler puso sus ideas de cabeza para ver las cosas desde otra perspectiva. Parte de su "desaprendizaje" es el nuevo álbum "Tinta y Tiempo".Anton Goiri

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La metamorfosis en su significado más simple es el cambio o transformación de una cosa en otra. La palabra es más utilizada para explicar la transformación que sufren ciertos animales en su desarrollo biológico.

La más “famosa” podemos decir, es la metamorfosis completa de la oruga a la mariposa. Este insecto alado es conocido por ese proceso de pasar de ser una oruguita a una obra de arte. Diferentes tipos y tamaños de alas, de colores, de patrones, única cada una en lo que es una maravillosa creación de la naturaleza.

Por ese mismo proceso, obviamente de forma metafórica, es por lo que afirmó pasar Jorge Drexler, quien reconoció que para crear su nuevo disco pasó por varios años de ser oruga para que finalmente “Tinta y Tiempo” vea la luz.

En un disco en que le canta al amor en todas sus formas, a los vínculos familiares y mundiales, donde habla de sus crisis como escritor y compositor, o donde saca su costado más sensual con colaboraciones fogosas con Rubén Blades, C. Tangana, Noga Erez y Martín Buscaglia.

-El disco se iba a llamar “Palos de ciego”, una frase que se refiere a titubear, dudar, no tener algo definido, como lo que te pasó quizás en el proceso de este disco, pero te decantaste por el título más definitivo y optimista “Tinta y tiempo” ¿Fue como la metamorfosis de la oruga a mariposa?

-El disco fue realmente una metamorfosis de oruga a mariposa, mira qué bonita imagen que has dado. Fueron dos años de oruga y un mes de mariposa que tardó en hacerse el disco. Estuve dos años sin encontrar el camino, escribiendo mucho, intentando muchos caminos para que la oruga se transformara en mariposa. No recuerdo un disco que haya sido tan complicado de hacer para mí y evidentemente la pandemia tuvo que ver con eso por el aislamiento. Creo que se juntaron dos factores, el primero era esta sensación medio languideciente que nos deja la pandemia; todavía no se fue esa sensación. El aislamiento social te da una cosa como parecida a la depresión con una tristeza de base, hecha también de miedo de estar solos. Por eso escribir canciones, que es un acto que requiere mucho impulso de vida, mucho “Eros”, mucha fuerza para llevar adelante la lucha cuerpo a cuerpo contra la hoja en blanco. Requiere mucha fe y energía, y teníamos poca energía y poca alegría. Por otro lado, me costó hacer el disco porque las canciones no las escribo solo. O sea escribo solo en la habitación pero luego el acto de mostrarlas, compartirlas, para mí es muy importante, y como no las podía compartir no las podía terminar. Las dejaba en un 80% y me faltaba ese último empuje de: la voy a mostrar y delante de otra persona voy a terminar de armarlas.

Jorge Drexler retratado por Silvia Poch.
Jorge Drexler retratado por Silvia Poch.

-¿Escribías mucho durante la pandemia?

-Escribía mucho, pero tenía siempre la sensación de que estaban sin terminar y cuando las canciones quedan sin terminar se deshilachan y pierden todo el valor. Y así fueron los dos años de oruga, probé diferentes métodos de composición, de búsqueda, estuve trabajando con varios productores en diferentes estudios, muy perdido. No encontraba el sonido hasta que el último mes entró todo: la orquesta, el bajo, la batería, el ritmo, la concepción. Nos juntamos con Carles “Campi” Campón y de golpe todo tomó velocidad y el disco sonaba de una manera que yo no había planificado. Mucho de lo que pasa en el disco es casualidad como pasa mucho cuando estás abierto a la improvisación y a las cosas nuevas. La Orquesta de la Comunidad de Madrid entró de casualidad y es el centro del disco. Íbamos a hacer una sola canción con Fernando Velázquez (quien dirigió a la ORCAM) maravilloso compositor y arreglador con el que trabajamos, y la orquesta acabó estando creo que en seis o siete canciones, porque se le liberaron tres, me los ofrecieron y dije sí, esos son los colores de las alas de la mariposa. ¿Cómo se dice mariposa en guaraní? Que debe ser una palabra preciosa.

-Panambí.

