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“Mirando el calendario, esperando a ver cuándo podemos salir de gira de nuevo”. Con esas ansias por el reencuentro, pero también con la felicidad que atraviesa la banda por el lanzamiento del nuevo disco Medicine at Midnight, es como se encontraba Nate Mendel, bajista de Foo Fighters desde los primeros tiempos de la banda, un grupo clave para el rock mundial conformado además por Dave Grohl (fundador del grupo y exbaterista de Nirvana y Scream), Taylor Hawkins, Chris Shiflett, Pat Smear y Rami Jaffee.
Mendel, de 52 años, y quien también formó bandas, como The Jealous Sound, Sunny Day Real Estate y The Fire Theft, expresa que estos “son tiempos raros para lanzar un disco”, ya que no tienen el poder de planear una gira para compartirlo con sus seguidores. No obstante, afirma que se pusieron muy felices de haber podido terminar el álbum durante todo el 2020. “Honestamente fue como una distracción en cierto sentido, y Medicine at Midnight es más esa clase de disco que otra cosa. Además, yo creo que funciona bien porque tenemos canciones para todos”.
Para este material, el décimo de estudio de la banda que se originó en Seattle, Washington, Estados Unidos, volvieron a trabajar con el reconocido productor californiano Greg Kurstin, quien ya estuvo al servicio de los Foo para el anterior álbum Concrete and Gold (2017). Esta colaboración ya había dado que hablar en aquel momento, pues Kurstin se destaca en el mundo de la música por ser el productor estrella de artistas pop, como Adele, Sia o Kelly Clarkson, e incluso con más importantes figuras del rock como Beck y Paul McCartney.
Nate explica que decidieron continuar trabajando con Kurstin como productor porque “es muy creativo para todos los estilos y un gran aliado musical”. “Es realmente un gran productor. Ya la primera vez que trabajamos con él nos sentimos muy cómodos, ya que además de aportar nuevas ideas te deja colaborar. Siento que le da una perspectiva diferente y muy especial a todo, por lo que hacer este disco en especial fue realmente diferente a lo que veníamos haciendo”.
“Es alguien cuyas ideas brotan de manera natural y además se mueve muy rápido”, reconoce entre risas Nate, para luego añadir que “Greg puede ser muy serio en cierto sentido como también es muy perfeccionista, y ese perfeccionismo sirve a la hora de canalizar todo lo que queremos expresar, es por eso que me gusta ese acercamiento a las nuevas ideas que propone”. Asevera que “más allá de las teorías o técnicas musicales es demasiado creativo, por lo que un gran aprendizaje humano fue que nos motivaba todo el tiempo a creer en nuestras habilidades”.
Lo esencial de mutar
Con el lanzamiento del primer single Shame, Shame, en noviembre del año pasado, los Foo Fighters dieron una pista de los nuevos caminos sonoros que se atreven a bucear en el resto del disco presentado en febrero de este año y que incluye una interesante variedad entre el rock, el dance e incluso el power pop.
Para la agrupación es muy importante el factor de presentar álbumes donde puedan sentirse esas inquietudes por mutar. “Siempre hablamos mucho sobre eso entre nosotros, sobre el enfoque del cambio y el hacer diferentes las cosas siempre”, enfatiza el bajista, quien también profundiza que es esencial para ellos “concentrarse en las cosas que uno está haciendo en el momento. No miramos mucho hacia atrás porque obviamente nunca queremos hacer el mismo álbum que antes, y ese es siempre el gran desafío. Cada disco es una pieza diferente de escritura”.
“A veces parecen bandas diferentes”, es algo que la gente comenta sobre Foo Fighters y algo de lo que está “orgulloso”, señala. “Es emocionante crear algo que la gente no espera que hagamos. Siempre decimos: veamos si podemos hacer algo diferente, y ese es un desafío para la banda, ver si podemos lograrlo, y el proceso es a la vez divertido y fascinante”.
