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Cumpliendo el protocolo sanitario internacional, María Victoria Benítez pasó unas semanas en su tierra natal. Su honda dedicación por el tema de los inmigrantes en Paraguay la conduce siempre a descubrir otros temas vinculados. Esta vez no fue la excepción; trabajando para su tesis doctoral, que abarca a los inmigrantes en Paraguay siglos XIX y XX, encontró datos interesantes de un estudio sobre la población y producción de la posguerra. “Durante mi investigación tuve que hablar de la pérdida demográfica de la Guerra Grande de 1870, y hallé bastante información sobre el final de la guerra; esto me dio la idea de trabajar exclusivamente sobre este periodo para la publicación de un libro”. El material trata de las personas que quedaron vivas y está clasificado por género y edad. El trabajo tiene algo más de 600 páginas, ya culminado, solo aguarda ingresar a una imprenta asuncena.
–Después de la guerra, Paraguay quedó diezmado, para muchos es todavía una época llena de misterios...
–El tema es fascinante. No porque un tema ya haya sido publicado en diferentes épocas debe “olvidarse” o considerarse definitivo. No se trata de contar lo mismo, sino de ampliar el enfoque. Además, la historiografía bibliográfica que acompaña permite entender mejor y sacar conclusiones sobre un recuento de población en un periodo de posguerra y, sobre todo, es atractivo tocar este periodo, no porque sea un misterio o leyenda ni porque tenga muchas lagunas e incógnitas, sino porque es muy útil y de interés (general) nacional conocer nuevos enfoques de este periodo tan particular en la historia de nuestro país.
–Usted suma el dato de la producción para conocer la cantidad de población.
–La cuestión de la población está ligada a la relacionada con la producción de posguerra, las dos están vinculadas entre sí; no se trata de elegir una u otra, sino que ambas están entrelazadas, vinculadas desde lo que podría decirse que representa la vida sobria de la producción de los supervivientes de esta guerra.
–¿En qué consistía la producción agrícola?
–La producción es enfocada en liños sembrados, medida de cultivo que se utilizaba en la época, en forma lineal y en número, y no en hectáreas de cultivo, lo que también evidencia que lo que se sembraba era para la autosubsistencia. Por ejemplo, en algunos partidos la producción era muy precaria, es decir, de pocos liños sembrados. Esto también puede esclarecer que el lugar tenía pocos habitantes y, por lo tanto, poca mano de obra existente.
–Sin hombres, las mujeres trabajaban la tierra.
–La histografía nos cuenta que las mujeres y los más jóvenes eran la mano de obra de la agricultura, mientras que los hombres estuvieron en el frente de batalla. Aquí no tenemos especificado quiénes se encargaban de los productos sembrados.
–¿Qué productos constituían esa agricultura de subsistencia?
–La base era la mandioca, arroz, habilla, arveja, batata, poroto, calabaza. Frutas no había, al menos no figura en la lista.
–En su trabajo menciona personas con nombre y apellido, ¿quedan sus descendientes?
–La mayoría de los apellidos de la lista presentada son apellidos comunes, es decir, son conocidos; es difícil saber si los similares a los actuales provienen de la generación de posguerra. Se sabe también que era muy común que una mujer tuviera hijos de diferentes padres, por lo que es difícil conocer la descendencia directa de una familia. También es posible que una madre haya tenido dos o tres hijos de diferentes hombres, y que luego se haya casado con otro que les dio su apellido a esos hijos.
–¿Qué institución realizaba el censo en aquella época?
–Al final de la guerra de 1970 no existía ninguna institución para las estadísticas censales; los censos se improvisaban y cada Partido (pueblo) los realizaba como podía.
–¿La poca población no facilitó la creación de un registro?
–Cada representante de los partidos de la época presentaron, según su criterio, el formato de la población y/o de la producción. Es muy probable que, en esta labor, en cada partido participaran una o varias personas. Al ser lugares pequeños, no había tanta población, no hubiera sido tan complicado realizar un censo aproximado, pero no se puede asegurar que la cifra presentada sea una realidad absoluta (especialmente para los partidos con mayor población). Además, estaba la dificultad de los medios de transporte, sabemos que el más probable era el caballo o el carro. Los caminos eran muy precarios en las zonas remotas, ni siquiera había carreteras, eran estrechos senderos que los habitantes improvisaban para desplazarse por sus territorios o por el lugar.
Un aporte para compartir
“Sorprendentemente es más fácil encontrar datos sobre Paraguay en el extranjero que en el propio país. Las instituciones públicas en Francia tienen en su mayoría biblioteca/archivo, y están abiertas para consultar, especialmente a investigadores”, sostiene. Otra fuente importante de datos sobre la población que cita son “los archivos parroquiales, grandes o pequeños, que pueden proporcionar datos a través de certificados de matrimonio, de nacimiento o de defunción, etc. Incluso, hay archivos parroquiales de pequeños pueblos que pueden tener existencia desde antes de la Guerra del 70. Son elementos que permiten comprender la sociedad demográfica de un lugar determinado”, explica. La historiadora trabajó principalmente en los Archivos Diplomáticos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
–Entonces, ¿cuál era la cantidad de habitantes después de la Guerra del 70?
–Hay datos de otros investigadores que menciono en el libro, según sus cálculos, basados en un censo en la época de López, la población antes de la guerra estaba entre 420.000 y 450.000 habitantes, después de la guerra quedó entre 200.000 y 250.000. Es creíble. La documentación oficial no refleja exactamente eso, pero muestra cómo hicieron el registro en aquella época, está bien escrito, por cada categoría, personas según su sexo y edad y la producción detalladamente.
EL DATO
La población antes de la guerra estaba entre 420.000 y 450.000 habitantes, después de la guerra quedó entre 200.000 y 250.000.