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La fortificación de piedra en los confines del Chaco está viendo pasar el tiempo y viceversa. Las rocas que conforman sus muros siguen tan sólidas, pero sufren peligrosos desprendimientos. Como todo patrimonio histórico, requiere de cuidado y mantenimiento. Revalorizarlo y revitalizarlo es imperioso por tratarse de un hito de incalculable valor para nuestro país.
Fue fundado un 25 de septiembre de 1792 durante el periodo colonial con el objetivo de proteger los dominios de la Corona española ante los avances sistemáticos de los portugueses, quienes a través de los bandeirantes, conocidos también como mamelucos, procedían a ingresar en la selvas de la provincia del Paraguay para capturar a los indígenas y luego venderlos como esclavos o, también, en busca de oros.
Joaquín de Alós era gobernador de la provincia española del Paraguay cuando encomendó esta misión al capitán José Antonio de Zavala y Delgadillo, quien a bordo de cuatro embarcaciones y numerosos tripulantes partieron a inicios de marzo de 1792 desde Asunción, con tal objetivo.
La orden era construir el fuerte a los 20º de latitud; sin embargo, esto no pudo cumplirse atendiendo que el sitio estaba inundado, por lo que se presume que era una época de gran crecida del río Paraguay, contrariamente a lo que ocurre en este momento.
Zavala y Delgadillo ya había notado que días antes habían pasado por un sitio de serranías, pero que estaba ubicada en los 21º de latitud, por lo que tuvieron que regresar aguas abajo, y comenzaron a explorar el hermoso paraje.
En el sitio encontraron tres cerros que sobresalen en las puertas del Pantanal, de significativa altura a los que denominaron los Tres Hermanos, y otros dos más pequeños por lo que decidieron instalar la construcción del fuerte en una de estas alturas y a orillas del río.
La edificación culminó a finales del mes de setiembre del mismo año, y se procedió a inaugurar el 25 de ese mismo mes de 1792, con la presencia de los caciques de la parcialidad de los mbayá, que por entonces vivían por dicha zona.
Inicialmente, la construcción del fuerte, en la mayor parte de su estructura era de palmas que abundaban por los alrededores, y solo la parte de enfrente fue erigida de piedras.
Se denomina Fuerte de Borbón a la fortaleza, en homenaje a la dinastía de los Borbones que por entonces reinaban en España.
El primer comandante del Fuerte fue José Isasi, y desde siempre el inconveniente mayor fue cómo reabastecer de provisiones a los soldados que vivían en el fuerte, atendiendo que se traían desde la Villa Occidental de Concepción.
Posteriormente, el fuerte fue abandonado por los españoles y se instalaron en el lugar un pequeño número de soldados portugueses.
Ya durante el periodo de la independencia nacional, el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia ordenó la inmediata recuperación de la fortaleza, disposición que se pudo cumplir sin resistencia alguna de parte de los portugueses que decidieron abandonarlo.
El doctor Francia comparó las bellezas del lugar con la antigua Grecia, por lo que decide realizar el cambio de Fuerte de Borbón a la actual Fuerte Olimpo, y ordena que las murallas de palmas que rodeaban a la fortaleza sean reemplazadas por piedras, tal como la conocemos en la actualidad.
Francia, buscando solucionar el problema de reabastecimiento de alimentos, decide incentivar la cría de ganado en el lugar.
Ordena el traslado de ganado vacuno y caballar, desde la Villa Occidental de Concepción, desde donde parten por tierra unos 600 vacunos y 50 caballos y yeguas.
Luego de casi tres meses de arreo de estos animales, los peones pudieron hacer llegar 160 vacunos y 25 caballos, todos ellos flacos en lamentable estado por el largo viaje. Los restantes perecieron ahogados en los riachos, o muertos por picaduras de serpientes o atacados por las garras de felinos salvajes.
Olimpo
A inicios del siglo XX y durante los conflictos de enfrentamientos políticos en guerrillas internas, el fuerte fue utilizado como lugar de confinamiento para prisioneros políticos, varios de ellos fueron enviados al lugar con toda su familia, lo que significó que comiencen a construir viviendas en las afueras de la fortaleza, con lo que se produce el nacimiento de esta comunidad través de la expansión.
La estructura del fuerte está en inminente peligro de derrumbe, debido a que en varios sectores se puede notar el desprendimiento de las grandes piedras, producto del paso del tiempo producido por efecto de la erosión y los rigores del clima.
Desde el 2010 existen numerosos proyectos por reconstruir el fuerte; sin embargo, ninguna de ellas cuenta con fuente de financiación, por lo que la situación está empeorando, y de no encontrarse rápido una solución, se corre el riesgo de que toda la estructura pueda ceder, lo cual sería catastrófico. Más de una década de proyectos, mientras el patrimonio sigue esperando con toda su belleza.