Un trotamundos de reggae

En estos días, Javier Manik (49) se encuentra de visita en su Paraguay natal. Músico de reggae que ha recorrido el mundo tocando en la calle durante años. Con el tiempo fue moldeándose en un artista completamente independiente. Cantante, compositor, ejecuta varios instrumentos, “soy mi productor ejecutivo y gestor de redes sociales, hago videos y grabo en mi propio estudio. Vivir del arte es una elección que te exige cada vez más”, dice

Javier Manik, en Suecia en el año 2016.
Javier Manik, en Suecia en el año 2016.Gentileza

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Javier partió hacia Buenos Aires con su madre cuando era muy pequeño. Ella iba a trabajar. “Pasé gran parte de mi adolescencia allá, después migré en largos viajes a Brasil y Uruguay, para luego terminar residiendo en Suecia”, cuenta. Soltero con hijos, vive en Europa desde hace 15 años, en la ciudad de Malmö. “Solo vivo en Suecia seis meses al año haciendo gigs en bares y fiestas privadas. En ese mismo tiempo, es decir, en verano, también viajo por Europa, allá todo es muy cerca. Cuando llega el invierno, como los pájaros, migro a un lugar más cálido. En los últimos años fui a India, con algunos viajes a Rusia y Nepal (Katmandú), hago pequeños conciertos, siempre viviendo del arte”, detalla Javier Manik Jamanik, su nombre artístico, quien ahora mismo organiza sus giras por Sudamérica.

Durante uno de sus viajes a la India en 2017.
Durante uno de sus viajes a la India en 2017.

-Cuánta vida pasó desde aquel adiós a tu país

-Me fui del Paraguay cuando era muy chico, pero quedaron en mí recuerdos de olores, colores y música. Me gustó irme, pero no porque no me gustara mi tierra, sino porque creo que cumplo con mi destino de ser un viajante, aun al precio de llevar una vida muy solitaria que agradezco mucho, porque gracias a eso tuve la oportunidad de conocer casi todo este planeta. Desde niño soñaba que sin dinero y sin educación iba a poder emprender un viaje alrededor del mundo, solo con sueños y una guitarra. Soñé y simplemente lo hice.

-¿Como una rebeldía a tu condición socioeconómica?

-Bueno, siempre me cuestioné todo en esta vida, las injusticias y la desigualdad social y económica. Esto me impulsa a seguir haciendo arte con la misma energía de aquel joven rebelde que solía ser.

-¿Tus cuestionamientos fueron tu base política?

-Quisiera definirme apolítico, pero ser apolítico es una forma de la política, entonces debo decir que soy una persona con pensamientos políticos que apoya los movimientos de igualdad social y económica de todos los ciudadanos del planeta. Nunca en mi vida participé ni pienso formar parte de un partido o bandera políticos. Para ser sincero, los políticos de este circo democrático actual me dan un poco de asco.

De Baires a Escandinavia

Como tantos inmigrantes paraguayos, comenzar de cero y con una economía informal no fue fácil. Javier se crio en las villas bonaerenses hasta la adolescencia. “Después empecé a vivir en diferentes partes de la ciudad, con una educación básica. Recorrí muchas calles siempre en busca de cultura y espacios donde desarrollarme como músico. Recuerdo que hacíamos conciertos y, con lo que ganábamos, hacíamos merenderos infantiles como gancho para tratar de sacar a los chicos de la calle y enseñarles algo artístico”.

Otra fotografía tomada en Suecia en 2021.
Otra fotografía tomada en Suecia en 2021.

-¿Cómo se dio tu partida a Europa?

-Viajando por Uruguay y Brasil conocí a otra viajante, era de Suecia. Nos conocimos y decidimos viajar juntos por Europa, entonces junté moneda por moneda para mi primer viaje a ese continente, era el año 2006. Me fui sin saber hablar inglés ni sueco, pero con muchas ganas de aprenderlos. Al principio hacía busking (tocaba en la calle) en la vieja Europa, y al mismo tiempo me fui organizando mejor con mi economía a medida que iba aprendiendo a ser un ciudadano sueco. Con el tiempo, logré tener una empresa de entretenimiento.

-En una fuerte cultura nórdica, ¿sufriste algún tipo de discriminación?

-Muchas veces me sentí discriminado, pero no solo en Suecia, en realidad en todas partes donde no sé si usar la palabra discriminación, yo diría el mucho miedo de los demás a algo desconocido, a lo nuevo, lo distinto. Me han tratado con temor por mi nacionalidad, por mi aspecto, por mi ideología, por mi color de piel. Pero con los años comprendí que la discriminación existe en todos lados, muchas veces por ignorancia. Hoy día ya no me afecta lo que piense la gente clasista, racista o con un complejo de inferioridad.

-¿Tus rastas son un distintivo para pasar desapercibido?

-Ja, ja. Bueno me definiría como un inadaptado social, pero con style, y te imaginarás que tener el pelo como lo tengo implica muchas contrariedades y automáticamente te encasillan en un tipo de personas de la sociedad, que serán marginadas por no seguir las reglas y no seguir siendo ovejas obedientes. Me gusta el hecho de confundir con mi aspecto y estilo. Muchas veces me visto superelegante, depende de la ocasión, otras veces me muestro en lugares naturales o haciendo yoga o meditación como un hippie chic. A veces estoy rodeado de gente muy rica en algunos eventos y otras con los pobres compartiendo música en alguna plaza. Personalmente, me da igual la riqueza, la pobreza, los lujos o lo simple. Soy un fantasma que recorre las clases sociales sin pertenecer a ninguna.

