Vicentico: canciones desde un pozo brillante

Canciones bien eclécticas, sonidos diversos y un proceso que involucró varios viajes entre Buenos Aires y Nueva York hay detrás de El pozo brillante, el nuevo álbum de Vicentico. El cantante y compositor argentino habló con ABC Revista acerca de su creación más reciente como solista y de su proceso a la hora de componer e interpretar la música.

Con una estética espacial, Vicentico presenta su más reciente trabajo discográfico "El pozo brillante".
Con una estética espacial, Vicentico presenta su más reciente trabajo discográfico "El pozo brillante".gentileza Sony music

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Diez canciones, una de las cuales tiene dos versiones, son las que forman parte de este nuevo álbum, en el que Vicentico trabajó con el productor venezolano Héctor Castillo. “Fue un proceso súper largo, muy agradable de hacer, para nada tedioso. Hubo muchos viajes en el medio porque grabé la mitad en Nueva York y la mitad en Buenos Aires. Entonces íbamos y volvíamos, grababan músicos de acá y de allá, y así todo el tiempo”, detalla en una charla vía Zoom.

Ese tiempo fue entre finales del 2018 y todo el año 2019, justo antes de que el covid-19 paralice el mundo.

Casualmente, el año pasado en plena cuarentena, se dio a conocer uno de los primeros cortes de difusión del álbum: Cuando salga. “Pareciera que fue escrita para eso, pero la verdad es que no. Fue la primera canción que grabé de todo el disco”, recuerda el cantante.

“Caminar bajo el sol es lo único que quiero. Y salir de prisión, escaparme de este encierro”, dice al principio la lírica de este tema que fue grabado una noche, en una toma, en el estudio de Nueva York.

“En realidad la canción habla de un encierro más personal, un encierro en uno mismo y la necesidad de ver para afuera”, detalla acerca de esta balada, acompañada por un marcado sonido de cuerdas de guitarra.

En cuanto a FREAK, la canción que abre este álbum, revela que se trata de un manifiesto más en lo musical que en lo que expresa la letra, cuyo título es “raro” en inglés. “Abrir con ese tema, es verdad que es como una especie de manifiesto en todos los sentidos. Es una banda gigante sonando, súper barroco todo, llena de huecos y lugares para meterse”, comenta.

No obstante, afirma que él no se considera raro, pero que sí se maneja de un modo distinto al que establecen las estructuras del mercado de la música pop.

“Si me comparo con lo que yo veo puede ser que sea un poco raro. Me gusta la vagancia, me gusta no hacer nada, ando en bicicleta mucho solo, me gustan ese tipo de cosas. Si me comparo con otras personas que veo que están súper atareadas, tal vez sea eso”.

“El modo de encarar la música, mi trabajo, mi oficio es muy intuitivo. En ese sentido no tengo problemas en tocar cualquier instrumento aunque lo toque mal”, añade el artista, que inició su carrera musical en 1984 como fundador del célebre grupo de rock Los Fabulosos Cadillacs.

Una canción, dos versiones

Uno de los aspectos llamativos de El Pozo Brillante es que incluye dos versiones de la misma canción: Ahora.

“Las que están en el disco son la primera, que la hicimos en 2018, y la última que la hicimos a final de 2019. En el medio hubo diez versiones más con las que no terminábamos de llegar a la versión correcta y finalmente encontramos la correcta que es la 2, que es la que nos pareció ‘esta es la que nos gusta’ y fue al disco”.

Vicentico añade que un día, solamente por diversión, se pusieron a escuchar todas las versiones que habían grabado, así que al escuchar la primera se dieron cuenta que estaba bien y decidieron incluirla en el álbum.

En cuanto al nombre del disco, Vicentico cuenta que tiene que ver con lo que fue el proceso de grabación y la sensación “de estar metidos como un pozo lleno de brillitos todo el tiempo, durante un montón de tiempo”.

“A mí me interesa un poco la cuestión de la oscuridad, de la negrura, y siempre encuentro que ahí hay un poco de brillo también. Es como cuando uno se acostumbra a ver un poco de noche y empieza a ver un poco de luz en todas las cosas que hay alrededor”, añade.

Describe como “alucinante” la experiencia de trabajar junto a Héctor Castillo, a quien ya conocía de trabajos anteriores como el álbum La salvación de Solo y Juan de los Cadillacs. “Somos muy parecidos en el gusto por la música, por los sonidos, por el audio, por las grabaciones, por los aparatos, por los instrumentos. Como dos nerds absolutos estamos enamorados de un sonido y trabajamos ese sonido un montón”, refiere.

“Fue re lindo hacerlo con Héctor, es un amigo, así que fue muy placentero. Él me tuvo que aguantar mucho también a mí mis demoras en las letras, y yo aguantarlo a él en sus demoras por la obsesión en algún audio”, añade.

