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1. Tenga siempre una botella de agua cerca. En la cartera, en la mesita de luz, en el escritorio; lleve siempre consigo la posibilidad de beber agua sin tener que levantarse para conseguirla, ya que tenerla a mano hará que no piense dos veces en hacerlo.
2. Beba con frecuencia, aunque no sienta necesidad. Para facilitarlo, tenga en cuenta el punto anterior y, si no va a permanecer en su casa y no acostumbra a cargar con una botellita, no olvide incluir un presupuesto para comprar agua cada vez que salga.
3. Incluya infusiones en su dieta. Las infusiones calientes son una buena forma de hidratarse en invierno, ya que son ideales para el clima y, además, ayudan a sentar bien las comidas.
4. Consuma frutas y verduras ricas en agua, como el pepino, lechuga, apio, frutilla, naranja, entre otras. Esta es otra excelente manera de reforzar la hidratación y, además, estará incluyendo importantes nutrientes a su dieta diaria.
5. Incluya caldos de verdura en su menú semanal. Estos, además de representar una buena forma de incluir una entrada saludable que le dará mayor sensación de saciedad, aportarán líquidos a su día.
6. Un vaso al despertarse y otro al acostarse. Esta regla le ayudará a asegurar una buena manera de empezar a activar correctamente el cuerpo por la mañana y a la noche asegurará una buena temperatura corporal.
7. Beba al menos 6 vasos de agua templada al día, además del que incluye a través de los alimentos.
8. Limite la cantidad de sal en sus comidas, ya que el exceso de la misma provoca deshidratación.
9. Haga uso de una app que le recuerde cuándo beber agua, o instale recordatorios en su celular. De esta forma ni los más olvidadizos tendrán excusas.
10. Restrinja también el consumo de bebidas alcohólicas, ya que estimulan la producción de orina. Prefiera los jugos naturales de estación.