La canasta mecánica

POLÍTICOS Y EL BIEN COMÚN -- En medio de una crisis hay que inventar caminos alternativos, crear aquello que no está previsto para resolver la dificultad. La necesidad es madre del ingenio, decía mi madre, mientras convertía un resto de comida en nuevo delicioso plato.

La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

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En épocas difíciles es cuando más se debe agudizar la imaginación, aprender a improvisar soluciones sobre la marcha y recurrir a la intuición, que es una parte importante del instinto de sobre vivencia.

Cuántas veces escuchamos aquello de que una crisis es una oportunidad. Eso lo pudimos corroborar en el modo creativo que encontraron para salir a flote en estos tiempos de pandemia las empresas de eventos, los hoteles, el sector gastronómico, lo mismo que diferentes clases de emprendimientos personales. Confinados pero no parados se movieron de forma original, inspiradora y emotiva. Los artistas ofrecieron alternativas de ocio y entretenimiento como un antídoto al encierro del aislamiento. La gente aprendió a crecer en la adversidad.

En estos días vimos que el diputado argentino Javier Milei sorteó su primer sueldo equivalente a unos dos mil dólares entre la gente que se inscribió en su página. En el ámbito local todavía no vemos actitudes similares de parte de los políticos. Ahora que se acercan las elecciones 2023, sabemos que los partidos políticos recibirán dinero del Estado para subvencionar los gastos de campaña. Estamos hablando de cifras millonarias que salen de los bolsillos de toda la ciudadanía que sufre los embates de esta crisis. Si los partidos políticos y quienes postulan su candidatura, decidieran basar su estrategia en la austeridad de gastos y donaran al menos el cincuenta por ciento de ese dinero para equipar escuelas y hospitales... ¿no quedarían más impactados los votantes ante tal circunstancia, que ante la pegatina de afiches de rostros de risas falsas que ensucian las paredes de la ciudad?

Los hombres públicos debieran dar ejemplo de solidaria austeridad ¿Por qué no donan a escuelas y hospitales aunque sea la mitad de sus dietas los senadores y diputados que ganan sueldos millonarios en un país pobre que está en grandes dificultades? La política no debe ser una profesión lucrativa porque su fin es la función de servicio para el bien de la comunidad. Se estableció un honorario digno para que diputados y senadores no se dejaran seducir por el dinero de los sobornos. Sin embargo, ahora, aparte del dinero que les genera el voto-tráfico acceden a un sueldo mensual de varios millones, para nada acorde con los paupérrimos ingresos de la población que representan. Es vergonzoso que mientras empresarios, campesinos, profesionales y ciudadanía trabajadora se debaten por sobrevivir la crisis, los parlamentarios continúen haciendo costosos viajes al exterior, se trasladen en lujosos vehículos con el combustible pagado por la ciudadanía y se construyan mansiones millonarias.

carlafabri@abc.com.py

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