Anhelo “por lo viejo”

En las canciones de Gabriel Julio Fernández Capello, más conocido como Vicentico, se da una particular combinación de sonidos actuales con algunos toques vintage. “Tengo un anhelo por lo viejo, incluso cosas que no viví. A mí me gusta la música de los ‘40, de los ‘50, el modo de hacer música en esa época, los sonidos y también me gusta la modernidad y me gusta el ahora”, expresa este artista, nacido en 1964.

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En este álbum justamente combinó “un montón de teclados y órganos viejos”, así como guitarras añejas que le encantan como suenan, y “también hay mucha computadora, mucho de ahora. El camino es bastante mezclado, están las dos cosas”.

No obstante, a la hora de enfrentar a las canciones, prefiere aferrarse a las estructuras: “El modo de encarar una canción para mí siempre es bastante clásico. Me gusta que la música tenga como su estructura, después dentro de esa estructura uno puede bucear”.

Esa combinación de lo actual con lo clásico también se refleja en su carrera como solista, ya que desde el 2002 en adelante ha dado una nueva vida a clásicos como Los caminos de la vida, Algo contigo y Paisaje.

“Son canciones como muy históricas y duraderas”, afirma al destacar que cuando interpreta una canción que no compuso, debe sentirla propia. “Aunque sé que no es mía, tengo que sentir que es como yo la hubiera escrito. Incluso, las elijo porque están escritas de un modo que, a lo mejor a mí no me sale, pero me representa absolutamente”.

“Yo siento que esas canciones me ayudaron a mostrarme como artista y estoy súper agradecido con los autores que me dejaron hacerlas. Siempre con mucho respeto, las canciones que elijo en general son de grandes autores y gente que sabe mucho de cómo hacer canciones”, añade Vicentico, expresando su alegría porque sus versiones “hayan calado” en la gente.

El camino de la creación

A la hora de componer, a Vicentico le gusta pensar en la idea de hacer un disco completo. “Pienso o trato de imaginarme algunas imágenes en mi cabeza que guíen todo el proceso”, dice al afirmar que en general “son siempre las mismas”.

“Y después, cada canción tiene su propio camino y muchas veces primero es una imagen, o primero es una música, y esa música me lleva a pensar en palabras que entren bien dentro de esa música. A veces es al revés”.

Reflexiona que es raro cómo llegan las canciones, un proceso que asegura no es claro ni para él, ni para nadie. “¿Por qué donde no había nada hay una canción? No lo sé. Supongo que es como una necesidad de identificarnos el uno con el otro y sentirnos parecidos o iguales en alguna cosa”.

“No tengo demasiado claro cuál es el proceso, sí sé que es como un proceso que me encanta y que me saca del mundo mientras estoy pensando. A veces uno se queda con una idea durante un rato largo, tal vez días, y hasta que esa canción no se termina es algo como que te pincha adentro, como sabés que hay algo que tenés que terminar, una sensación entre incómoda y agradable a la vez”, acota.

¿Cómo se siente Vicentico en una industria musical que apuesta cada vez más a los singles que a los discos? Él responde que entiende esta dinámica, ya que sacó varios singles, pero sigue prefiriendo hacer discos.

“Prefiero hacer discos completos, tomarme todo el tiempo para grabarlos, porque me gusta en realidad, no por otra cosa. Hacer un disco es como hacer una película. Es como un camino, un universo lleno de planetas lindos que son las canciones y dedicarle mucho tiempo a eso. Es un trabajo que a mí me gusta hacer y me hace feliz. Voy detrás de eso, pero está todo bien con el otro modo también”.

No oculta su ansiedad por volver a los escenarios y a las giras, recordando también sus anteriores presentaciones en nuestro país. “Amo tocar en Paraguay, es uno de los lugares que más me gusta. Hay algo en que siento que somos muy parecidos. Me gusta el clima, el calor, el verde, la gente. Disfruto mucho de ir a tocar allá y extraño mucho ir”.

En Argentina también tiene un grupo de amigos paraguayos con los que suele jugar al fútbol. “Es gente muy entrañable”, remata.

Desde Los Fabulosos Cadillacs

Vicentico es considerado uno de los principales referentes del rock y pop latinoamericano. En 1984 junto a Mario Siperman, Aníbal Rigozzi y Flavio Cianciarulo fundó Los Fabulosos Cadillacs, una agrupación con la que logró el reconocimiento del público en los principales escenarios de Argentina, de Latinoamérica, Estados Unidos y España a través de temas como Vasos vacíos, Matador, Mal bicho, Carnaval toda la vida, entre otros tantos éxitos.

Lea más: Los Fabulosos Cadillacs, una banda que planta cara a la “música de chicle”

A lo largo de su carrera como solista, Vicentico lleva ganados dos Latin Grammy a la mejor canción de rock por Creo que me enamoré y Esclavo de tu amor. También obtuvo tres Premios Gardel y dos premios Konex al mérito.

Desde el año 1994 está casado con la cantante y actriz Valeria Bertucelli, con quien tiene dos hijos.

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