El reinvento de la fiesta patronal

Antes de la pandemia, la festividad de María Auxiliadora fácilmente congregaba a 10.000 personas cada 24 de mayo. Esta es la segunda fecha en modo covid. A diferencia del año pasado –que fue solo virtual– habrá 20 misas en el día, que se constituirán en un ensayo para el futuro de la fiesta patronal segura.

El reinvento de la fiesta patronal
El reinvento de la fiesta patronalPedro Gómez Silgueira

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La fiesta mayor de María Auxiliadora prevista para mañana es un ejemplo de lo que podrían ser las festividades religiosas mientras dure la pandemia. Se trata de la segunda celebración mariana más grande del país, luego de la fiesta de la Virgen de los Milagros de Caacupé, que lamentablemente durante el 2020 quedó suspendida.

“Estamos trabajando para que todo sea lo más ordenado posible. El sistema es el de sectores donde se va a controlar el ingreso de la gente y se les va a exhortar a todos que se retiren al terminar cada celebración”, adelanta el padre Héctor Fariña Garcilazo, cura rector del Santuario de María Auxiliadora, quien encabeza la organización del gran evento.

La planificación y preparación de la fiesta patronal precisamente es responsabilidad del cura párroco y rector del Santuario junto con el Consejo Pastoral parroquial y el Consejo de Asuntos Económicos. “Somos 15 personas. Hay que sumar aproximadamente 200 servidores: monaguillos, lectores, coros, servidores de protocolo, personal de limpieza, cajeros de la cantina, etc.”, detalla.

El objetivo –prosigue el religioso– es que la festividad sea lo más organizada posible siguiendo todos los cuidados sanitarios: “Les digo a los servidores que tenemos que ganar el ISO a la calidad. Sería muy bueno para nosotros que salga impecable y poder servir de referencia para otros eventos”.

La fiesta patronal de María Auxiliadora, cada año, implica la presencia de una multitud. Es difícil cuantificar la gente que asistía hasta el 2019, pero se hace un estimativo a partir de los asientos que se tienen, cuenta el padre Héctor Fariña al destacar que el resultado sería fácilmente de unas 10.000 personas en la fecha.

Es que la mayoría de las 12 misas que tenían lugar anteriormente contaban con un lleno total y las vespertinas también estaban con la misma concurrencia a tope en el estacionamiento superior.

Los cambios obligados

La pandemia trajo aparejados crisis económica y los cambios. En la liturgia, por ejemplo, en todos estos meses se consolidó la omisión del rito de la paz “o un rito de paz simplificado al estilo oriental. Así también la comunión en la mano, aunque en una minoría de fieles genera resistencia. La cantidad ‘regulada’ de fieles es otro cambio. Una mala costumbre es que el que se dice católico se conforma con ver la misa por Facebook, cuando que Jesús mismo dijo: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna...’ No el que me mira por Facebook. Seguir la misa a distancia es para los que no tienen posibilidad de asistir por enfermedad o porque no hay iglesia cerca”, aclara.

En cuanto a la economía parroquial, el padre Héctor Fariña precisa: “Como a todos los sectores, las parroquias no están exentas de la crisis económica. Las colectas de las misas se han reducido en un 50% y la institución religiosa tiene que funcionar. Sin embargo, en paralelo los aportes voluntarios de los fieles para sostener la parroquia se han triplicado y gracias a esta situación nosotros hemos pasado de cero guaraníes en la Pastoral Social en 2019 a G. 44.915.574 en el 2020. La ejecución en lo que va de este año, al 31 de marzo, ya supera los G. 30 millones”.

La fe y la pandemia

¿Aumentó o se redujo la fe en la pandemia? El cura rector considera que sería muy bueno contar con un estudio serio sobre este tema. ¿Qué se percibe? Ha disminuido o entró en crisis en algunos que han abandonado la parroquia, pero –asimismo– en otros casos se ha acrecentado con una activa y comprometida participación en las labores religiosas y pastorales, lo que ha ayudado a superar las distintas circunstancias de esta crisis sanitaria.

