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Ahorrar: en la actualidad es sinónimo de economizar, guardar, atesorar, conservar o reservar bienes tangibles, como el dinero, o intangibles, como el tiempo. Pero si hurgamos en la antigüedad, encontramos en la historia de la palabra, que su significado se ha transformado. Según la Real Academia Española, ahorro procede de horro, siendo su lexema más antiguo hurr término que proviene del árabe y que se refería a “dar libertad a un esclavo o prisionero”, significado que se mantuvo hasta el siglo XVII. El término derivó en la Edad Media al arabismo horro que, según la RAE, es el adjetivo que, entre otras definiciones, califica a una persona que, habiendo sido esclava, alcanza la libertad.
La palabra fue evolucionando y dio origen al verbo ahorrar que comenzó significando “dar la libertad a un esclavo” y “quitarse del cuerpo una prenda de vestir”, para pasar a representar “librar a alguien de algo”, ese algo podría ser un trabajo, esfuerzo o gasto. Esta idea se acercaba más al concepto actual, “ahorrar como economizar”, es decir, librar a alguien de no pagar, librarse del gasto, de ahí nació la definición de “reservar una parte de los ingresos ordinarios” y de “guardar dinero como previsión para necesidades futuras”.
Finalmente, la palabra ahorro se asoció a una forma de guardar, principalmente, dinero para el futuro. Aunque la acción de ahorrar vinculada a guardar es una tradición antigua, lo que nos lleva de nuevo al principio: guardar lo necesario para cuando nos haga falta.
Fuentes: https://dle.rae.es/ / http://www.rededucacionfinanciera.es/ / https://blog.kubofinanciero.com/