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Uno de los rubros que se vio suspendido por un tiempo fue el de la actividad física. Durante el confinamiento más estricto por coronavirus, algunas personas se animaron a moverse con la ayuda de apps o videos de ejercicios, como rutinas de baile por YouTube; pronto se sintió lo importante que es mantenerse activo.
Julio Benítez (45) es dueño del Animal Kingdom Gym y Gigantes Cross&FT, además es director del departamento de Potencia de la Federación Nacional de Fisicoculturismo, dueño y director del Instituto Invictus, entrenador personal y preparador físico, y formador de entrenadores de culturismo y Cross Training. Comenta que la cuarentena total impactó bastante al rubro, y de mala manera. “Estuvimos tres meses y medio cerrados totalmente, teniendo que ver la forma de mantener el staff de profesores y funcionarios como secretarias, limpiadoras, contadora, community manager, pagando sus sueldos de alguna manera sin tener ni poder generar ningún tipo de ingresos”. El ingenio para salir a flote hizo que se dedicaran a alquilar aparatos o pesas, entrenar a los clientes en forma online o, cuando se pudo, ir a sus hogares para poder subsistir.
Además, las consecuencias en el cuerpo tampoco tardaron en hacerse notar. Hubo una marcada tendencia a subir de peso, depresión, inestabilidad emocional, deportistas de alto rendimiento bajando su nivel en todo sentido por falta de entrenamientos y competencias, y un sistema inmunológico bajo y deteriorado. “El gimnasio es un aliado muy bueno y fuerte para protegernos contra este tipo de enfermedades, y cualquier otra, ya que nos ayuda a estar fuertes y activos”, enfatiza
En estos momentos, muchas personas ya asisten de nuevo a los gimnasios para alivianar el estrés y mejorar su vida, eliminando todo lo que les preocupa por medio de un buen entrenamiento, música y buena onda, afirma.
Redescubrir la cocina
Quedarse en casa y tener más tiempo libre hizo que muchos exploraran sus destrezas culinarias y llevaran los platos del día a día a otro nivel. Así, la panadería vio un auge impensado meses atrás y quienes pensaban que no podían hacerlo han quedado gratamente sorprendidos con el resultado. Especialmente para quienes tienen chicos en casa, esta también fue una actividad para hacer en familia y de paso aprender algo nuevo.
“Cómo hacer pan” o “cómo hacer masa madre” fueron moneda diaria en las búsquedas de Google, por lo que los ingredientes para tales fines no faltaron en la lista del súper que el delivery debía entregar. Como terapia ocupacional fue fundamental, ya que el horneado de este producto implica una preparación que lleva tiempo, concentración y, también, un factor físico importante mediante el amasado, por lo que en muchos casos fue excelente para bajar los niveles de estrés por el encierro.
No se puede minimizar el rol fundamental que tuvieron las redes sociales para exhortar a la gente a hacerlo. Muchos subieron fotos de sus hazañas gastronómicas a Facebook o Instagram, recibiendo elogios y aliento de sus contactos, lo que animó a varios a seguir haciéndolo, inclusive, compartiendo recetas o tips de experto.
Otros productos como tortas o cupcakes también formaron parte del vocabulario de los nuevos entusiastas panaderos-pasteleros y este campo también fue una importante salida laboral para muchos, ya que empezaron a ofrecer sus productos y obtuvieron así un “extra”.
Pasarela virtual, tapabocas y look piyama
La moda durante este 2020 dio un vuelco radical. Sin la posibilidad de salir, y mucho menos a eventos de gala, automáticamente dejó de ser importante la compra de vestimenta de alta costura, complementos y otros.
Fabián Isaías Da Silva Amarilla (33), director creativo de la marca de indumentaria femenina y masculina Fauve Gaubbe, afirma que este fue un año de grandes desafíos, pero esto no lo desalentó en sus ganas de lanzar una colección. Cuenta que tuvo que replantearse un montón de cosas y vivir los tiempos de manera diferente. Llamó a su colección cápsula como “Atemporal” y vio en esto la oportunidad de disfrutar del proceso, estar más atento a los detalles y bordados y enfocarse en un contenido social y ecológico más profundo. Pero admite que no fue fácil, ya que el aislamiento dificultó trabajar esa colección y, además, fue el primero en animarse en nuestro medio a realizar un desfile virtual, vía streaming tanto por Instagram como por Facebook en simultáneo, lo que también conlleva a una logística nueva. El desfile se realizó en el espacio Estero Bellaco y tuvo muy buena acogida del público.
Fabián se volcó en parte al reciclaje, con una mirada renovada hacia telas que tenía en depósito, también muy de la mano con el lenguaje ecosustentable que la marca viene trabajando hace un tiempo, pero que durante este año se enfatizó mucho más.
Habla de todo lo que significó estar imposibilitados a abrir la tienda, y luego poder hacerlo, pero con un protocolo que imposibilitaba poder probarse la ropa, lo que más adelante se flexibilizó.