Clave de esa metamorfosis es el hecho de buscar el estudio ideal para cada disco. Por ejemplo, Wasting Light (2011) fue grabado en el garage de Dave usando equipos analógicos, mientras que para el siguiente, Sonic Highways (2014), recorrieron varios estudios de grabación. Luego, Concrete and Gold los hizo llegar a EastWest Studios, en Hollywood. En tanto Medicine at Midnight lo trabajaron y grabaron en el estudio Encino, en Los Ángeles, ubicado en una gran casa, cuya construcción data de 1940.
Esa variación de espacios es “definitivamente intencional”, confirma Nate. “No sé cuánto realmente cambia lo que vamos a hacer, pero si hay un ambiente fresco, tienes la chance de tener las visiones claras sobre lo que vayas a hacer y, sobre todo, te inspira. Yo creo que eso es algo que las bandas en general prueban a menudo, eso de encontrar estos ambientes apropiados. Encino fue como una casa-base de operaciones, un espacio simple, nada lujoso, una casa donde nos sentimos muy cómodos. Así que realmente sí, nos movemos mucho, como nómadas del sonido”, ríe.
Elasticidad musical
Algo notable en las canciones de Foo Fighters, además de los diversos polos sonoros, es su duración, un tema que sigue siendo de debate a la hora de pensar en los cortes para sonar en la radio. Ellos no piensan mucho en eso porque se dejan llevar por lo que “pide la música” y no “las tendencias de los hits de moda”. “Es todo tan diferente ahora”, reconoce Nate, quien recuerda una anécdota vivida con el baterista Taylor Hawkins. “En el anterior álbum tenemos la canción llamada Run, que dura más de 5 minutos. Taylor y yo estábamos en Londres en un taxi, mientras sonaba la radio pasaron una versión de Run adaptada para la radio, mucho más corta, y dijimos: bueno, así es como debe ser para poder sonar en la radio, pero no era como la escribimos”, lamenta. “Pero tú puedes escribir las canciones que quieras y como quieras”, aclara.
No obstante, sobre las plataformas de streaming, destaca que gracias a ellas “la gente puede escuchar lo que quiera y tener el control de las canciones en sus manos. Creo que son mucho más relevantes ahora porque pueden sonar allí o en otra plataforma de una manera más libre”, expone.
En el camino
Este nuevo álbum los encuentra en plena celebración de sus 26 años como banda. Además, junto con el lanzamiento presentaron una serie especial de radio en seis partes: Medicine at Midnight Radio en Apple Music Hits, donde cada miembro de la banda presentó un episodio de una hora en el que exploraron sus inspiraciones personales y reflexionaron sobre el proceso creativo detrás del álbum. Por otro lado, parte de este viaje musical lo celebran con la nominación para ser parte del Salón de la Fama del Rock and Roll. También fueron recientemente nominados como Mejor Grupo Internacional en los Brit Awards 2021.
Así, la banda formada en 1994, en Seattle, por Dave Grohl, disfruta de un presente en el que celebran “lo más importante: la química y el disfrute del trabajo”, al decir de Mendel. Con discos que portan grandes canciones del rock, como Best of You, The Pretender, Everlong o My Hero, entre muchos otros, es como se ha desatado lo “maravilloso de trabajar con compositores extraordinarios”, según resalta Nate sobre sus compañeros de ruta.
“Mezclar todos estos elementos humanos es lo que inyecta ganas de seguir”, observa el músico, quien fue reclutado por Grohl antes del lanzamiento del álbum debut homónimo lanzado en 1995. “Es casi la mitad de mi vida haciendo música, aunque también estoy orgulloso de haber estado en todas las demás bandas en las que estuve. Con todo lo que estamos viviendo ahora puedo afirmar que soy un afortunado y durar todo esto haciendo música es verdaderamente genial”, concluye el bajista, para finalmente afirmar que “sería increíble poder ir a Paraguay, adonde todavía no hemos llegado con nuestro nuevo álbum y las canciones que todos quieren cantar”.
Fotos: Gentileza y Danny Clinch.