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Rock San Ber no fue solo un festival, sino la expresión de una nueva generación que quería respirar aires de libertad en el país. Las dictaduras comenzaban a caer en Sudamérica a inicios de la década del 80: en Argentina, en 1983, y en Brasil, en 1985, Estos hechos políticos permitieron que la buena producción musical de los países vecinos finalmente llegaran al Paraguay, pese a que aún estábamos bajo el yugo del general Alfredo Stroessner.
Rápidamente el buen pop y rock de Argentina y Brasil comenzaron a sonar en las radioemisoras de nuestro país y tuvieron buena aceptación en el mercado juvenil, en un escenario internacional muy competitivo dominado por la New English Wave y el glam rock. Duran Duran tenía la misma jerarquía en el gusto musical que Soda Stereo. No desentonaban en las programaciones radiales ni en las fiestas de colegio. Las baladas de Roupa Nova sonaban tan bien como las de Air Supply y Lionel Richie.
Dos hechos internacionales
En enero de 1985 se llevó a cabo Rock in Río en su primera edición en Jacarepaguá organizado por Roberto Medina. Allí estuvieron Queen, Iron Maiden, Yes, Scorpions, Rod Stewart, entre otros. Un grupo de paraguayos asistió al festival más grande del mundo y soñó con una réplica adoptada al Paraguay.
En julio de 1985 se realizaba otro superfestival de nivel mundial con Live Aid de manera simultánea en el estadio Wembley de Londres y el John F. Kennedy Stadium de Filadelfia, Estados Unidos de América. En este caso, el fin fue sumar talentos para recaudar fondos y destinar a las comunidades africanas afectadas por la sequía, especialmente en Etiopía.
Y luego, Paraguay...
Para el sábado 16 y domingo 17 de enero de 1988 se anunció Rock San Ber en el Club Nacional de la ciudad veraniega. El costo de la entrada era de G. 6.000.
La programación original de la primera jornada indicaba que se tenían que subir al escenario en este orden: Los Hobbies, Miguel Mateos-Zas, Fito Páez y Os Paralamas do Sucesso, y el domingo: Onda Corta, RH + Positivo, Roupa Nova y Soda Stereo. Todos estaban en sus mejores momentos musicales, con lanzamientos nuevos y de gran preferencia.
El esperado boicot
Sectores cercanos al dictador comenzaron a “tirotear” contra el festival y hasta el juez Ángel R. Campos amenazó con suspender el evento supuestamente porque iba a perjudicar “la salud” de los jóvenes. Incluso, el entonces obispo de Caacupé, monseñor Demetrio Aquino, en su homilía criticó a Rock San Ber porque, según su visión, “aliena” a la juventud.
A 33 años de ese hecho parecen risibles las posturas, pero en realidad en esos tiempos a la dictadura y a algunos sectores conservadores de la sociedad les asustaban las multitudes. Quizás debido a estos comentarios y a la tensión política de la época muchos padres les privaron a sus hijos de participar de uno de los mejores festivales de rock en Paraguay.
El gran día
Según la leyenda urbana, un grupo de jóvenes –hijos de los jerarcas de la época– presionó para que se lleve a cabo el evento. Verdad o no, llegó el gran día el sábado 16 de enero superando los pesados obstáculos. Pero aún quedaba otra dura prueba: el clima.
Se vino una lluvia terrible ese sábado 16 de enero, que obligó a suspender la jornada y pasar toda la programación para el domingo. Miguel Mateos-Zas ya se bajó de la cartelera, porque tenía otro compromiso internacional, pero el resto de los artistas fueron a disfrutar de un asado en una casaquinta en San Ber a la espera del sol.
Felizmente, el domingo 17 de enero se llevó a cabo el festival desde las 16:00 hasta las primeras horas del lunes 18. Arrancó Onda Corte, el grupo de Jorge Landó, luego RH+Positivo, Los Hobbies, Fito Páez, Roupa Nova, Paralamas y Soda Stereo.
Los organizadores informaron que unas 20.000 personas, sin reportes de disturbios, fueron parte de este gran festival que contribuyó enormemente a que el Sol del Verano llegara al país. ¡Y se logró!
Fotos: Gentileza.