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“El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza”. Helen Keller (1880-1968), escritora y conferenciante estadounidense.
“No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo”. Benjamin Franklin (1706-1790), estadista y científico estadounidense.
“Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro”. Isabel Allende (1942), escritora chilena.
“Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa”. Winston Churchill (1874-1965), político británico.
Un mes augusto
Originariamente, el calendario primitivo romano se dividía solamente en 10 meses y no coincidía con los ciclos astronómicos. Fue Numa Pompilio, el segundo rey de Roma (715-672 a. de C.), quien adaptó el calendario al año solar según el modelo egipcio y le agregó los dos meses restantes. Desde que Roma lo hiciera su calendario oficial, el modelo compuesto por doce meses se extendió por toda Europa y fue utilizado hasta el siglo XV, cuando hizo su entrada el calendario gregoriano. Los nombres que los romanos utilizaban para designar los meses del año tienen su origen en dioses, emperadores o números, y estos se han conservado en las lenguas inglesa, española, francesa, italiana y portuguesa.
Es así que el octavo mes del año adquirió ese nombre debido a las ambiciones del emperador romano Cayo Julio César Octavio, conocido como Octavio Augusto, quien no quería ser menos que Julio César, su predecesor y padre adoptivo. Augustus, que no formaba parte del nombre de nacimiento, fue un título que le confirió el Senado, tomando el adjetivo que significaba ‘magnífico’, ‘majestuoso’, lo mismo que denota hoy augusto en nuestra lengua. En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo, y el sexto mes se llamaba Sextilis, pero en el año 24 antes de nuestra era, Octavio Augusto decidió darle su nombre y, desde entonces, Sextilis se llamó Augustus. Octavio hizo lo mismo que Julio César había hecho veintiún años antes con el quinto mes, hasta entonces llamado Quinctilis, que pasó a llamarse Iulius en homenaje a la familia Iulia, a la que el emperador pertenecía. No obstante, dar su nombre a Sextilis le pareció poco a Octavio, quien consideraba que aún no había alcanzado la misma gloria que Julio César, ya que Iulius tenía 31 días, y Augustus, solo 29. Por esa razón, el emperador alteró la duración de varios meses, quitando y poniendo días, hasta lograr que su mes también tuviera 31 días. Por eso, aún hoy, dos mil años después, julio y agosto tienen 31 días cada uno. Cabe recordar que los miembros de la familia Iulia, a la que pertenecían Julio César y, por adopción, Octavio Augusto, creían que esta gens había sido fundada nueve siglos antes por Iulo (Ascanio para los griegos), hijo de Eneas y nieto de la diosa Afrodita, según se narra en La Eneida.
Fuentes: https://proverbia.net/ / https://www.elcastellano.org/ / https://www.muyinteresante.es/