Marley, su referente personal

Javier comenzó haciendo música con rock latino, pero después incursionó en diversos estilos como la cumbia punk, ritmos afrolatinos, reggae, tango, folclore, y de todo eso nació lo que hoy él denomina “mi ensalada musical Jamanik”. Admira a Bob Marley desde la adolescencia, cuando un día tradujo palabra por palabra una de sus canciones. “Ahí comprendí que fue un revolucionario real desde la paz, tenía el positivismo de un artista nacido en los barrios bajos, que pudo entender y sentir el dolor de la desigualdad social así como yo, por eso me identifiqué con él. De Jamaica conozco a muchos músicos, la isla no la he visitado”.

El músico durante su estadía en Rusia, en 2018.
El músico durante su estadía en Rusia, en 2018.

-Cantante, compositor, tu propio productor y gestor de tus cuentas en redes sociales, hoy hay que hacerlo todo.

-Sí, soy cantante, productor musical, compositor, ejecuto la guitarra, el bajo, la batería, el piano, hago percusión, coros, videos; soy mi propio organizador de giras por diferentes países. De todas las facetas la que más disfruto es la de actuar y entretener a la gente. Me gusta hacer feliz a otros a través de la música. Hoy en día los artistas independientes tenemos que saber y hacer de todo si queremos sobrevivir en este mundo cibernético.

-El reggae es un estilo selecto, con un público bien definido.

-Reggae Music es un estilo que nace en Jamaica y viene del ska mezclado con ritmos caribeños; para entender la esencia en el movimiento de la música en la poesía de la música reggae, podemos destacar la necesidad de los artistas por expandir letras con mucho contenido social y espiritual. Por lo general, el público que lo sigue se siente identificado con el contenido revolucionario y espiritual.

Pandemia y pánico en India

La pandemia tomó a Javier en Goa (India), donde hacía conciertos en la playa. Y de repente, todo se cerró. “La gente de India entró en pánico. Fue un momento difícil. La Embajada de Suecia envió un vuelo de rescate y tres meses después estaba en Estocolmo. En Suecia la pandemia fue muy suave, casi no hubo restricciones, no se usó barbijo. Subsistí haciendo conciertos online. Todos estamos pasando un momento traumatizante, hay que aprender a lidiar con el trauma y curarlo con el tiempo.

Paraguay, la fuente

“Volver al Paraguay para mí es volver a la fuente, a la raíz, a mi primera casa de los olores, sabores y el cariño de mi gente. Si bien mi corazón se siente muy apegado a esta tierra por ser la de mis antepasados, tengo el corazón en muchos lugares del planeta. En cada lugar que he estado aprendí algo, reí, lloré, entonces realmente siento que soy y que vengo de todos los lados a los cuales me gustaría volver. Por eso es que no podría volver a vivir en Paraguay, pero sí lo volvería a visitar mil veces. Principalmente porque toda mi familia y también la gente con la que he tocado conciertos me hace sentir muy pero muy bienvenido”.

Javier Manik abrazado a su padre Isidro Chávez, ya en Paraguay.
Javier Manik abrazado a su padre Isidro Chávez, ya en Paraguay.

-¿Tu padre será la razón principal que te atrae aquí, pero a la vez te impulsa a seguir viajando?

-Mi padre, Isidro Chávez, vive en Paraguay y ama muchísimo su país y su cultura, él es cantante compositor y uno de los pioneros del rock paraguayo. Lo admiro mucho como artista y como el gran ser humano que es. El también ha viajado por el mundo haciendo música y ha vivido algunos años en París antes de regresar a su amada tierra. Podría decir entonces que llevo en la sangre ser un viajero, está en mi genética. A pesar de que nos conocemos solo hace algunos años, somos muy parecidos en muchos sentidos, ambos somos sensibles ante las injusticias para con nuestro pueblo, somos pasivos, tranquilos, buscamos estar en paz y armonía con todo lo que nos rodea”. Por supuesto, las zapadas con su padre nunca faltan en el patio debajo del mango, tomando tereré. “Agarramos la guitarra y comenzamos a cantar juntos buscando hacer armonía con las voces. O cuando vamos en el auto, de la nada empezamos a cantar juntos. Somos dos amigos que se encuentran y queremos mostrarnos uno al otro lo mejor que hemos aprendido de música en estos años”. Cuando están lejos, el lazo se sigue fortaleciendo: “Cuando yo vivía en India (y él desde Asunción) cantamos juntos una canción titulada Barcequillo, que es su ciudad natal.

-Con padre y hermanos músicos, parece que no tenés escapatoria

-Mis hermanos por parte de mi padre son increíbles personas e increíbles músicos, algunos dedicados a la música profesionalmente como Willy Chávez (ex Salamandra), con él produjimos un álbum con algunas de mis canciones. Con otro hermano, Santiago Chávez y con Willy formamos un grupo que llamamos “Hermanos de sangre” e hicimos algunos conciertos en Asunción hace unos 5 años. El concierto fue en un bar céntrico y nos unió mucho más como hermanos; mi padre nos vio juntos por primera vez tocando. Fue emotivo hasta las lágrimas.

lperalta@abc.com.py

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