Cargando...
A inicios de los 80, Walter Schaffer dejó su país rumbo a América contratado para trabajar en una empresa en Venezuela. Allí se quedó ochos meses hasta cumplir su contrato. Y le tomó el virus por Sudamérica. “Pero no el covid”, bromea. Retornó a su país por tres años, sin dejar de soñar con volver a trabajar en estos lares.
Su anhelo se cumplió cuando encontró en nuestro país un puesto de instructor en un colegio técnico en Coronel Oviedo en 1982. Después de seis años, completó su misión. “Ya tenía que regresar a mi país, pero ínterin se cruzó en mi camino, Dominga Medina, mi vida, mi esposa, mi paraguaya linda y me quedé”, confiesa. Pero tuvo que enfrentarse al desafío de ganarse la vida. Intentó varias actividades. Hacía trabajos ocasionales para empresas alemanas. “Entre ellas, también hice la maqueta para la central de Yacyretá”, comenta.
En la década del 90 nacieron sus hijos. “Tenemos dos varones”, dice. La situación económica familiar no era tan buena; por lo tanto, decidieron ir a trabajar a Alemania por unos años, para ahorrar y volver. De nuevo en nuestro país, el tema de los viajes o safaris comenzó casi de casualidad. “Con amigos empezamos a recorrer Paraguay, llegamos hasta Bolivia. Pero esto siempre lo hice más por gusto que otra cosa, pero ayudaba a nuestra economía. No tengo una agencia turística. El mayor viaje que realicé, y lo cuento en el libro, fue con mi esposa. Los dos solos en un auto viejito, un Citroën, al cual llamábamos ‘la gordita’”, relata.
A la Amazonia
De Paraguay, cruzaron el Amazonas, Venezuela, Colombia, Perú, con su desierto, Bolivia... El viaje duró cuatro meses. Fueron casi 20.000 kilómetros “Con muchos problemas mecánicos y sentimentales –que se resolvían más pronto que los segundos–, recibimos la ayuda de unos contrabandistas en el Amazonas, que nos salvaron de una situación bien difícil y peligrosa, pero al final fue una experiencia muy linda”, recuerda.
Según Schaffer, aunque por momentos piensa en retirarse de esas aventuras, ya que debido a la pandemia se paralizó todo y reina la incertidumbre de cuándo terminará, igual tiene preparado su vehículo para ir a cualquier lado. “Además, ya cumplo 70 años y es hora de descansar un poco y disfrutar de todo lo que he hecho en el pasado, pero espero ansioso que terminen las restricciones para volver a viajar”, admite. Walter Schaffer nació en 1950 en Buchenau, cerca de Frankfurt.
¿Cómo pasa estos días de pandemia?, es casi inevitable preguntar. “Amargado”, responde. Aunque refiere que aprovechó el tiempo para acondicionar y poner a punto su vehículo de viajes y también ayuda a su esposa en su negocio.
Schaffer tiene una colección de autos antiguos con dos de los cuales realiza los viajes, ‘la gordita’ y un viejo Land Rover. “Nada moderno. La idea es volver a los principios, viajar de la forma tradicional, sin GPS. Solamente conservadora con hielo, agua y cerveza fría”, asegura. Menciona que tiene un pequeño taller en donde siempre tiene algo que hacer y soñar con un próximo viaje.
Del blog al papel
El libro, titulado Sudamérica ida y vuelta. Treinta años tras el horizonte, está escrito en español y alemán. La idea de escribirlo se la sugirió un amigo alemán, que solía leer los relatos de sus aventuras en el blog que Schaffer habilitó en uno de sus recorridos. “Subía fotos y contaba mis aventuras”, evoca. Su amigo, le preguntó por qué no escribía un libro. Al principio, Schaffer no se animó. “Yo no soy escritor, pero me convencieron”, confiesa. La obra se lanzó, primero en alemán en 2018 en la feria Paraguay Lee, de Coronel Oviedo, y luego en castellano en el evento de 2020.
Fotos: ABC Color/Víctor Daniel Barrera.