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Es probable que los más jóvenes no tengan registro, pero antes de la decadencia y el abandono del que fue víctima durante un largo periodo, y mucho antes de que se convirtiera en el escenario de una desgracia el ultimo domingo de enero de este año, hubo una época en la que por este coliseo rodeado de una naturaleza maravillosa con vista al lago desfilaron las más fulgurantes “estrellas del momento”. No en vano había sido proyectado como el mejor anfiteatro de Latinoamérica, destinado a grandes espectáculos con una masiva afluencia de gente.
Oficialmente inaugurado el 24 de septiembre de 1992, hace casi 30 años, con la ambiciosa idea de que se convirtiera en el mejor anfiteatro de nuestro continente, el “José Asunción Flores” comenzó a lo grande, ofreciendo incluso la posibilidad de asegurarse un lugar en –al menos– quince espectáculos anuales, “comprando un asiento para ver a las estrellas”. Estrellas del escenario y también las de la bóveda celeste.
Quizá algunos sean muy jóvenes para recordarlo, pero en el primer lustro de los años 90, por este escenario pasaron artistas internacionales de la talla de Luis Miguel, Ricardo Montaner, Ricky Martin, Xuxa, Roberto Carlos, Chayanne, Mercedes Sosa, José Luis Rodríguez; bandas como Garibaldi, Magneto y Soda Stereo, además de artistas todavía vigentes como Fito Páez, Charly García, incluso llegaron a presentarse aquí Los niños cantores de Viena.
1995 y el festival OTI
El Festival de la OTI, un reconocido evento en el que se premiaba a la Canción Iberoamericana y que se celebró en distintos países desde 1972 hasta el año 2000, vivió y vibró su edición del año 1995 en nuestro país, donde veinticuatro participantes de diferentes países de habla hispana no pudieron tener mejor escenario que el imponente “José Asunción Flores”.
El ganador de esa edición fue el representante de España, Marcos Llunas, quien interpretó la canción Eres mi debilidad. Pero, definitivamente, la nota inolvidable del evento la había dado el representante paraguayo Rolando Percy, quien en el preciso momento en que el ganador recibía el premio, se acercó a uno de los micrófonos, expresó su descontento, puso en duda la transparencia de la competencia, tildó al jurado de “cocinero” y, como epílogo de su irrupción, arrojó el micrófono. No olvidemos que el festival estaba siendo transmitido en directo para decenas de países.
Años de abandono
Pero llegó la crisis financiera de los 90, el Banco Central del Paraguay intervino el Banco de Inversiones del Paraguay (BIPSA), que administraba el anfiteatro, y todo quedó truncado, abriéndose así la puerta a casi dos décadas de abandono y rapiña.
Tratar de revivir los eventos en el anfiteatro, principalmente con conciertos veraniegos de distintos géneros, es una labor que se lleva adelante aproximadamente desde 2012, año en el que fue expropiado a favor del Ministerio de Hacienda y fue cedido el usufructo del predio por veinte años a la Municipalidad de San Bernardino.
Sin embargo, en el primer evento que albergó en el 2022, justo en el año en el que cumplirá tres décadas, el anfiteatro se ha teñido de sangre, y nos dejó una pregunta: ¿es posible que, finalmente, sean las balas del narcotráfico las que provoquen su muerte definitiva?
Pero así como la vida debe continuar y también el show, esperemos que el coliseo de los grandes espectáculos pueda resurgir en un futuro cercano y se convierta en aquello para lo cual fue concebido.
En cifras:
Anfiteatro José Asunción Flores
Administración: Municipalidad de San Bernardino.
Capacidad: 20.615 personas.
Superficie total de la construcción: 25.500 m².
Diseño: Ruggero Zarza.
Primer concierto: Luis Miguel, el 6 de diciembre de 1992.
Último concierto: Ja’umína Fest, el 30 de enero de 2022.