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En periodos difíciles o de mucho estrés como el vivido actualmente por la pandemia es posible que el cerebro se vea afectado. Citando al doctor Herbert Benson –presidente de la Harvard Medical School, Mind-Body Institute–, el aislamiento, las restricciones para compartir con los seres queridos, las preocupaciones y los pensamientos negativos asociados a las condiciones actuales generan un alto grado de estrés, lo que eleva los niveles de la hormona cortisol, que provoca daños a la memoria, produce ansiedad y genera tristeza, explica María Inés González Benítez, magíster en Neuropsicología, especializada en neurodesarrollo y rehabilitación neurocognitiva en jóvenes y adultos.
Atención adecuada a cada edad
El neurodesarrollo de un niño está relacionado con su edad, dice la especialista. “Por lo tanto, los padres deben poner atención, a partir del segundo mes de vida, a los primeros signos de neurodesarrollo, que son la atención conjunta y el lenguaje. La “atención conjunta” es el contacto visual con la madre, el seguimiento de objetos con la mirada, la sonrisa a una voz familiar, elementos previos al lenguaje verbal del niño”.
En una siguiente etapa (el tercer mes) debería prestarse atención al balbuceo, que posteriormente evoluciona en juego vocálico (quinto mes), explica González y añade que todo ello representa un desarrollo normal en el niño: “Si un padre tiene dudas en alguno de estos factores, debe acercarse a un especialista, porque la detección temprana de cualquier problema es clave para un tratamiento efectivo”.
Existen numerosas investigaciones que demuestran la conexión mente-cuerpo, lo que significa que al estimular uno, por consecuencia, se activa el otro, comenta y agrega que en tiempos de crisis se debe dar preferencia a las actividades que ayuden a reducir la cantidad de cortisol en el cerebro. En el caso de los niños, esto significa practicar deportes y jugar al aire libre, opciones que serían las mejores para ayudar al niño a descubrir, socializar y conectarse con el entorno. Por otra parte, la experta recomienda poner límites al uso de la tecnología (TV, celular, tabletas, etc.), ya que su uso genera dependencia y existen investigaciones que relacionan directamente el tiempo pasado frente a una pantalla con la probabilidad de caer en depresión.
Para el cerebro adulto, lo recomendable sería similar; es decir, se sugiere la actividad física, la lectura, la adquisición de nuevas habilidades (idiomas o la práctica de un instrumento musical), ya que todo esto ayuda a la creación de nuevas conexiones sinápticas que retrasan el envejecimiento prematuro y previenen enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, afirma.
Los padres deben acudir a un especialista tan pronto aparezcan dudas sobre el neurodesarrollo normal de su hijo pequeño, o cuando perciban alguna de las siguientes señales:
a. No hace contacto visual, no interactúa socialmente (mediante sonrisas) o no sigue objetos con la mirada.
b. Tarda en balbucear, produce limitado juego vocálico y tardan sus primeras palabras.
c. Presenta llanto descontrolado y sin motivo aparente.
d. No comprende ni ejecuta órdenes sencillas como pasar, traer y venir.
“Es mejor pecar de precavido y acudir a un especialista, porque la detección temprana de cualquier problema es clave para un tratamiento”, recalca. Por último, es importante recordar que la felicidad viene de adentro y el éxito le sigue, y no al revés.
Consejos útiles para mantener un cerebro sano
1. Introducir pensamientos positivos cada día. Cada mañana, al despertar usted tiene nuevas células nerviosas nacidas dentro de su cerebro para que las use con prudencia a medida que elimina los malos pensamientos e introduce los nuevos (neurogénesis).
2. Realizar actividad física. Al practicar ejercicios se liberan neurotransmisores (dopamina y otros) que reducen el estrés, bajan la ansiedad y logran relajar el cuerpo en un plano general, además de dar lugar a sentimientos de felicidad.
3. Mantener una dieta equilibrada, evitar excesos de alcohol, azúcar y sal. Algunos expertos recomiendan seguir la dieta mediterránea, y consumir más frutas y verduras.
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