Cargando...
Entraron a Paraguay por el Chaco, y según dice Jeff, al entrar ya sintieron la amabilidad de la gente, “fue algo muy especial”.
Recorrer Sudamérica es una deuda que la mayoría no ha saldado.
Sin embargo, existen miles de jóvenes latinoamericanos que mantienen viva la cultura de mochilear sobreviviendo con su arte. Un buen día, chicas y muchachos con ansias de conocer otros países, otra gente, acentos y costumbres le dicen adiós a la rutina y al trabajo de salario mensual.
Lea más: Los gatos educan a sus dueños
Jeff Aguirre es colombiano, nació en Medellín, allá trabajaba en una parrilla, pero siempre quiso viajar. “El sueño de conocer Machu Picchu fue lo que me motivó a empezar este viaje. Cuando tenía 26 años renuncié a mi trabajo y empecé recorriendo Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia hasta llegar a Paraguay.
Lo que se planificó como un viaje en solitario tuvo un giro inesperado. “Un día estaba haciendo música en la calle con mi parlante, un muchacho pasó frente a mí con una gatita en sus hombros. Dejé de cantar y me acerqué a él para preguntarle si sabía sobre algún gatito en adopción; el muchacho me respondió que si quería, me podía quedar con la que él estaba cargando, explicándome que la acababa de salvar de una señora que la quería matar por haber robado comida de su tienda”. Desde ese día, el 18 de agosto de 2020, Jeff y su gata carey Sofi son inseparables.
–Una compañera felina cambió tus planes en la manera de viajar.
–Sí, lo cambió por completo, pero ha sido lo mejor que me ha pasado en este viaje. No me he arrepentido nunca de llevarla conmigo. Es una gata muy tranquila, desde pequeña se comporta muy bien en la calle y en los toques.
Lea más: Cómo y con qué frecuencia bañar a los gatos para evitarles estrés
-¿Será porque es una carey?
–Con el tiempo y compartiendo una casa con una persona que tenía otra carey, creo que sí, que son especiales.
–Una mascota siempre atrae animaleros.
–Así es, una de las ventajas de su compañía es que, gracias a ella, conocí a muchas personas que aman a los animales y que nos han brindado apoyo.
–También te limita en algunas cosas.
–La desventaja es que cuesta conseguir hospedaje, porque en la mayoría de los lugares no permiten animales.
Lea más: Cómo saber si mi gato está enfermo
–¿Sobreviven con la música callejera?
–Todo el viaje lo hemos hecho por medio de la música, cantando en la calle, en los restaurantes y bares. Hago covers de Bacilos, Juanes, Soda Estéreo, No te va a gustar, Ataque 77, ese es mi estilo. También la gente nos ha ayudado mucho, un señor pagó su esterilización; pero sin duda alguna donde más hemos sentido el apoyo ha sido en Paraguay.
–Fuiste bienvenido, entonces.
–Ya tenía buenas referencias por un par de amigas que habían estado acá y me recomendaron conocer. ¡A lo único que no nos acostumbramos es al calor! Tengo que esperar que baje el sol para sacar a Sofi porque llora, no ha sido fácil para ella adaptarse ni para mí. Todo es parte del viaje, en Bolivia se enfermó por el frío, se le inflamó un ojito, también allá un perro la mordió; desde ese día la tengo atada a mí cuando salimos.
–En nuestra cultura todavía es una curiosidad viajar con gatos, ¿qué te dice la gente?
–Muchas personas nos llenan de energía con sus buenos comentarios, algunos nos dicen que nos admiran, que algún día quisieran viajar con nosotros. Pero también hay gente que me dice que soy un explotador de animales, que no cuido bien a la gata o que no le doy agua… Al principio me ofendía un poco, pero después decidí no volver a prestarle atención a este tipo de comentarios. Para viajar con una mascota, siempre hay que estar muy pendiente de ella, no dejarla sola, tener todas las vacunas al día porque viajando se pueden enfermar fácilmente.
–Puede haber una estrecha línea entre hacerse acompañar por una mascota o exponerla y explotarla, ¿cómo sabremos distinguir?
–Bueno, hay gente que pide dinero en nombre de los animales. Y hay gente que trabaja para dar a los animales lo que necesitan.
–¿Sos de los que considera hijos, amigos o compañeros a su mascota?
–Sofi es mi hija. Tiene muchos seguidores, en Facebook e Instagram, donde está como Michilera Sofi; así también me llaman muchos cuando me ven por la calle: “¡Michilero!” y quieren conocer a mi gata.
–Dicen que los gatos son protectores
–¡Sí! Una vez cuando estábamos en Bolivia, yo estaba durmiendo y ella empezó a llorar de una manera muy extraña mirando hacia la pared. Había un animal que venía hacia nosotros. Sofi estaba muy asustada, pero me avisó antes de que ese animal me picara. Era una escolopendra (insecto muy venenoso).
–¿Cuánto tiempo más por Paraguay?
–No sé, me gustaría quedarme más y recorrerlo por completo. Ha sido el país en el que mejor nos han tratado. Nos han hecho sentir como en casa.