-¡Ah! ¡Panambí! Yo conocía esa palabra. Mariposa es una palabra hermosa en todos los idiomas.

-También hay muchas canciones paraguayas con esa palabra.

-Además qué cantidad de mariposas que tiene Paraguay, la biodiversidad que tiene el país es maravillosa.

-Sí, totalmente. Lo triste es que en ese sentido la biodiversidad está siendo muy amenazada últimamente.

-Durante milenios el mar Mediterráneo ha sido usado por nosotros para comer. No quiero usar la palabra expoliar pero sí que lo hemos hecho. Lo hemos descuidado mucho, tirado residuos, hemos pescado más de lo que debíamos pescar. Así ha disminuido la biodiversidad del Mediterráneo y está realmente en crisis la vegetación submarina, importantísima porque gran parte de la fotosíntesis que se hace es submarina en el mundo. Entonces yo viviendo en Europa veo las consecuencias y pienso también en la riqueza que tenemos en nuestro continente (Sudamérica) en biodiversidad, en agua, o la cantidad de agua que hay en el Acuífero Guaraní que está debajo nuestro. Cuidemos nuestros recursos naturales.

-Acá ahora está en debate si construimos o no una universidad en un parque ecológico...

-Yo entiendo que el ser humano tiene que desarrollarse, es muy importante construir universidades, cómo no lo va a hacer, y es muy importante inclusive generar puestos de trabajo y generar riqueza material. Pero pensando en los términos más egoístas, materialistas, la inversión en energía hoy en día es una inversión económica, es riqueza para el futuro. Si no lo hacemos por razones éticas, hagámoslo por razones económicas, que también son muy válidas. Yo no sé muy bien cómo son los casos en particular pero sí te puedo decir que no tenemos un patrimonio más valioso que nuestra fauna y nuestra naturaleza.

-El tema está presente en tus canciones...

-Hablando de eso tengo una canción que habla justo del comienzo de la biodiversidad, que es la primera canción del nuevo disco: “El plan maestro”. Tengo la suerte de tener una prima uruguaya, que fue exiliada con su familia en los 70 a Venezuela. Alejandra Melfo es la coautora de esa canción y de “Despedir a los glaciares” (del disco anterior “Salvavidas de hielo”). Todas sus canciones tienen un tinte ecológico porque ella está muy en contacto por su profesión, es astrofísica pero también ha hecho muchas cosas de química y de biología. Entonces siempre la llamo para tener inspiración, es una de mis musas, pero más que musa porque la musa inspira, ella es mi coautora. Le digo “dime algo, que estoy empezando a escribir la primera canción del disco”. Me dice: “Mira primo, una cosa que se me ocurre que te puede inspirar es lo increíble de la invención del amor, porque el amor fue inventado, el amor no estuvo siempre”.

-¡Qué bello! ¿Y cómo es eso?

-Me explicó que durante muchos millones de años las células se movieron cada una por su cuenta, se dividían en dos células idénticas y se reproducían solas, hasta que un hace un tiempo, hace 1.600 millones de años en la era del Mesoproterozoico, cuando todavía vivíamos todos en un líquido, en un magma primigenio, hubo dos células que cometieron la audacia y la locura de mezclar sus genomas, su material genético, no sé si comiéndose una a la otra o fusionándose de alguna manera, y crearon un tercer individuo que era la mezcla de ellas dos. Eso no solo fue el nacimiento del sexo, el nacimiento del amor y de la cooperación, sino que también resultó ser una estrategia de biodiversidad maravillosa en el sentido de que en pocos millones de años después de eso la vida, al mezclarse los materiales genéticos, estalló un colorido. Volvimos a lo de que salió de su capullo la oruga y se transformó en mariposa. La vida cobró alas, ruidos, sonidos, árboles. Se enriqueció enormemente porque el amor además de ser algo muy recomendable y muy positivo, es una buena estrategia biológica de biodiversidad. Entonces una manera de amar a un ser querido es amar a la naturaleza y amar a la biodiversidad porque no hay una diferencia entre esas dos cosas. Hay que dotar a la naturaleza de personalidad, de sentido, de lugar, para poder amarla como se ama a una persona, a un hijo, a una madre.

-Conecto eso con lo que es la celebración del vínculo que siento que está más que nunca presente en este álbum. Hay una canción para tu esposa, en otra cantan tus hijos pequeños, el mayor Pablo produce y escribe, hay una canción para tu madre ¿Cómo decantó todo esto?

