“Un apretón de manos que dice todo”

La licenciada en Enfermería Claudia Yegros, de Itauguá, hace un año trabaja en el Hospital Ingavi del IPS, en el área de Clínica Médica Covid, desde que comenzó la pandemia. Es madre de Enrique Peralta, de 7 años. Claudia nos recuerda a la canción de Carlos Varela, “… una palabra no dice nada y al mismo tiempo lo dice todo…, una mirada no dice nada y al mismo tiempo lo dice todo”. Como ese apretón de manos y unas palabras que al mismo tiempo tranquilizan el alma, pueden alejar de la muerte y salvar la vida de las personas con covid.

Clara Giménez de IPS Central.
Clara Giménez de IPS Central.gentileza

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La pandemia no interpeló a las personas, no descubrió el lado bueno de los profesionales de blanco, solo puso al descubierto lo bueno de las personas, el amor que uno da en cada guardia, con cada paciente. Siempre en todas las crisis o guerras son las enfermeras y profesionales de blanco quienes ocupan la primera línea en las batallas.

El miedo, la angustia y los temores al contagio, la desesperación de los pacientes, los dolores, ver seres humanos agonizantes, son parte de sus vivencias. “Como enfermera es importante recalcar que tenemos dentro nuestra preparación académica, entre varias cosas, manejo de emociones y, sobre todo, sobrellevar las situaciones de crisis, pero cuando a uno le toca vivir más allá de lo que aprende, sin dudar me atrevo a manifestar que sí tenemos miedo. En algún momento, al inicio de todo esto, sentí mucho miedo, pero el factor importante es la información y el conocimiento. Nosotros estamos capacitándonos constantemente, para protegernos nosotros mismos y a nuestro entorno, especialmente a la familia”.

El contacto humano, un apretón de manos, parecería que ayuda para vencer al covid para los internados: “Según mi experiencia de poco más de un año enfrentándome a esta enfermedad, puedo decir que el afecto humano juega un papel muy importante para la recuperación de los pacientes; pude ver la tranquilidad a partir de un gesto amable y que hasta sus parámetros respiratorios mejoran progresivamente ante esta situación”.

En el día a día en el hospital “se ve mucha angustia, desesperación; nadie está preparado para enfermarse y mucho menos con esta que, además de lo complicada que puede llegar a presentarse, también hay un factor importante: que los pacientes se encuentran solos sin su familiar y por una cuestión cultural eso agrava la situación en sí. Los enfermeros sabemos por lo que están pasando y comprendemos las reacciones desfavorables que se puedan presentar. No obstante, estamos para la contención y a partir de ahí las cosas cambian y el paciente se siente apoyado, seguro y agradecido en su mayoría”.

Luchar con esperanza

Clara Giménez tiene 35 años y es madre de Michael, de 11 años; Luna, de 6 años, y Aquiles, de 2 años. Vive en Puerto Elsa, cerca de la frontera con Clorinda, Argentina. El año pasado, con mucho esfuerzo, se recibió de magíster en Enfermería. Ella forma parte del Sindicato de Empleados y Obreros del Instituto de Previsión Social (Seodips). Hace 10 años se desempeña como enfermera en el Instituto de Previsión Social. Actualmente está en Urgencias Pediátricas, área Respiratoria Covid.

“Con mis compañeras y compañeros damos lo mejor de nosotros en cada guardia, cada noche y madrugada; la calidez humana y el trato con los pacientes tienen un peso importante para enfrentar al virus y para que nuestros pacientitos se recuperen pronto”, destaca.

La pandemia puso de manifiesto de manera conmovedora el papel fundamental que desempeñan las enfermeras, enfermeros y otros profesionales de la salud para proteger y salvar vidas de los pacientes con covid: “Se trata de salvaguardar todo. Cuando se está en el campo de batalla tenemos que estar psicológica y espiritualmente preparadas, pensar que todo tiene solución; menos la muerte. Y mientras haya una esperanza hay que luchar por el paciente, luchamos con los médicos; nos ayudamos todos para salvar vidas, somos un gran equipo”.

Clara nos comenta que ante el colapso sanitario hay muchas decepciones. “Se trata de sobrellevar de una y mil maneras, de amortiguar la situación, aunque hay varias veces que no se puede. Porque hay pacientes que han fallecido, más cuando tienen una enfermedad de base, cuando son niños con leucemia, por ejemplo. Hay niños con cáncer que han tenido covid y no pudieron superar. Como personal de blanco una se siente impotente”.

“El miedo es constante, porque cuando salimos de nuestro lugar de trabajo, también en las calles es peligroso. La verdad que nos afecta psicológicamente. Pero cuando más se siente impotencia es cuando tenemos un familiar enfermo, porque sabemos lo que le espera. A varios de mis compañeros, les pasó que fallecieron su papá y su mamá a la vez. Me tocó contenerlos emocionalmente, porque no es fácil pasar por esa pérdida y después volver a las salas pediátricas”.

Paciencia, amor y comprensión son las claves para curar y estar al lado de los niños y niñas internados por covid. “Con los niños es totalmente diferente que los adultos, hay que tener mucha más paciencia. Además, damos mucho amor y cariño a nuestros pacientitos, debemos tener mucha comprensión. Nosotras les ofrecemos mucha confianza, les mostramos videítos, les explicamos todo el proceso del tratamiento y si sabemos que van a salir de alta les vamos hablando de cómo tienen que cuidarse en sus hogares”.

“Ser madre, ser profesional y ser mujer a la vez cuesta mucho. Pero nada es imposible. Gracias a Dios, mis hijos no se han contagiado, tampoco mis padres. Mis hijos son mi adoración y mi fortaleza, en toda esta situación que estamos viviendo”.

clopez@abc.com.py

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