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Se ha especulado mucho sobre este tema y casi siempre surge la pregunta: ¿Hubo –o existen– túneles en Paraguay?
Si evaluamos como ciertos los datos que mencionan una cuantiosa herencia en bienes que pudieron dejar las órdenes religiosas en Paraguay, estas no habrían tenido inconvenientes en mantenerlos bajo secreto contando con la absoluta fidelidad de sus acólitos nativos. Pero cuando esa fortuna pasó a manos de las autoridades de la colonia, habrían tenido la necesidad de construir recintos adecuados para mantenerlos –si no a salvo–, al menos, mejor vigilados. ¿Dónde? Lo más cerca posible de los sitios de gobierno. O de sus instalaciones militares. ¿Cómo? Bajo tierra, con espacios de diversa extensión y accesos “con embustes” (trampas) para evitar su fácil reconocimiento.
Las construcciones bajo tierra en toda la colonia española en América fueron necesarias también para el tránsito seguro de los soldados como de las autoridades. E igualmente, para almacenar alimentos o mercaderías diversas, oro, armas u objetos de valor, en tiempos en que no existían bancos ni empresas de seguros. Y aunque las sociedades de antaño estuvieran desprovistas de herramientas apropiadas o no tuvieran un conocimiento preciso sobre los secretos que guardaban las profundidades del suelo, encarar estas substrucciones sería frecuente y relativamente fácil porque no había grandes edificios en el entorno ni calles pavimentadas. Pero en cambio existía abundante y económica mano de obra cuando no directamente gratuita, debido al aporte de esclavos o soldados. Y aunque no fuera así, eran tiempos en los que el vocablo “salubridad” no existía en el derecho laboral y tampoco existía derecho laboral alguno.
Por lo que… ¿por qué no habrían túneles en Asunción como de hecho los hubo en otros países?
¿Cómo se construían los túneles?
Es posible que algunos fueran construidos aprovechando algunos socavones de un subsuelo ya conocido. Cuya intervención solo obligaría al apuntalamiento de algunas partes peligrosas. O mejorarlas, con excavaciones complementarias en algunos tramos difíciles.
En otros casos, y con la excusa de la excavación para un pozo de agua o la construcción de un aljibe, el trabajo se iniciaba a partir de los mismos para la apertura de galerías laterales que avanzaran para la concreción de un túnel que, de trecho en trecho, debía ser apuntalado con troncos o inclusive, muros de piedra.
El sistema más común tal vez y el único posible cuando los túneles debían ser muy prolongados, se basaba en la construcción de galerías que se iniciaban directamente desde la superficie. Con grandes zanjas apuntaladas en sus costados para ir construyendo casi al mismo tiempo, muros de contención, además de las bóvedas que iba cubriendo la cavidad. La ventaja de este procedimiento se remitía a la posibilidad de dimensionarla de acuerdo a las necesidades. Por lo que probablemente, algunos fueron construidos para la movilidad de muchas personas en su interior, dotados de un piso de ladrillos o piedras para facilitar los desplazamientos. Los túneles construidos en Asunción habrían sido realizados de acuerdo a este último procedimiento. Mientras, vemos algunos ejemplos de lo publicado en las imágenes que acompañan esta nota.
Interrogando al pasado
Interrogando al pasado es una colección de Jorge Rubiani y Jorge Jarolín, distribuido por el diario ABC Color. En ocho títulos, el lector conocerá los secretos más ocultos de nuestra historia. Es la segunda parte de la primera serie aparecida en el 2014 con siete títulos y 14 tomos.
La colección se basa en una gran cantidad de imágenes inéditas, desconocidas y espectaculares. Algunos materiales están dedicados a uniformes, armas, condecoraciones que irán con comentarios, epígrafes breves, pero muy agudos para motivar el interés del lector.
Hoy aparece el primero Responde el Dictador Francia - Los secretos del Supremo. Le siguen cada domingo hasta el 3 de octubre: Responde el presidente López - Los secretos de Carlos Antonio y su familia, Reliquias robadas que retornan, Responde Francisco Solano López, Quién fue Francisca Ignacia Ortiz - Las mujeres combatientes, El mariscal y la guerra.