Con el oboe para arriba

Es paraguaya, pero desde pequeña vive con su madre en los Estados Unidos. Una joven oboísta que destaca y se proyecta hacia un futuro brillante en el mundo de la música cuenta su historia y planes trazados.

Con el oboe para arriba.
Con el oboe para arriba.Gentileza

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Ella es Tamara Benítez Winston, nacida en Asunción hace 27 años. Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y cuenta que era muy pequeña cuando comenzó a incursionar en la música. “Empecé a tocar el piano cuando tenía cuatro años. A mi familia le encanta la música, pero ninguno de ellos es muy musical, ¡mi mamá ni siquiera sabe tocar una melodía! Mi prometido es violonchelista, ¡así que estamos empezando a tener más gente musical en la familia!”.

Tuvo el privilegio de estudiar en The Juilliard School, institución en la cual realizó su licenciatura, y luego en la Escuela de Música Mannes para su maestría. Ambas en Nueva York y consideradas dos de las más importantes escuelas de música de los EE.UU.

Estudió interpretación de oboe en dichas academias, en la Juilliard durante cuatro años y en Mannes, dos. Luego participó durante dos años de un programa de becas en Carnegie Hall llamado Ensemble Connect y en dicha oportunidad hizo mucha música de cámara y tuvo la ocasión de enseñar su arte en una escuela pública neoyorquina. El programa estaba enfocado en la combinación de compromiso de la comunidad con las presentaciones de alto nivel y tiene muy buenos recuerdos de este tiempo.

“Elegí el oboe porque me encantaba el sonido y el timbre del instrumento”. La talentosa joven ama tocar todo tipo de música; algunas de sus piezas favoritas son Temporal Variations y Phantasy Quartet, de Benjamin Britten; la serenata de vientos, de Dvorak; el sexteto para vientos, de Poulenc; quinteto para piano y vientos, de Mozart, y De Memorias, de Tania León para quinteto de viento. “Me encantan todas estas piezas musicales porque cuentan historias llenas de imaginación y emoción”, revela. Sin embargo, se le dificulta elegir compositores favoritos, ya que admira a muchos, pero cita algunos nombres como Benjamin Britten, Alban Berg, Florence Price y Viktor Ullmann.

Actividad reciente y la pandemia

Tamara Benítez últimamente ha estado dando muchas clases de música y recientemente se convirtió en directora asociada de un programa llamado MusicAlly donde “ofrecemos lecciones en línea a estudiantes de todo el mundo con el objetivo de brindar capacitación en música clásica de alto nivel a comunidades típicamente subrepresentadas en música clásica”. Además, está organizando y tocando en muchas presentaciones de música de cámara, y sus planes de cara al futuro suponen seguir en esa línea y tomar otros proyectos.

Sobre la pandemia expresa que realmente ha afectado al mundo de la música clásica en Nueva York. “¡Yo solo he tenido una presentación en vivo desde marzo de 2020! Ha sido muy difícil mantenerse motivado e inspirado”, dice y agrega que ha encontrado inspiración a través de sus alumnos y del trabajo de organización y ejecución de conciertos seguros de orquestas de cámara.

Ha sido noticia por interpretar no hace mucho, de manera magistral, “Pitogüé. Leyenda guaraní”, de Diego Sánchez Haase, en el día de los instrumentos de viento del Brooklyn College Conservatory of Music. “Es una obra musical tan desafiante y emocionante. Pasé el verano pasado investigando nuevas piezas para oboe, en especial escritas por compositores latinoamericanos. Recuerdo haber escuchado Pitogüé en el patio trasero de la casa de mi mamá en Chicago y estar completamente hipnotizada por él, ¡tenía que interpretarlo!”, exclama. La oboísta relata que esta es la primera vez que interpreta una obra escrita por un compositor paraguayo y espera pronto poder hacerlo con obras de más creadores latinoamericanos, especialmente de nuestro país.

En el hielo de París

Revive con emoción uno de sus momentos favoritos como música. Se trata de la vez que interpretó Sequenza, del compositor italiano Luciano Berio, en la Filarmónica de París. Justo antes de la presentación para oboe solo resbaló en el hielo y cayó por un tramo de la escalera, cuenta. “No podía caminar correctamente y tenía la pierna gravemente herida, por lo que inicialmente no lograba concentrarse en tocar música. La pieza es retadora, quizá una de las más difíciles que he tocado”, dice y añade que el hecho de no haberse enfocado en hacer bien cada pequeña nota, debido al dolor en la pierna, hizo que la interpretación saliera –contra todo pronóstico– ¡realmente bien! Menciona que pudo de verdad disfrutar de la música y compartir una interpretación que definitivamente nunca olvidará.

Más info

Web: tamarawinstonoboe.com; music-ally.org

Facebook: Tamara Winston

Instagram: @tamara.winston

Por: Alba Acosta alba.acosta@abc.com.py

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