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A la frutilla se le atribuyen varias propiedades, entre las que destacan la alta concentración de vitamina C –incluso más que la naranja–, de allí su potencial antioxidante, explica el doctor Pablo Peña Báez, médico especializado en Técnica Ortomolecular y máster en Microbiota Humana. Explica que que 100 gramos de esta fruta contienen 60 mg de vitamina C, y también antocianinas (flavonoides) –las que le otorgan su característico y llamativo color rojo–. Esta suma de antioxidantes la convierte en una excelente fuente antienvejecimiento.
También contiene una cantidad considerable de fibras prebióticas, por lo que ayuda al equilibrio de la microbiota intestinal, dice el experto y agrega que la frutilla es también rica en potasio, magnesio, fósforo, hierro y calcio. Además, su bajo contenido en sodio y alto en potasio la vuelven ideal para personas con hipertensión arterial, pero está contraindicada para la gente alérgica a la aspirina, debido a que contiene ácido acetil salicílico.
El chocolate
Su perfecto partenaire, el chocolate, está compuesto de materia grasa de cacao, y es considerado un superalimento, ya que es rico en elementos fitoquímicos, entre los que destacan la teobromina –antioxidante, que también contribuye al envejecimiento saludable–. Pero debemos tener en cuenta que debe ser chocolate con cacao puro, sin azúcares agregados.
Todas estas sustancias del chocolate se relacionan con la prevención de enfermedades crónicas, y pueden reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares. Además, este alimento presenta gran cantidad de minerales, como hierro, magnesio, potasio, fósforo, cobre y calcio; vitaminas, como la A, B1, B2, B3, C y E. La contraindicación principal podría ser la diabetes, por el contenido de carbohidratos, hablando siempre del cacao puro sin azúcar. El que contiene azúcar agregada puede llevar fácilmente al sobrepeso si se lo consume en exceso.
Lo ideal es consumir cacao puro (chocolate amargo con 70% o más de cacao), hasta tres veces por semana en una cantidad de 60 g como máximo por vez. Aclara el especialista que el chocolate blanco posee manteca de cacao y más azúcar que el negro (20% de manteca de cacao y 55% de azúcares y otros edulcorantes, además de sólidos lácteos), por lo que recomienda decantarse por el chocolate negro de cacao puro, sin agregados.
La amalgama perfecta
El experto explica que el cacao del chocolate contiene feniletilamina (cada 100 g de chocolate contiene 660 mg de este nutriente), que aumenta la concentración de 5 HT –un precursor de la serotonina, conocido neurotransmisor de la felicidad y el placer–, por lo que se podría considerar como afrodisíaco. Por otro lado, el contenido de flavonoides en la frutilla podría mejorar la circulación sanguínea, lo que genera una sensación de bienestar que predispone al encuentro íntimo, menciona el doctor Peña.
“Entonces, la manera cómo podrían actuar es generando una sensación de bienestar –en el caso del chocolate por el aumento de la serotonina– y mejorando la circulación sanguínea del cuerpo –en el caso de la frutilla–”, expone y aclara que no existen estudios científicos que hablen al respecto. Un ejemplo de plato saludable que incluya frutilla y chocolate podrían ser las frutillas bañadas con chocolate, pero ojo, que tan solo tres de ellas ya pueden contener ¡más de 100 calorías!, por lo que el médico sugiere consumirlas con moderación. Otra opción es una torta de chocolate con frutillas, que se puede elaborar con azúcar de coco para que sea más saludable, pero también se debe consumir sin excesos ¿Saludable y afrodisíaca? ¡No hay excusas para evitar probarla!
Más info
Instagram: @drpablo_masquelier
Facebook: Pablo Peña Baez
Día Internacional del Chocolate
El 13 de septiembre de cada año se celebra el Día Internacional del Chocolate. El festejo nació en Francia, en 1995, en homenaje al escritor Roald Dahl y su obra Charlie y la Fábrica de Chocolate. Coincidentemente, nació en Estados Unidos, Milton S. Hershey, fundador propietario de la compañía y marca que llevan su nombre. De ahí el apoyo a la fecha festiva.
Más info: https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-chocolate
La cosecha de frutillas nunca se acaba...
Como una alternativa de distracción sana, innovadora, motivadora y de relajación total, pequeños productores de frutilla de la ciudad de Areguá impulsaron esta temporada una novedosa y atractiva actividad denominada ¡Coseche, pese y pague!, inspirada especialmente en los más pequeños de la casa. La actividad sigue hasta fines de septiembre.
Niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos llegan curiosos hasta los inmensos frutillares ubicados en las inmediaciones de la playa municipal de Areguá, en el barrio San Miguel, para vivir una experiencia única e inolvidable.
La aplicación Google Maps permite ubicar las fincas Tía Raquel y San Miguel Poty en el mapa donde la visita de turistas arranca a las 7:00 y se extiende hasta las 15:00, de lunes a domingos.
Pequeños destellos rojos de las rozagantes frutillas irradian en los extensos campos verdes de ambos establecimientos desde junio pasado, lugares donde nació la inolvidable experiencia.
La actividad que ya atrajo a cientos de personas de todas las edades consiste en recorrer la chacra canasta en mano para colectar la deliciosa fruta de estación, para luego pesarla y, por último, pagarla para llevar a casa. El precio de la frutilla en el campo es de G. 30.000 en todas sus variedades, como la Sweed Charlie, San Andrea, Dóver, Sabrina y Pepita Doble.
La emoción del momento es imposible ocultar. “Diez de diez” fue la calificación que dieron muchos padres a la iniciativa donde los niños, en medio del asombro y la alegría, recorrían los extensos campos para recolectar frutillas sanas y frescas, como en los cuentos de hadas o libros de lectura.
La tarea llegó en el momento justo y necesario de la pandemia para salir del largo encierro y recargar energías al aire libre.
Cultivar, un desafío
Raquel Gómez (46), productora de frutilla y propietaria de Tía Raquel, fue la primera en habilitar su campo para el acceso libre y gratuito de los visitantes. Junto con su marido, Fermín Godoy, cultiva la fruta desde hace cinco años, luego de que quedara sin empleo en la función pública.
“Desde el principio me gustó este trabajo, donde día tras día junto con mi marido llegamos bien temprano a la plantación sin importar el clima. Este año quisimos ofrecer algo diferente y pensamos en los más pequeños y así surgió una idea tras otra. Todo comenzó tímidamente, luego ya pusimos música y ofrecimos algunos atractivos”, cuenta Raquel.
La horticultora reconoce que cultivar frutilla es todo un desafío, pero en esta oportunidad, además de la superproducción y de la exitosa comercialización, la satisfacción fue mayor al ver a chicos y grandes disfrutar recorriendo entre los almácigos.
“Cada año es todo un desafío. El año pasado con el inicio de la pandemia aprendí muchas cosas y entendí que con el correr de los años cultivar solo frutilla no es suficiente, ahora, también apostamos a la diversidad y comenzamos a cosechar otras frutas y hortalizas de estación. Mantengo a mi familia mediante este trabajo el cual me hace feliz”, dice la productora.
Herencia de oro
La joven Gisselle Hermosilla (35) heredó de su padre, Juan Hermosilla, la finca San Miguel Poty, luego de que el productor falleciera hace dos años. El lugar también es visitado constantemente por las familias.
La valerosa productora es también contadora. Por las mañanas se dedica al trabajo del campo y a partir del mediodía hace oficina en la ciudad de San Lorenzo, donde tiene su estudio contable. “Me divido para cumplir con mis dos trabajos. Pero si es por mí, estaré todo el día en la finca porque me gusta y me apasiona este trabajo que hacemos en el campo. Desde muy chica acompañé siempre a mi papá en sus labores en el frutillar. Crecí en este lugar y hoy tengo el gran desafío de velar por él. La experiencia de la visita de las familias en el campo de cultivo es única, motiva. No se puede describir la felicidad reflejada en el rostro de los niños que cosechan la frutilla”, destaca.
Gisselle aconseja a los jóvenes a incursionar en la producción de alimentos frescos, que mediante técnicas de cultivo y capacitación, permite obtener innumerables beneficios.
Padres agradecidos
Todos los fines de semana las familias llegan a los campos desde las ciudades de San Lorenzo, Luque, Mariano Roque Alonso, Limpio, Capiatá, Fernando de la Mora, Lambaré; incluso del interior del país, para vivir esta experiencia inolvidable.
Los padres agradecen y elogian la actividad y sostienen que gracias a la decisión de los productores, sus hijos tienen la oportunidad de un reencuentro con la naturaleza, la fantasía y la distensión.