-Mira, el disco empieza con esa historia de una célula, otra célula y esto que es el contacto. No entendí porqué hice tanto hincapié en eso, pero sí es cierto que eso fue lo que perdimos. Estuvimos dos años en un mundo donde todo se movía como una célula separada independiente de la otra, entonces el poder del vínculo, la revalorización del vínculo, es algo que estuvo muy presente en todos nosotros. Todos nos dimos cuenta de lo importante que era abrazar a una persona, el olor de otra persona, y nos dio mucho miedo el contacto de golpe, el contacto era jugarse la vida como dice la canción “Tocarte” y hablo del contacto en todas sus variantes. Pero lo que has nombrado tu es muy importante. Es un disco con mucho amor filial, amor a la madre, amor a la compañera, amor al arte, a la profesión de uno, a la naturaleza. Fue realmente una sorpresa que Pablo estuviera en dos canciones. Es coautor en “Tocarte” con C. Tangana y con Víctor Martínez, y en “Duermevela” que es una canción dedicada a la memoria de mi madre Lucero Prada Da Silveira, que al llamarse Lucero tenía el nombre de la estrella de las transiciones, de la estrella del final del día y de la estrella del principio del día, la transición del sueño a la vigilia. Entonces yo siempre asocié ese estado como medio despierto, medio dormido, cuando uno entra en el sueño, con mi madre y no sé muy bien como fundamentar eso, pero es así. Entonces es una canción de cuna para mí mismo y a la vez es una canción de cuna para despedir a mi madre. A la vez quisieron participar mis tres hijos. Fue Pablo el que me dijo: “¿no tenías una canción para la abuela?”. Yo la había empezado a escribir hace un tiempo pero mi madre todavía vivía y no la quise cantar por pudor, no sé porqué. Entonces la terminé y llamé a mis hijos para cantar. Es una manera de juntos homenajear a la abuela, de cerrar un círculo, de despedir y de cerrar un disco también, claro.

Jorge Drexler nos cuenta en su nuevo disco cómo "nació" el amor.
Jorge Drexler nos cuenta en su nuevo disco cómo "nació" el amor.

-Leía que este disco es para aprender a desaprender, entonces quería saber si aprendiste a desaprender.

-Sí, me sentí bastante principiante, lo cual puede ser una cosa que puede dar miedo, pero yo lo considero un éxito en la carrera de desaprender. Bruce Lee decía que en su academia de kung fu había tres cinturones: el blanco para los principiantes, el negro para los expertos después de muchos años de aprendizaje de la técnica, y de vuelta para ser maestro tenías que recibir el blanco. Tenías que aprender a desaprender, a ver la realidad con ojos de novato, con ojos sorprendidos. Hay muchas canciones de recomenzar en el disco. Creo que recomenzar tiene que ver también con que la pandemia, esa muerte simbólica social nuestra. Todos sentíamos que eso se moría y se volvía como a encender de vuelta, que es lo que está pasando ahora. ¿Hay que usar tapabocas en Paraguay en los conciertos, no?

-No, ya no. Por suerte, diría.

-¡Cómo que dirías! Hay que decirlo. Yo trabajé de médico y fui siempre muy conservador en la pandemia, muy cuidadoso, pasé dos veces por el covid, tengo todas mis vacunas, me han dado tres dosis, pero es una suerte quitarse la mascarilla. Fue un mal necesario al cual estoy muy agradecido porque salvó muchísimas vidas pero es el momento de decirle adiós y esperemos que no volvemos a necesitar.

-Hace poco veía por internet la exposición de una artista colombiana que se llama Erika Diettes y ella trabaja sobre procesar el duelo a través del arte, pero ella dice que al arte no se le puede dar la responsabilidad de sanar, pero sí puede ser un vehículo sanador. No sé si tu concepto en relación a eso cambió con los años, porque siempre venís hablando de que las canciones pueden sanar y sé que al principio pensabas una cosa y fuiste entendiendo otra cosa.

