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Señala que le tocó también enfrentar la epidemia de la gripe H1N1, cuando Clínicas justamente se cambiaba del antiguo barrio Hospital de Asunción a San Lorenzo. Inauguraban la terapia para asistir a las personas, pero aclara que nunca pensó vivir la magnitud de una pandemia donde se pone a prueba todo lo aprendido, pero sobre todo la vocación de servicio, a pesar del cansancio y del temor, porque es el momento de servir con mucha paciencia, cuidándose, porque tienen una familia detrás.
Actualmente está a cargo de la gerencia general de la asistencia de la enfermería del hospital, y está a punto de jubilarse. Su cargo implica administrar no solo los recursos humanos sino todo lo referente a equipos biomédicos, que pide cuando faltan, y actualmente el gremio está en un tira y afloje permanente, multiplicando servicios con poco.
Personal diezmado
Detalla que todos los servicios trabajan con el cuadro diezmado, con casi 300 personales de enfermería menos, a causa de la licencia por comorbilidad o por la edad. En tanto, otras ausencias son por aislamiento preventivo por contacto con covid positivo o por haber adquirido la enfermedad. Justamente ya son cinco licenciadas y dos asistentes de enfermería las que fueron infectadas.
Muchas veces las personas a las que aún no les tocó ser paciente desconocen que es la enfermera o el enfermero quien está al lado del paciente; es quien les administran los medicamentos, los insumos; es –quizá– la última persona a la que verá si le toca partir a terapia. Es el personal sanitario que, al tomar su guardia, debe mirar la ficha del paciente y observar las indicaciones del médico, además de hacer un control general que asienta en la papeleta.
En pacientes de la terapia debe observar si satura bien, chequear los parámetros del ventilador, hemodinamia, si hizo fiebre o no, todo eso registra al igual que si hizo sus necesidades fisiológicas. Debe mantener la vía aérea permeable porque un paciente con oxígeno es alguien que normalmente tiene secreciones traqueales y pulmonares, y la enfermera es quien se encarga de que ese fluido no esté obstruyendo el paso de la ventilación.
La enfermera es quien administra la medicación, se encarga de la posición, de los movimientos a horario, porque un paciente que no se mueve mucho hace escama por decúbito y esta es una labor que requiere de mucha fuerza por tratarse de adultos y sobre todo obesos. Un encamado, sedado, ventilado, requiere de mucha dedicación y esfuerzo.
Amplio conocimiento
La enfermera debe conocer las drogas, cuáles pueden ser suministradas juntas y cuáles, no. Además, conoce la forma de administrar un medicamento, qué cantidad de goteo debe tener en cierto tiempo, ya que el médico –por ejemplo– indica que dos litros de fármaco se le debe enviar al paciente en ocho horas y es la enfermera la que debe calcular cuánto por minutos le va a hacer gotear para que la medicación indicada termine en el tiempo establecido. El personal de enfermería debe tener preparación y conocer el manejo de monitores, de la bomba de infusión así como de otros equipos.
El mensaje que envía a sus pares es el siguiente: “Que cada uno se cuide, cuide de los suyos, su profesión. Su trabajo está en primer lugar, porque es el momento en que la comunidad nos necesita; en que las personas pobres o ricas somos iguales. Hagamos con cariño la labor y por más que estemos en esta guerra ya cansados, saquemos la fuerza de donde ya no tenemos para seguir ofreciendo lo que tanto se está necesitando: el cuidado al enfermo”.
[el dato]
De las 16.500 enfermeras registradas en el país, solo 765 no tienen hijos.
