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Papel se denomina la muestra que reúne obras de mediano formato en grafito y acuarela sobre papel y, si bien no es la primera vez que Yuki Hayashi expone esta técnica y sobre este soporte, es la primera vez que se dedica íntegramente a ello. Lo usual en su carrera es el óleo, confiesa, pero hace unos años se sintió atraída por las transparencias de la acuarela. Trabajar este material también le dio la oportunidad de jugar con los “accidentes” y las manchas diluidas de color, un proceso bastante diferente al del óleo. El recorrido de la exposición empieza con unas primeras obras en las que usa mucho color y, a medida que avanza el itinerario sugerido, este se va destiñendo, esfumando, pasando por aguadas hasta llegar al dibujo puro en grafito o tinta.
Yuki también habla de buscar un posicionamiento para el papel, una revalorización de las obras que utilizan este soporte como casa. Esto en referencia a que, usualmente los precios son más bajos si se trata de papel, cuando la obra no por esto vale menos, explica.
La riqueza del mercado
“Me encanta el Mercado 4”, confiesa. Ya antes había retratado yuyos de tereré y este año quiso retomar el tema del pohã ñana, sobre todo los atados, ya que esta forma de presentarlos es bastante propia de estos lares. Tilo, siempre vive, para para’i, anís estrellado; todo es válido para Yuki, quien trabaja con aquello que más le llama la atención y lo plasma en el papel, no mediante una idealización, sino respetando aquellas partes de las plantas que ya no están frescas, aquellas zonas marchitas, rotas o con algún detalle desalentador, pero que en la mirada de la artista encuentran refugio. Hayashi declara que aquellas imperfecciones le dan un matiz a la obra; ella no retrata una perfección, sino que se deleita en esas hojas que no son enteramente verdes ni simétricas.
Anteriormente incluía planteras u otros detalles alrededor del tema principal, que eran las plantas; aquello fue desapareciendo de su obra y esta se fue enfocando exclusivamente en las protagonistas botánicas, lo que mantiene hasta hoy y es casi un sello suyo dejar esos vacíos a la vista, como parte importante de la composición. Son estos vacíos, o esta limpieza en el cuadro, la principal influencia japonesa de su obra.
Pandemia y arte
El encierro de este año propició que se dedicara aún más a su labor de artista y aquello desencadenó en una producción tal vez más minuciosa y detallista, reflexiona Yuki y agrega que mucho no le molestó la imposibilidad de salir, ya que la pintura y el dibujo en general es un trabajo en solitario, por lo que está acostumbrada a ello. Sí lamenta que sus talleres privados de pintura hayan tenido que parar y admite que migrar a las clases virtuales para impartir su materia en el ISBA fue todo un desafío.
Exponer en estas circunstancias es también una experiencia nueva para la artista y admite que le agrada bastante darse un tiempo para atender a algunas visitas y poder intercambiar opiniones y conocimientos sobre arte, algo que antes no era usual, ya que solo asistía al vernissage y en ese contexto solamente se daba un pequeño saludo, pues aquello era una fiesta y no se encontraba un tiempo para conversar sobre la exposición. La muestra Papel permanecerá abierta por todo diciembre y las visitas son con agendamiento.
Una nikkei
Nacida en Colonia Pirapó, departamento de Itapúa, hace 49 años, la prolífica artista estuvo siempre interesada en la pintura. Estudió formalmente en el Instituto de Bellas Artes y luego hizo un posgrado en Japón. Desde 2003 se dedica también a la docencia en el Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA) y en el Centro de Intercambio Paraguay-Hokkaido, y explica que desde 2003 se comprometió a hacer una exposición al año en Galería Fábrica/Club de Arte. Cumple dicha promesa a rajatabla, lo que hace que esté constantemente explorando formas y colores, principalmente de plantas, su gran inspiración.
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Fábrica Galería / Club de Arte
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Fotos: ABC Color/Pedro González.