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A la hora de elegir el agua para beber se debe tener en cuenta en primer lugar que esta sea segura, lo cual implica que sea potable (libre de microorganismos, metales pesados, monómeros cedidos por plásticos) y luego se deben tener en cuenta las necesidades según los requerimientos de sodio, minerales y las preferencias organolépticas como el color, olor y sabor, explica Francisca Gompertt Balerini, profesora de la Facultad de Ciencias Químicas, especialista en Ciencia y Tecnología de Alimentos.
La experta indica que en el mercado nacional existen aguas envasadas con diferentes denominaciones, las cuales se pueden clasificar según su grado de mineralización y grado de gasificación, ambos dependientes del estado natural de extracción o por los sistemas tecnológicos aplicados para la modificación fisicoquímica, que actualmente es muy utilizada en la industria. Entre algunos ejemplos de las denominaciones de aguas envasadas cita el agua mineral natural, agua mineral, agua mineral con gas, agua mineral sin gas, agua mineral natural sin gas, agua mineral saborizada, agua mineralizada con gas, agua mineralizada sin gas (sin sodio), agua mineralizada con sodio. Se puede encontrar el listado de aguas habilitadas en la página web del Instituto Nacional de Alimentos y Nutrición (INAN).
Algunas de estas aguas son mineralizadas; es decir, se les agrega intencionalmente sales disueltas, aclara la especialista, y agrega que estas sales (minerales) son aprovechadas por el cuerpo humano. Todas estas deben cumplir con ciertos parámetros físicos, químicos y microbiológicos establecidos en normas de inocuidad que garantizan que sean aptas para consumo.
El agua alcalina ayuda a eliminar los ácidos del organismo, además de ser un antioxidante natural.
Aguas enriquecidas
Hace unos años comenzó una fuerte ola de preferencia por el agua alcalinizada. La profesional señala que el agua alcalinizada o mineralizada es aquella constituida por agua potable, a la cual se le agregaron minerales aptos para el consumo humano con el fin de enriquecer sus propiedades. “Hace referencia a su nivel de pH (potencial de hidrógeno), que es un número que mide qué tan ácida o alcalina es una sustancia en una escala de 0 a 14, siendo 7 el punto neutro y más de 7 ya es alcalina. Ayuda a eliminar los ácidos del organismo, además de ser un antioxidante natural”, comenta y menciona que se puede obtener mediante purificadores de agua diseñados para tal fin; estos poseen un sistema de filtros que retiene sedimentos y bacterias a la vez que proporcionan agua con alto grado de minerales como sodio, calcio, magnesio y potasio.
Otra forma de conseguir agua alcalinizada es de forma casera; una opción es alcalinizar el agua hirviéndola durante un período de 5 minutos, ya que de esta manera aumentará su pH hasta un 8,4 ideal para alcalinizar el cuerpo, explica Gompertt. También añade que se puede obtener agregando a un vaso con agua media cucharada de bicarbonato de sodio; de esta manera el pH aumentará hasta 7,9, que es el grado que se requiere para que sea alcalina, teniendo en cuenta su aporte de sodio.
Casi todas las dietas recomiendan desintoxicar el cuerpo, de ahí la importancia de tomar mucha agua durante el día, señala. De acuerdo a la edad y el sexo de las personas se recomienda consumir en promedio 8 vasos de agua al día, además de tener una dieta saludable y balanceada rica en frutas y verduras. “El agua alcalina neutraliza naturalmente los ácidos en el cuerpo y ayuda significativamente a perder peso, porque se reduce el almacenamiento de grasa. Un cuerpo que tiene un nivel de alcalinidad saludable pierde peso más fácilmente que un cuerpo con un alto nivel de acidez, todo esto sumado a una dieta balanceada en forma adecuada”, enfatiza.
La especialista agrega que mantener el cuerpo hidratado con agua alcalina mejora el sistema inmunológico, ya que neutraliza los radicales libres y ayuda a limpiar el cuerpo de toxinas, por eso los beneficios del agua alcalina son vitales para la salud a largo plazo.
El agua alcalinizada de igual manera ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta los buenos (HDL); sin embargo, también tiene sus restricciones con personas hipertensas, o con problemas hepáticos, aclara. “La constitución del agua alcalina influirá mucho en sus aportes beneficiosos para aquellas personas practicantes de actividades físicas que normalmente pierden estos minerales a través del sudor”.