De las restricciones impuestas por el Gobierno también hay quejas en la Iglesia. “En primer lugar tengo que decir lo que denuncié en su momento, el 24 de mayo de 2020, de que se cometió una violación al derecho de la libertad religiosa durante esos primeros tres meses en que no se podía acudir libremente a la misa”, destaca Héctor Fariña.

Con la franqueza que lo caracteriza agrega: “Esa fue una herida muy profunda a la fe cristiana y a todos los credos que necesitan congregarse para celebrar el culto. Esa violación del derecho a la expresión religiosa también tiene que ver con la forma en que se realizaron los velatorios en la fase cero. Hubo gente que no murió de covid y la familia no tuvo la posibilidad de hacerle un velatorio. Hoy, un año después, estamos en una situación totalmente diferente con 80 o 90 personas muriendo cada día. Es una contradicción gigantesca de parte de las autoridades nacionales en ese sentido”, reclama.

A criterio del prelado, “justamente la dimensión religiosa de la persona es una dimensión que le ayuda a sostener la vida, la salud mental, a poder hacer los procesos de duelo. Es decir, respetamos a las personas no creyentes, pero también tenemos que respetar a las personas que creen, para que expresen con libertad su sentir religioso”.

Un gran desafío

Y como en todos los ámbitos, las crisis generan oportunidades y despiertan la creatividad. Al respecto, el sacerdote afirma: “La pandemia también fue un gran desafío desde el punto de vista pastoral”. Esto se entiende así porque “la misión de la Iglesia, si bien es cierto en un momento dado se resintió bastante en lo celebrativo-sacramental, también significó una gran oportunidad para abrir otros campos, profundizar, ampliar las iniciativas de la pastoral social, las ollas populares, comedores y la catequesis, que tuvo que adaptarse al tiempo que estábamos viviendo. Algunos hicieron una catequesis virtual y otros presencial, marcando las pautas del cuidado sanitario”.

Estas “nuevas” formas de evangelizar o de difundir la religión tal vez ya no desaparezcan y se impongan para el futuro, tal como se dieron cambios en la misa hasta el momento.

Jóvenes como protagonistas

Fabricio Sarubbi, secretario ejecutivo del Santuario, el segundo a cargo de la organización del festejo en modo covid, añade que la planificación de esta fiesta patronal se viene haciendo desde el mes de diciembre, previendo los sitios de misas y respetar el protocolo sanitario. Aunque la capacidad del templo en su interior es de 500 personas, las disposiciones de Salud Pública obligan solo a 75 personas en el interior y 100 al aire libre.

“Después de cada una de las 20 misas previstas se hará una desinfección a cargo de una empresa especializada, tanto en el templo como frente a la capilla, que va a ser al aire libre, pero igual requerirá este procedimiento por seguridad”, anuncia.

Sarubbi destacó que se exhorta a la gente a que vaya llegando con tiempo para cumplir con las formalidades y participar en modo seguro. Para esto se cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Asunción y la Policía Nacional, así como de la Policía Municipal de Tránsito para organizar la presencia en las calles y realizar los vallados necesarios y distribución ordenada de accesos.

Este año, debido a la pandemia, quienes estarán ausentes en la organización y la preparación del tradicional mbeju son las Damas Salesianas. Sin embargo, esta actividad estará a cargo del Movimiento Familiar Cristiano, compuesto de unas 60 familias que vienen trabajando con la cantina y ya conocen la receta de mano de las mujeres salesianas, con quienes venían interactuando desde hace unos años.

Si bien el año pasado prácticamente no hubo fiesta patronal el 24 de mayo, la primera gran actividad se realizó en noviembre con la visita de la Virgen de Caacupé. Fue una práctica que demostró que se puede realizar un evento religioso de modo seguro y con afluencia normal de la gente que se prendió a las actividades y respetó los protocolos.

