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La nave central del Santuario de la Virgen del Rosario de Luque se lució con su primoroso tapiz, elaborado con pétalos de flores, pequeñas piedras pintadas, arena, aserrín, hojas y otros materiales que simbolizan el amor de Jesús hacia la humanidad.
Monseñor Enrique Meyer, cura rector de la parroquia asegura que en este 2021, además de dignificar la solemnidad del Corpus Christi, en el año de la eucaristía, se buscó animar a los fieles en su fe para sostenerlos en este difícil año de la pandemia. En muchas parroquias se sumaron los jóvenes, grupos y movimientos eclesiales para preparar las alfombras, respetando los protocolos sanitarios. Y aunque esta vez se redujo el número de participantes, la difusión fue enorme a través de las redes sociales.
Para conocer sobre el maravilloso trabajo realizado por la comunidad pastoral del Santuario de Luque, conversamos con el padre Gustavo Acosta, sacerdote de la parroquia Arcángel San Miguel, quien acompañó toda la preparación.
Explica que la solemnidad de Corpus Christi es muy antigua y se remonta al siglo XIII extendiéndose a la Iglesia universal en el siglo XIV.
“En el siglo XX comienza en muchas parroquias católicas del Paraguay la costumbre de que en el día de Corpus Christi se construyan alfombras en forma de tapiz, elaboradas con diversos elementos, especialmente con flores, pero también son utilizadas sal, semillas, arena, aserrín natural y coloreado, hojas de plantas, para que pase encima la procesión del Santísimo Sacramento, que es portado en una Custodia”, cuenta el padre Acosta.
La finalidad de presentar esta alfombra es manifestar el amor, el respeto y la fe que los cristianos católicos tienen al Santísimo Sacramento, dice emocionado, con énfasis.
“En estos tapices se representan diversos motivos religiosos, como el cáliz con la hostia, pescados, corderos, cruces, figuras geométricas o florales. Las flores son recolectadas de las casas de los fieles o son donadas, y es considerado un honor que estas sean utilizadas para construir una alfombra bella y digna para que pase encima el Señor de los Señores, presente en la hostia consagrada”, explica el sacerdote.
En España la elaboración de estas alfombras ya es una tradición que tiene alrededor de 500 años, y en muchas regiones no solo son colocadas en el pasillo central del templo, sino que se extiende por las calles por donde pasará la procesión del Santísimo Sacramento. En varias ciudades españolas es un honor elaborar el tapiz y es una tradición que se transmite de generación a generación en las familias que participan en la tarea. Miles de turistas y feligreses católicos llegan a España para la celebración en el mes de junio.
Actualmente también ha cobrado fuerza en otros países como Polonia, México, Brasil, Perú, Chile, entre otros.
Los orígenes de la festividad
La fiesta surgió en la Edad Media cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillón promovió la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo presente en la eucaristía. Se hizo por primera vez en la diócesis de Lieja, Bélgica, en 1246, se lee en Wikipedia.
El portal www.eje21.com menciona que “entre los diversos milagros eucarísticos que han ocurrido a lo largo de la historia, el de 1264 en la ciudad italiana de Orvieto dio origen a la tradición de la Fiesta del Corpus Christi”.
Cuenta que el sacerdote Pedro de Praga “dudaba de la presencia real de Jesucristo en la eucaristía, y cuando se dirigía a Roma, descansó una noche en Bolsena, cerca de Orvieto. Allí, en la iglesia de Santa Cristina, solicitó celebrar la santa eucaristía, con la esperanza de hallar una respuesta a sus dudas. La mañana siguiente, cuando consagraba el pan y el vino se hizo palpable el gran misterio de la transustanciación del cuerpo y la sangre de Cristo, cuando la sagrada hostia se convirtió en carne, comenzó a sangrar y manchó el corporal”, destaca el artículo.
“Atónito por lo sucedido, comunicó el prodigio divino al papa Urbano IV, quien por entonces se encontraba en Orvieto. Él solicitó la hostia y el corporal para verificar lo ocurrido. Al ver el milagro, el propio pontífice se arrodilló frente al corporal y luego lo mostró a toda la población”.
Esta manifestación sobrenatural hizo que el pontífice, a través de la Bula ‘Transiturus de hoc mundo’, instituyera muy pronto la solemnidad del Corpus Cristi, festividad que ocurre el jueves que sigue a la fiesta de la Santísima Trinidad.
La celebración fue consolidándose hasta que el papa Nicolás V en el Corpus Christi de 1447 sale en procesión con la hostia por las calles de Roma, la que ha ido cobrando relevancia hasta llegar a nuestros días.
Décadas atrás era feriado nacional en Paraguay y la celebración se hacía ese jueves festivo. Actualmente pasó al domingo. En España se mantiene en el día original e incluso hay un dicho que dice: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión.
Una obra de arte colectiva
Lidia Rosa Brítez de Garay, del equipo de liturgia del Santuario de Luque, fue la coordinadora de la elaboración de la majestuosa alfombra en forma de tapiz. Para este trabajo contó con la ayuda de sus familiares y movimientos que trabajan para el templo, además de su hija estudiante de arquitectura, quien estuvo a cargo de las mediciones del pasillo.
Luego repartieron las figuras a crear, a cada movimiento y respetando el protocolo sanitario se reunieron desde la víspera de Corpus Christi 45 personas para llevar a cabo la tarea. Tras cuatro horas de ardua labor lograron terminar una verdadera obra de arte.
Lidia destaca el trabajo en equipo de todos los involucrados. “Este trabajo fue del Señor, nosotros solo fuimos instrumentos suyos”, expresó conmovida.
Agregó que es la primera vez que se hizo una alfombra de tremenda magnitud en el santuario. Anteriormente solo se elaboraba una figura frente al altar usando semillas, pero, ahora, en empatía con la crisis y la necesidad de muchas familias, decidieron no usar alimentos y optaron por follajes.