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Adeline Friesen, desde niña, tuvo pasión por los frutos del bosque chaqueño; los aborígenes de la zona le enseñaban qué frutos comer y cuáles no, y pasó muchas siestas de su infancia recorriendo el bosque y probando esos frutos autóctonos. Más adelante estudió química y enfocó su vocación a la preparación de alimentos, y aunque se dedicó a otras cosas al principio, siempre estaba con ganas de dedicarse a un emprendimiento que involucrase lo que la flora del Chaco produce naturalmente.
“Siempre observé que en otros países aprovechaban las frutas silvestres, entonces también pensé que podíamos hacerlo, más aún cuando vi que los mismos frutos que el Chaco provee naturalmente estaban siendo importados a los supermercados de Asunción desde otras partes. Mientras, acá las frutas que no se utilizan van a la basura”, explica refiriéndose al algarrobo y las tunas.
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En épocas buenas, el Chaco produce muchos frutos, pero faltaba un lugar en donde procesar esos alimentos. Con el tiempo, Adeline fue probando varios sabores y formas de utilizar los frutos silvestres, en mermeladas, tés, etc. Y trabajar con variedades autóctonas le dio y sigue dando la oportunidad de generar un impacto social, principalmente en la zona rural, ya que al ser extraídos del bosque se necesita apelar a la mano de obra de la región para la recolección y acopio.
Una gran variedad
Los frutos silvestres abundantes son: tuna, algarrobo, molle negro, mistol y el ají silvestres y entre los productos más exóticos están el tamarindo, el meloncito que vino de China, la rosella, además del sorgo, que –a pesar de no ser silvestre– carga un legado cultural, ya que en el Chaco con los primeros inmigrantes muchas veces no podían tener siempre harina de trigo, entonces usaban a harina de sorgo para hacer pan y demás alimentos.
Decidida a ganar experiencia, cuenta entre risas que llevaba sus primeros productos a su lugar de trabajo y que sus colegas se escondían de ella porque siempre venía con algo nuevo que invitaba para probar. Con el tiempo empezó el proceso de formalización de la marca Tuco’s Factory, y actualmente cuenta con más de 15 productos, desde mermeladas, harinas, cafés y condimentos, hasta galletitas.
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El proyecto de Adeline incluye desarrollar nuevos sabores de mermeladas y generar conocimiento sobre los usos de los frutos silvestres, e investigaciones, además de dar charlas a futuros ingenieros químicos, para que sea conocido lo que el Chaco produce.
Hoy comparte algunas ideas para utilizar la mermelada de rosella y la harina de algarrobo.
Cómo hacer cheesecake de rosella
Ingredientes para la masa
1 paquete de galletitas de maicena curubicadas
100 gramos de manteca derretida
Preparación
Mezclar bien y mantener en la congeladora por 10 minutos.
Ingredientes para el relleno
1 pote de crema de leche
1 pote de queso crema
1 yogur grande de vainilla
3 cucharadas de azúcar impalpable
1 cucharada de gelatina hidratada
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Preparación
1. Batir la crema de leche y el queso con azúcar impalpable; una vez espeso agregar el yogur y seguir batiendo de 2 a 3 minutos.
2. Agregar a la mezcla anterior la gelatina previamente hidratada en un poco de agua tibia. Verter sobre la masa previamente llevada a frío y golpear bien para sacar las burbujas de aire y lograr una superficie lisa.
3. Llevar al congelador por 1 o 2 horas.
Ingredientes para la cobertura
200 ml de agua
2 cucharadas de mermelada de rosella
50 gramos de azúcar
2 gramos de agar-agar o a cucharada gelatina
Frutas de rosella frescas o disecadas
Preparación
1. En una cacerola agregar todos los ingredientes, inclusive las frutas, y hervir por 2 minutos.
2. Enfriar un poco a unos 50 ° C y verter luego sobre el relleno de la torta previamente llevada a frío.
3. Disponer las flores como decoración y llevar a la heladera por 2 horas antes de servir.
Nota: Si usa gelatina en vez de agar-agar tener en cuenta que solo se debe calentar, no hervir.
Smoothie de mango congelado y harina de algarrobo
Ingredientes
1 taza de mango congelado
1 cucharada de chía
1 taza de leche
2 cucharadas de miel
1 cucharada de harina de algarrobo
Preparación
Mezclar todo en una licuadora y consumir frío.
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