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Mediante una beca otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de China (Taiwán), Pilar y Montserrat Argaña estudian en la casa de estudios que es contraparte de la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay. Tras un año de estudio de chino mandarín, Montserrat cursa Ingeniería Química, y Pilar, Ingeniería Electrónica. Ambas se destacaron desde pequeñas en el estudio, “fuimos abanderadas”, cuentan.
–Muy jóvenes y con beca completa, ¿cómo era la vida de ustedes antes de viajar a Taiwán?
P: Principalmente, podemos decir que tenemos la mejor familia del mundo, siempre apoyándonos en todo. Vivimos hasta los 18 años en Arroyos y Esteros y después nos mudamos a San Lorenzo para poder estudiar. En casa recibimos una excelente educación basada en valores y principios, cuando éramos más chicas nos parecían muy estrictos, pero hoy en día lo agradecemos muchísimo.
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–¿Cómo concretaron la beca a Taiwán?
M: Siempre quisimos ir a estudiar al extranjero, por eso estudiamos inglés. Fue en una época en que mi familia atravesaba un momento económico difícil, pero gracias a la solidaridad de una profesora, ambas pudimos hacer el curso. Indagamos en varias becas, pero eran muy costosas. No sabíamos que Taiwán daba las más completas, hasta que fuimos a una charla y ahí nos enteramos. Postulamos y solo una de nosotras quedó, la otra pasó a lista de espera.
–No pues, las gemelas no se separan
M: ¡No podía ser! (risas). Pero grande fue la sorpresa que del grupo de 40 paraguayos que viajaron ese año, uno renunció y entonces pudimos encontrarnos. Nunca perdimos la fe, ante tanta incertidumbre nos dijimos: “Nos vemos pronto”, y así fue.
–Siendo gemelas, ¿llevan vidas casi idénticas?
P: Nosotras somos muy unidas, la gente se sorprende por la forma en que nos cuidamos una a la otra, pero también somos independientes. No vamos a decir que no nos peleamos, eso es normal entre hermanos, pero siempre se vuelve a la paz.
M: Hoy cada una adoptó su forma de ser y pensar.
–¿Por qué eligieron ingeniería?
M: Nos inclinamos hacia la ciencia y las matemáticas, Pilar tiene una fuerte inclinación hacia los robots, mientras que a mí me gustaría trabajar con energía renovable. Creemos que a través de estas carreras podemos llegar a ser profesionales que puedan ayudar al desarrollo de su país.
–¿Qué es lo que más las ha impresionado de China?
P: La disciplina de los habitantes, el transporte público y especialmente la seguridad que hay.
–¿Cómo viven allá?
P: Rentamos un departamento, más o menos cerca de la universidad. Los fines de semana, si no tenemos mucho que estudiar, nos damos descansos o vamos a hacer senderismo en alguna montaña. Nos gusta salir a conocer y comer. Siempre llamamos la atención porque nos consideran idénticas, (pero los que nos conocen bien saben que no lo somos) nos piden fotos en la calle o en el mercado, nos regalan dulces o frutas deliciosas.
–Tan lejos de casa, ¿se sienten en otro país o en otro planeta?
M: Los primeros meses no estábamos acostumbradas, aquí todo es muy diferente, pero ahora ya conocemos muchas cosas, lugares, ya nos manejamos mejor con el idioma. Lo mejor de todo es la gente buena que conocimos, tanto taiwaneses como de otras nacionalidades. Recorrimos bastante. Taiwán tiene islas paradisíacas y montañas increíbles. Nos llama mucho la atención la cantidad de templos y cómo están decorados. Lo que más nos gusta es el amor que tienen a los animales, se pueden ver taiwaneses paseando en el parque con perritos que tienen carritos como los bebés.
–¿Y qué no les gusta?
Lo único que no nos gusta es que llueve diariamente, a veces pasan días sin que salga el sol.
–¿Por qué Taiwán y no Estados Unidos o Europa?
P: El nivel de educación principalmente y, como mencionamos, tenemos una de las becas más completas.
–¿Qué opinan de la comida?
P: La comida es bastante peculiar, nada de lo que en Paraguay estamos acostumbrados, pero es muy rica y nutritiva. Los horarios también los cambiamos, acá se cena muy temprano. Igualmente extrañamos la comida de mamá y la mandioca.
–Sí, tres años es tiempo para empezar a extrañar las raíces…
P y M: ¡Sí! Especialmente a nuestra familia, porque ambas somos muy familieras y mimadas. También a nuestros amigos de Arroyos y Esteros.