Resume cómo cambió el panorama mundial de la moda. La semana de alta costura de París este año fue una competencia de quién desarrollaba de manera más creativa su fashion show, que presentaron en forma de cortometrajes, mostrando el moodboard de cómo se desarrolló la colección, el backstage, entre otros, como Dior con vestidos en miniatura, Schiaparelli que mostró figurines, etcétera. Algunas marcas se jugaron más a una especie de look book tipo fashion film como Chanel, y otras hicieron desfiles virtuales. “La moda se va aggiornando de otros ingredientes, y los cambios que se dieron este año fueron supervertiginosos”.
El futuro en la moda, cree Fabián, se vuelca hacia aquello que resulte más cómodo, pero chic y que no sea nocivo; el tejido tiene que ser también parte de esa comodidad. También las siluetas se volvieron más cómodas; la tendencia del oversize, que ya estaba dominando inclusive antes de la pandemia, alcanzó luego un punto encumbrado, así también la ropa deportiva llevada a la cotidianeidad.
La sorpresa del año fueron los tapabocas y es un complemento que va a formar parte del look total por un buen tiempo. Hoy ya vienen customizados y los más fashionistas se decantan por combinarlos con los tonos del atuendo que llevan, como un accesorio más, que probablemente se va a seguir explorando. La elaboración de las mascarillas fue un boom en determinado momento del año, y con esto varias personas –tanto del rubro de la confección como los que no– vieron una posibilidad de salir a flote mediante la venta de las mismas. Algunas marcas y costureras independientes también se lanzaron a confeccionar trajes de bioseguridad para el personal médico.
La otra estrella del año fueron los piyamas y buzos para estar “de entre casa”. Ya sea para estar cómodos, pero bien vestidos, o bien para asistir a las clases virtuales o reuniones de teletrabajo, estos se elevaron a otro estatus. Varias marcas que normalmente confeccionan otro tipo de indumentaria vieron en esto una salida factible. Los hicieron en telas elegantes y con todo tipo de estampados de moda.
“Toda crisis es una oportunidad”, concluye Fabián.
Peluquería y maquillaje
Un sector bastante golpeado fue el de la industria de la belleza. La falta de eventos hizo que repentinamente no fuera necesario acudir a las peluquerías para algún peinado de fiestas o un make up de estación. Una vez que el sector fue habilitado nuevamente se optó principalmente por cortes de cabello y tratamientos de color; algunos vieron en el método a domicilio una opción valedera de seguir trabajando en peluquería, ya que en un comienzo el público aún mostraba miedo de asistir a los salones, aunque las medidas sanitarias fueran estrictas.
Con la mitad del rostro siempre tapado, el maquillaje sigue sin ser una prioridad, aunque se apunta a fortalecer la mirada con delineado o sombras que destaquen los ojos. Un aspecto inesperado fue el de los problemas de piel por el continuo lavado de manos, y la aparición de acné por el uso continuado de barbijos –debido al roce continuo y a temperaturas y humedad que propician la proliferación de bacterias en la zona cubierta–. En todo el mundo se empezó a recurrir más a jabones hipoalergénicos suaves y a tratamientos con cremas para cuidar la delicada piel de las manos. También para el rostro es importante mantener los cuidados habituales de limpieza profunda y posterior hidratación.
Expertos recomendaron acudir al menos a los labiales y otras opciones de belleza para sentarse a trabajar –ya sea en la soledad del hogar o para reuniones virtuales–, puesto que esto ayuda a dotar de la sensación de “normalidad” para realizar ciertas tareas, así como vestirse para esos momentos con ropa adecuada, aunque nadie lo esté mirando. Mimarse, quererse y atender al cuidado del cuerpo por dentro y por fuera forma parte de mantener un equilibrio y es importante prestar atención a ello.
Los hobbies de la abuela
Las manualidades pasaron este año por un renacer. Muchos cursos online, o bien videos gratis en internet estimularon a amantes del craft a seguir aprendiendo y a algunos novatos en el tema simplemente los enamoraron.
No es novedad que el trabajo manual ayuda a disminuir los niveles de ansiedad, por lo que estas fueron tareas ideales para el encierro. Personas de todas las edades empezaron a crear bellezas en macramé, bordados en diferentes estilos, ñandutí, amigurumis en croché, pintura en acuarela, etcétera.
Se dice que la creatividad brota ante las necesidades y esto se vio al querer realizar manualidades para las que no se conseguían materiales adecuados, pero el ingenio hizo lo suyo y se recurrió a lo que se tenía, logrando así resultados impensados. Una vez más flexibilizada la situación, muchos nuevos fanáticos de este sector acudieron a surtirse con hilos y pinturas de todos los colores y hoy cuentan con nuevos pasatiempos y, en algunos casos, hasta con una nueva profesión.
Funesto en muchos sentidos, un renacer en otros, este año se va con luces y sombras que no dejaron indiferente a nadie.
Fotos: Gentileza.