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La figura de Serafina Dávalos siempre ha despertado interés de propios y extraños por sus ideas ligadas a la igualdad de género, principalmente, en una época impensable para nuestro país. Tanto así que captó la atención del escritor Rocco Carbone, a través de conversaciones con Clyde Soto, quien le hizo conocer el libro Humanismo, de Serafina, publicado por el Centro de Educación y Estudios en Asunción.
Cuenta que también le fue útil el libro de David Velázquez Seiferheld, A la mujer paraguaya, un recorrido por las ideas de Serafina Dávalos, una recopilación de los artículos que Serafina escribió entre 1900 y 1910. “Pero me acerqué realmente a Serafina, quien tenía otros aspectos más militantes, a través de Aireana y su espacio cultural La Serafina”, explica.
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Carbone es, también, docente universitario y enseña la materia Problemas culturales latinoamericanos, que se ocupa de ciertos emergentes propios de la cultura latinoamericana. “Me pareció que podía aportar algo al debate de esa materia y me decidí a dar algunos elementos del pensamiento de Serafina, pero antes empecé a preparar algunas clases para el debate sobre el feminismo latinoamericano a partir de la figura de ella”, comenta.
A medida que avanzaba, fue tomando notas, investigando, acumulando datos y al final se decidió a escribir un libro sobre ella: Serafina Dávalos Feminista, que se publicó por la editorial Servilibro e iba a ser presentado en Asunción, pero se postergó debido a la pandemia. “Fue más que nada sistematizar un poco los debates sobre el feminismo en general, con una representante del feminismo paraguayo”, detalla.
Se puede decir que Serafina es un personaje relevante en el contexto de la posguerra de la Triple Alianza, porque Paraguay fue destruido. “Y las que reconstruyeron el país posfinal de la guerra fueron las mujeres paraguayas. Un país que había atravesado un genocidio. Esas figuras colectivas de las mujeres paraguayas reconstructoras tienen una posición autoprivativa del poder. Y el contexto en el cual Serafina se mueve es el cultural. Ella es la primera mujer en acceder a la universidad, en doctorarse, en escribir una tesis preciosa, Humanismo, donde habla de la emancipación de la mujer, pero a través de la educación”, refiere.
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Serafina es la primera mujer que incursiona del círculo intelectual de principios del siglo XX. No solo escribe en el diario La Democracia, sino que también se inserta en el único círculo intelectual de la época: La Colmena, integrado casi exclusivamente por hombres; entre ellos, Manuel Domínguez, Arsenio López Decoud, Juan E. O’Leary, Ignacio A. Pane, Ricardo Brugada, Fulgencio R. Moreno. “Barret reconoce a Serafina como su par dentro de este círculo intelectual: la reina indiscutida de La Colmena, de la primera década del siglo XX”, resalta.
Para Carbone, los logros de Serafina son insoslayables. “Es la primera mujer que se doctoró en Derecho y Ciencias Sociales, ejerció la abogacía, se dedicó a la docencia, participó de la creación de la Escuela Normal de Maestras, de Adela y Celsa Speratti, y mientras estudiaba en la universidad fundó la Escuela Mercantil de Niñas, porque quería formar a niñas peritos mercantiles, taquígrafas, secretarias. La idea de esta escuela era una alternativa al magisterio para las mujeres, que pudieran desempeñarse como trabajadoras. La emancipación que concibe Serafina es a través de la institución educativa y del trabajo”, expresa.
Aun así, ¿la podemos considerar víctima de su tiempo? El autor considera que, más bien, fue víctima de un sistema cultural de fuerzas político-cultural, el heteropatriarcado, que tiene, por lo menos, cinco mil años y que, efectivamente, victimiza, inferioriza, secundariza, al sujeto femenino y que al mismo tiempo ese mismo sistema victimiza también a los hombres, que pretendan, precisamente, alejarse de ese sistema, porque es violentogénico, desde sus genes. “Es la ley del pater familia, del karai guasu, la ley del hombre que victimiza constantemente al otro, sobre todo a otra, a una mujer. Implica desigualdades, el reparto injusto de poder, hacer y deber hacer”, expone.
Pero, continúa, lo que hay que preguntarse es si Serafina acepta esas reglas o las quiebra permanentemente a través de su trabajo intelectual público, su libro, sus escritos en la prensa. “El heteropatriarcado pretende victimizar a la mujer, y Serafina no lo permite”, destaca y añade que toda sociedad tiene una parte de elemento conservador y otra que lucha por sus derechos, igualdades colectivas. Serafina se sitúa en un lugar emancipador. “Es una luchadora antipatriarcado, sistema vigente que aún no ha sido erradicado. Aunque hay espacios sociales como Kuña Pyrenda que militan de manera crítica contra el patriarcado, este sigue cosechando víctimas”, subraya.
Carbone rescata de las ideas de Serafina la negación, la discusión, el quiebre, la puesta en tela de juicio de la razón patriarcal que minoriza a una gran mayoría, que es el colectivo femenino, integrado por mujeres, trans, travestis, lesbianas, gays, etc. “La idea fuerza de Serafina es poner en tela de juicio la razón patriarcal. Ella nos enseña que bajo las condiciones del patriarcado, capitalismo, colonialismo no es posible una democracia de alta intensidad y también que esa relación de poder desigual se puede convertir en relaciones de autoridad compartidas”, refiere.
Efectivamente, hay luchas que afirman ciertos derechos que antes se carecían. Sus ideas integran la genealogía feminista en América Latina y constituyen algunas herramientas que el movimiento feminista latinoamericano entramó en Paraguay en un momento de su historia. “Recuperarlo es indispensable para lograr la emancipación colectiva, para todo ser humano”, asegura.
Según el autor, el libro pretende apoyar que el colectivo femenino no siga siendo una mayoría minorizada por el patriarcado, puesto que representa la mitad o un poco más de la humanidad y tiene derecho a la mitad del poder. “Es un librito que quiere caminar en paralelo a las grandes luchas emancipadoras populares. Es una obra que quiere ubicarse al lado de una sociedad que se quiere a sí misma, igualitaria, libre, inventiva, disidente, popular. Que hace suyo ese teko porã guaraní: hacer la vida humana y el mundo un lugar digno”, concluye.
Sobre Rocco Carbone
Rocco Carbone (1975) es un filósofo italiano naturalizado argentino. Reside en Buenos Aires, donde es docente y se ocupa de la filosofía, la cultura, de discursividades y procesos políticos y culturales de América Latina. Estudió en universidades de Italia y Zúrich. Es profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento e investigador del Conicet. Entre sus obras se destaca ¿Qué pasó en Curuguaty?, en coautoría con Clyde Soto.