–¿Cuándo vuelven?
M: La beca dura 5 años. Queremos prepararnos más, seguir estudiando, ganar experiencia laboral y luego volver al Paraguay sin dejar la música de lado. Esperamos poder hacer grandes cosas en el interior del país, empezando por Arroyos y Esteros. Tenemos en mente varios proyectos.
–¿Por ejemplo?
P: Siempre me dijeron que soy soñadora cuando digo que quiero construir un lugar de estudios avanzados y creo que eso fue lo que me trajo hasta acá; me gustaría dirigir un centro tecnológico en mi ciudad, donde pueda enseñar inglés, programación, robótica; sé que puedo ayudar a muchos jóvenes que no tienen los suficientes recursos para estudiar.
–¿La beca que usufructúan exige alguna retribución a China Taiwán?
M: En el reglamento no se contempla que debamos retribuir de alguna manera a Taiwán ni tampoco es obligatorio volver a Paraguay. Depende de cada uno.
–¿Se reúnen con otros paraguayos?
M: Sí, en acontecimientos especiales, cumpleaños, Navidad y Año Nuevo. Cocinamos comida paraguaya y en algunas ocasiones hacemos asado para recordar los domingos en Paraguay.
-¿Cómo se vive hoy la pandemia en China?
P: Desde que empezó la pandemia siempre nos sentimos seguras, además las restricciones son muy respetadas como el uso del tapabocas y el distanciamiento social, hasta ahora. Para el viaje a Egipto tuvimos que hacer cuarentena en un hotel, así son las reglas para regresar a Taiwán.
–En toda cultura hay dichos tradicionales, ¿cuál adoptaron?
P y M: 萬事如意 (Wànshì rúyì) significa “que todo te vaya bien”, lo dicen en Año Nuevo chino o cuando cumplís años.
–¿Cómo es la vida social del taiwanés, cómo se expresan?
M: Lo que más amamos aquí es la libertad de poder vestirse como uno se siente cómodo y nadie te va a señalar, ropa, peinados, hay muchos estilos diferentes
–Y los universitarios, ¿protestan, reclaman mejoras o algún tipo de cambios?, ¿cuál es su compromiso?
P: Mayormente están muy concentrados en las clases, las tareas, y siempre están hablando de eso. El joven taiwanés está comprometido principalmente con su país y su familia, el respeto y la obediencia a los padres.
Ingenieras y cantantes
Por intermedio de una amiga egipcia que cursa en Taiwán Tech, Pilar aplicó al Foro Mundial de la Juventud (realizado en Egipto), y tras ella aceptaron también a Montserrat, dado el talento de ambas al cantar y, por supuesto, la particularidad de ser gemelas. Fueron las únicas hispanoparlantes que incluyeron versos en español en el acto. Cabe mencionar que las hermanas cantan desde niñas en acontecimientos familiares y sociales. “A los 6 años en la escuela, una profe nos dijo que nos vistamos igualitas para una presentación por el Día de la Familia. Nos acompañaron nuestra mamá, hermano mayor, Roberto, y la tía Kiki, que nos alentó muchísimo, (hoy ya no está, pero la recordamos siempre antes de subir a cualquier escenario)”.
–Llevar arte cuando uno viaja siempre abre puertas
P: Sí. Principalmente ayuda a perder el miedo al público, a hablar con la gente, a ser desenvuelto. A través de la música uno puede mostrar de dónde viene, en nuestro caso hemos participado en varios festivales en Taiwán con canciones paraguayas. En Egipto la organización nos pedía canciones internacionales, así que hicimos Imagine, de John Lennon en inglés y guaraní; antes ya habíamos escuchado la versión en guaraní, por Ricardo Flecha, a quien admiramos. Si bien no fuimos con una delegación paraguaya, nosotras representamos a Paraguay por nuestra nacionalidad. Muchas personas se sorprendían al saber que tenemos dos idiomas oficiales.
M: Queremos aclarar que los gastos del viaje más la estadía fueron cubiertos por la organización del foro. Cantamos en la ceremonia de apertura, estaban presentes el presidente de Egipto y otras personalidades.
A seguir sueños
Preparándose para ser ingenieras, paralelamente la música acompaña siempre a estas compatriotas tanto en lo laboral como en el desarrollo personal. “Alentamos a los jóvenes a seguir sus sueños, sobre todo a los del interior del país. Una palabra o un aliento puede ser el hilo que guíe a más talentos a sobresalir. Nosotras hoy estamos viviendo algo que todavía no dimensionamos”, finalizan.