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La artista asunceña cuenta que comenzó a transitar en el arte en el año 1995 en talleres de la Escuela Superior de Bellas Artes y en los atelieres de los artistas Vicente Duré y Enrique Collar.
En este momento tiene un espacio particular denominado La Ventana Arte, un lugar de exposición que inauguró recientemente con su muestra “IN. Me estresa lo de afuera”. Es un recinto que ofrece la posibilidad de observar las obras desde afuera, desde la vereda, sin entrar. El título –explica– hace alusión a lo que se vive desde que empezó la pandemia por covid-19. Las obras expuestas representan a todo su mundo puertas adentro: perritos y más perritos, juegos, sueños y pañuelos con temática canina. En La Ventana Arte se percibe mucho color, alegría en un mundo ideal y feliz que no se deja contaminar con lo de afuera; en sus propias palabras “a manera de exorcizarlo y sobrevivir”; se trata así de un mundo protegido; la reja de la ventana también alude a esa defensa.
Sara cuenta que ama a los perros desde que tiene uso de razón: “Mi niñera Erótida era amante de los animales. Nuestra casa era grande, teníamos perros, gato, conejo, gallinas, hasta tuvimos un tero. Ella siempre me despertaba con un animalito en la cama, así que para mí es lo más normal dormir con perros y que anden todo el día conmigo”. Detalla que hoy tiene tres perras debidamente castradas, como tiene que ser. Estas son Nenona, rescatada en una inundación en 2014; Dulce, recogida de la calle en 2017, y Wawi, que era de un guardia y Sara la llevaba con ella para los servicios veterinarios o cuando hacía mucho frío o mucho calor, y finalmente desde el comienzo de la pandemia y con el permiso de su dueño anterior es otra integrante fija de la familia. Dice que tiene “solo tres” porque vive en departamento y no cuenta con mucho espacio, pero si pudiese tendría más.
Rutina perruna
Pasar tiempo con las mascotas es sumamente enriquecedor. La artista cuenta que su rutina comienza con un desayuno –ellas con huesito y Sara con café con leche–, luego pasean en auto, salen a caminar, y muchas veces van a la veterinaria y a eventos de perros. Comer, dormir y un baño cada ocho días son igual de importantes, y a Dulce (la más juguetona) le toca ir a la guardería para perros para poder jugar y correr.
La idea de hacer baberos para perros nació gracias a su “sobrino-perro”, relata; es la mascota de una buena amiga y pesa 40 kg, pero se comporta como un bebé, por lo que se le dice Bebeto: “Hice los baberos pintados para él, que los luce como nadie”.
También pinta pañuelos para perros y/o humanos, y remeritas para canes, línea que denominó Perrarte. “Son pequeñas obras de arte a ser llevadas y usadas como prendas, lo que se llama wearable art. Aunque mucha gente los cuelga como si fuese un cuadro, en la pared”, comenta.
Aclara que no los realiza sobre pedido, porque ello le quita espontaneidad y autenticidad; ella ya los tiene preparados a medida que le nace la inspiración, y los prepara en pequeño, mediano y grande.
Un mundo canino ideal
Para esta creadora, un mundo ideal para todos los perros sería uno que cuenta con “casita, comida y amor”. “Ojalá que en nuestro país se respete cada vez más a los animales y haya políticas gubernamentales, educativas y económicas para el bienestar animal, y que todos puedan acceder a servicio veterinario y que la ley los ampare”, reflexiona y sostiene que esto se logrará solo a través de la educación y concientización. Su sueño es que no haya animal alguno abandonado ni maltratado, y que exista un hospital público con atención gratuita para los animales.
Para agendar
La muestra en “La Ventana Arte” se puede visitar de lunes a lunes a partir desde las 17:15, cuando se prenden las luces y luego permanecen encendidas hasta el amanecer. La dirección es Hassler 5427 casi República Argentina.
/más info/ Facebook: Sara Leoz- Art Instagram: @saraleozart