-Tenés mucha razón en lo que decís y lo que decís además está muy bien expresado, en el sentido de que primero yo durante mucho tiempo me negué a aceptar que las canciones sanaban de alguna manera, porque como venía de la medicina me parecía como lo más evidente: “antes curabas con la medicina, ahora curas con canciones”. Bueno, parece que algo de eso hay, no porque lo diga yo sino porque la gente me lo trae una y otra vez. Pero es muy importante lo que dice esta esta mujer colombiana que no conozco. En Colombia han tenido que curar mucho y han tenido muchos duelos y es un país que tiene una relación muy especial con el duelo y con el renacer también. Pero hay una palabra que dice ella que es muy importante: responsabilidad. Es decir, sí que pueden curar las canciones, pero no deben tener la responsabilidad ni deben arrogársela.

Lo que yo no entendía cuando decía eso es que yo no quiero ir por la vida como si fuera un santo, nadie es santo. Yo no hago las canciones para ir por ahí por el mundo curando a los demás, no quiero tener esa responsabilidad. Hago las canciones para curarme yo, esa es mi responsabilidad, pero no sabría decirte muy bien cómo puede ser que de repente le sirva a alguien. La gente me lo dice y yo me pongo enormemente contento, pero no soy responsable. Es como cuando me dicen: “tu que eres un embajador de tu país”, y no soy un embajador de mi país, no estudio diplomacia ni conozco los protocolos diplomáticos. A mí me gusta mi país como hay cosas que no, como en todos los países. Yo voy por ahí con este acento que tengo y con esta manera de tocar la guitarra, esta manera de escribir que la aprendí en mi país. O sea que no tengo más remedio, pero no quiero tener la responsabilidad de representar algo que si un día digo una estupidez no es Uruguay que está diciendo una estupidez. Igual que si un día tengo un acierto. Hay que ser responsable en muchas cosas y conscientemente irresponsable en otras, no arrogarse responsabilidades. El ego muchas veces te pide ser embajador y te pide ser una persona que cura y que es generosa. Hay que saber también dejar a un costado eso y tener la humildad de decir: yo escribo porque no sé hacer otra cosa, porque me gusta escribir y porque me hace bien a mí, y espero que como considero al otro un igual también les guste y haga bien.

Portada del nuevo álbum de Jorge Drexler.
Portada del nuevo álbum de Jorge Drexler.

-Bueno, finalmente para saber sobre el concierto de esta gira ví fotos de que hay un nuevo concepto, no sé si hay algo de inspiración en Talking Heads.

-Debo confesar que estuve viendo hasta la obsesión “American Utopia”, de David Byrne. Si no lo vieron vayan inmediatamente a buscar el documental de Spike Lee, es sobre todo para los que se dedican a profesiones performáticas en el escenario, es una maravilla. Es todo un escenario vacío completamente al igual que “Stop Making Sense”, pero se mantiene vacío todo el tiempo porque todas las personas cargan sus instrumentos y no hay un solo elemento imprescindible. En ese sentido igual que la hoja en blanco y el vacío creativo que aparece predominantemente en el diseño de la portada del disco. También está en el diseño escenográfico porque la escenografía está completamente desnuda, están solo los micrófonos e instrumentos imprescindibles, entonces eso da un espacio muy grande para el trabajo lumínico. La banda en sí esta es nueva también, son tres mujeres y tres hombres que me acompañan y es una experiencia maravillosa tener un escenario donde la mitad de los integrantes son mujeres porque es otra energía, otra inspiración, otra musicalidad, otra relación con la que estás contando porque el público también está hecho de mitades. Es muy bonito que se refleje lo que pasa en el escenario con lo que pasa en el patio de butacas. De las cosas que me tiene más felices últimamente es esa innovación de que la banda sea completamente paritaria.

-¿Qué sentís por volver a Paraguay?

-Estoy muy contento de ir a Paraguay la verdad. Nos pone muy felices porque tenemos mucha amistad con mucha gente de Paraguay. Yo personalmente conozco mucho menos de lo que quisiera pero soy un enamorado de lo que conozco, de su historia, del guaraní, de la historia del guaraní porque Paraguay es el primer país que tiene una lengua precolombina como lengua oficial, el rol que ocupa dentro de la cultura, dentro de las emociones de la gente, la singularidad que tiene Paraguay con respecto a todos los países de la región, además es el país Agustín Barrios “Mangoré” que es mi compositor favorito de Paraguay… “Rohayhu”. Me gustaría hablar más guaraní. “Aguyje”.

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