Cargando...
–¿Con qué fin surge el sello de excelencia?
–Saraki cuenta con más de 13 años de experiencia de trabajo hacia la reforma e implementación de políticas públicas de inclusión laboral. Para lograr esto realizan una profunda labor de formación, no solo a las personas que desean incluirse, sino también a las empresas que quieren incluirlas. Los logros obtenidos con las personas con discapacidad han sido muy satisfactorios, sin embargo, el estímulo hacia las empresas ha sido menos visible, por lo tanto, menos intenso. Así es como nace nuestro sello, para incentivar y facilitar a las empresas el realizar acciones inclusivas que serán evaluadas periódicamente y les permitirán acceder a varios sellos, según distintos niveles de procesos alcanzados.
–¿Cuáles son las urgencias que han captado a nivel nacional?
–En primer lugar, la educación inclusiva sigue siendo una dura realidad para los niños, que por tener una discapacidad quedan excluidos del sistema educativo y esto marca de por vida su futuro. Otro tema, no menos relevante, es que los sistemas de salud siguen siendo deficitarios, sobre todo para discapacidades relacionadas a la salud mental. La accesibilidad afecta transversalmente a muchas áreas, y hablamos de barreras físicas (falta de rampas, baños y veredas accesibles, entre más) y, también, de barreras comunicacionales (uso de braille, lengua de señas, entre otras). Estas barreras marcan una importante exclusión de las personas con discapacidad (PcD) en el sector público.
–¿Tenemos leyes eficaces para la inclusión?
–Paraguay tiene una rica y variada legislación sobre inclusión y discapacidad. Leyes como las de la educación inclusiva, de accesibilidad al medio físico, de incentivo fiscal a la inclusión laboral de PcD en el sector público. En la práctica hay mucho por hacer todavía.
–De la ley a su aplicación, hay un largo trecho.
–Estas leyes no tienen un buen seguimiento, un sistema de control, de apoyo para que puedan ser realmente cumplidas, y es en esta última parte donde todos podemos hacer algo desde el rol que nos toque cumplir.
–¿Se refiere a ir de la estructura institucional, política al ciudadano?
Las organizaciones de y para las PcD tienen un importante rol, así como el Gobierno, pero finalmente el que más puede asegurar estos cumplimientos es el ciudadano, aquel docente en la escuela, aquel que debe arreglar su vereda acorde a todas las personas que transiten por ella, aquel empresario que debe contratar una persona específica para hacer un trabajo en su empresa.
–¿Cómo han venido trabajando hasta hoy con el Estado y las empresas?
Venimos trabajando de varias maneras. La propia Ley de incentivo fiscal es muy prometedora y es un trabajo realizado en forma conjunta entre la sociedad civil, el sector privado y los organismos del Estado. Desde el 2013 sigue en la misma situación en su reglamentación por indefiniciones desde el Ministerio de Hacienda, además, en el 2015 ya se han creado los premios Excelencia Inclusiva, que han destacado iniciativas específicas del sector privado en materia de inclusión. Este último año se ha materializado con los sellos Empresa i.
Método a la medida de Paraguay
“Si bien existen iniciativas similares en países de la región como Chile, Uruguay o Ecuador, este sello tiene varias particularidades que lo distinguen. Primero, su forma de creación a través de un trabajo articulado entre sociedad civil, sector privado y sector público. Luego el hecho de ser secuencial, ya que facilita a las empresas e instituciones públicas ir teniendo metas de proceso e ir transitando a su tiempo y realidad el camino hacia la excelencia inclusiva. Por último, la utilización de tecnología que permite a las empresas generar sus propios autodiagnósticos e ir avanzando hacia ese proceso a través de herramientas digitales”, detalla María José.
–¿Qué categoría, qué beneficio dará el sello a la empresa en sí?
Desde nuestra percepción las empresas se interesan por el sello, porque eso les dará credibilidad y visibilizará el trabajo inclusivo que hacen o que quieren hacer. El sello simplemente lo que ofrece es ordenar el trabajo con sus diferentes grupos de interés. El talento –sobre todo, el diverso– es muy valorado. Las personas con discapacidad tienen justamente eso: dan a la empresa el valor de la diversidad, además de generar un montón de otras ventajas en las que, especialmente, los gerentes de RR.HH. destacan el mejoramiento del clima organizacional.
–Esta actitud empresarial, pero sensible, ¿no se contrapone al fin económico?
–Muchas empresas se dieron cuenta de que en el sector de la discapacidad y haciendo productos accesibles pueden encontrar un importante nicho de mercado que no está siendo aprovechado. El censo nacional nos habla hoy de un 12% de PcD en el país, y si sabemos que esas personas tienen al menos 3 personas que forman parte de su núcleo familiar, estamos hablando de una gran oportunidad.
–¿Cuál es su pensamiento sobre el abordaje de la discapacidad en Paraguay?
–Aún tenemos un largo camino para llegar al objetivo de tener una sociedad realmente inclusiva. Estamos en eso, trabajando con aliados estratégicos. Esto es un trabajo de todos, unidos podemos ser más fuertes y llegar al cambio. Si pidiera un milagro, pediría que en Paraguay no existan barreras ni brechas en ningún sentido, y que todos los ciudadanos, con o sin discapacidad, gocemos de los mismos derechos y privilegios. La primera y más importante barrera para derribar es la actitud de rechazo o indiferencia. No en vano mi frase preferida es esta de Gandhi: “Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.
Cómo obtener el sello Empresa i
1) Para conseguir el sello Empresa i, inicialmente tendrán que formar parte de la Red Summa y participar de al menos una capacitación sobre derechos y políticas inclusivas, para el sello Amiga de la Inclusión.
2) Evaluación de la gestión en 37 indicadores a través de un autodiagnóstico disponible en la web de la Fundación Saraki y Summa. Completar cada uno de los ítems respaldados con los documentos requeridos, elaborar un plan de acción de mejora y pasar por un proceso de verificación técnica y análisis de las buenas prácticas.
3) Las empresas tendrán que lograr una calificación mínima del 80% para recibir el sello progresivo en la categoría lograda. Una vez que se obtenga la certificación en todas las categorías, pueden alcanzar el sello de excelencia inclusiva.
El trabajo participativo
María José Cabezudo –licenciada en Ciencias de la Educación (Universidad Católica-Asunción) y máster en Emprendedurismo e Innovación (Universidad de Salamanca-España)– es fundadora y actual presidenta de la Fundación Saraki-Paraguay. Recordemos que Saraki tiene una trayectoria de 25 años trabajando en la mejora de la calidad de vida (oportunidades laborales y garantía de derechos) de las personas con discapacidad. María José es impulsora de trabajo participativo entre la sociedad civil, el Estado y el sector privado. Particularmente, a esta iniciativa de integración entre instituciones y empresas, se suma la Red Summa, que es un programa de motivación empresarial interesada en mejorar su desempeño a través de la inclusión de personas con discapacidad y mejoras en accesibilidad. “El sello que hemos denominado “Empresas i” permitirá evaluar, preparar y certificar el trabajo realizado por empresas privadas, entidades públicas y organizaciones de la sociedad civil en materia de inclusión laboral y accesibilidad”, explica nuestra entrevistada, y resalta el apoyo de la oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo (DRL, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Fundación Interamericana.
Más info:
Redes sociales de la Fundación Saraki
(021) 202-155 / (0981) 140-111