Participación de laicos

Por el lado de las familias, Felipe Velilla, integrante del Movimiento Familiar Cristiano María Auxiliadora y agente pastoral de la Parroquia María Auxiliadora, cuenta que desde que empezó la pandemia trabajan con la ayuda al oratorio San Luis, dependiente de la parroquia. “Empezamos con una tarea educativa a los chicos (refuerzo escolar) y luego pasó a ser un almuerzo para los niños y toda la comunidad en situación de necesidad. Hacemos 150 platos de promedio desde que empezó la crisis sanitaria, todos los días, gracias a la donación de los insumos para el comedor del oratorio”.

El Movimiento Familiar Cristiano (MFC) acompañó también a la Virgen Peregrina a los hospitales de contingencia del covid, “donde era un bálsamo de esperanza y fe para todos los familiares, que luego nos hacían llegar el milagro de la Auxiliadora”.

En el inicio del novenario de María Auxiliadora se realizó un karu guasu en la zona más carenciada de la jurisdicción con la ayuda de la catequesis familiar y otros grupos, y también la visita de la Virgen Peregrina a diferentes lugares, escuelas, hospitales, ministerios, fiscalías y muchos lugares más.

“Esto, evidentemente, encabezado por el apreciado párroco, padre Héctor Fariña, que con la juventud que tiene atrae a muchos jóvenes para integrar varios grupos dentro de la parroquia, como es el caso de la confirmación y la primera comunión, donde los padres son los que enseñan a sus hijos la catequesis dictada por el sacerdote, todo en forma de videollamadas. Es decir, el Santuario parroquial María Auxiliadora tuvo que reinventarse en estos tiempos de pandemia, cuando era difícil volver a la casa de Dios”, concluye el voluntario.

¿Cómo serán las misas?

De acuerdo con la planificación prevista, siguiendo los protocolos sanitarios, se oficiarán 20 misas distribuidas al inicio de cada hora, entre las 00:00 y las 22:00, en el templo y la capilla. Las que se registren en horarios pares serán en el interior del santuario y las de horas impares frente a la capilla. Para acceder al templo se deberá contar con el pase parroquial obtenido en la Secretaría, con la presentación de la cédula de identidad. Se expedirán dos por cada persona y el ingreso se hará por la calle Hernandarias.

Las misas previstas también podrán ser seguidas en forma online y presencial desde varios puntos del entorno: desde el estacionamiento superior con acceso por orden de llegada por la calle Humaitá y desde el estacionamiento inferior, aunque sin necesidad de pase.

Las misas de horarios impares se podrán seguir desde el estacionamiento de la Secretaría parroquial con acceso por orden de llegada sobre Piribebuy. La calle Don Bosco estará clausurada para contar con más espacio y evitar aglomeraciones.

Contexto 2021

Contextualizando la fiesta de María Auxiliadora este año adquiere especial significación porque se cumplen 125 años de presencia de los salesianos en el Paraguay, exactamente el próximo 23 de julio. Además, el 21 de mayo se cumplieron 32 años de la consagración del actual templo en 1989 por monseñor Ismael Rolón.

Aparte del novenario y la fiesta patronal, se realizará la procesión náutica el sábado 29 de mayo hasta la Bahía de Asunción, donde se trasladará el tradicional show de fuegos artificiales.

La pandemia tampoco priva de la realización del sorteo del automóvil en la rifa de María Auxiliadora y el Oratorio San Luis, que será el 24 de agosto. Como siempre, cada número cuesta G. 10.000 y se puede adquirir en Secretaría parroquial, mediante Giros Tigo o transferencia bancaria. Más informes: (021) 441-054 / (0984) 202-487.

Más Info

Facebook: Santuario María Auxiliadora

Texto y fotos: Pedro Gómez Silgueira pgomez@abc.com.py

Edición fotográfica: Marta Escurra.

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