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Santacruz pasa horas en un recoveco desconocido por muchos en las grandes iglesias; no todos tienen acceso a la pequeña puerta que acompaña al curioso visitante por la sinuosa escalera caracol que lleva a otro nivel, un refugio sonoro atestado de tubos, maravilla tanto para el experto como para el que desconoce lo que ve. Aquello es excepcional inclusive antes de que empiece a sonar.
El músico cuenta que es sobrino de Manuel Silvio Rodríguez, magistrado y un referente del violín en nuestro país. Él le introdujo al mundo de la música y fue así como Miguel Ángel decidió estudiar en el Conservatorio Nacional de Música (Conamu) –desde los 11 años– donde se formó en piano. Hoy trabaja en dicha casa de estudios como pianista repertorista de la cátedra de canto; también es continuista de música barroca en el Bach Collegium de Asunción y en la orquesta Sonidos de Paracuaria; además es pianista en la agrupación musical de estilo minimalista Trío Blue junto con otros talentosos músicos, como Mar Pérez y Ale Leju. Sin embargo, también se dedica a una cara musical un poco diferente.
Explica el músico que en dicha profesión uno debe apelar siempre a la versatilidad y estudiar para aprender los distintos lenguajes de la música: “Si bien es un lenguaje universal, cada estilo requiere de una profundización de parte del intérprete”.
Fue asistiendo a distintos conciertos de órgano en la iglesia de La Encarnación en Asunción, lo que lo ayudó para ir desarrollando el gusto por dicho instrumento. Cuenta que el sonido misterioso y solemne que desprendía el órgano en el recinto sacro lo impresionaba y fue enamorándose. Comenzando por el hecho de estar ubicado en las alturas, ‘inaccesible a los simples mortales’, lo envuelve aún más de un manto de grandiosidad que, para Miguel Ángel, fue irresistible. Con esta gran inspiración se enfocó en estudiar a profundidad la música sacra y litúrgica. “El papel del órgano en la liturgia es acompañar el canto”, dice y agrega que en la música sacra muchas obras están escritas para órgano solista.
Organista oficial
Desde 2012 es el organista oficial de la iglesia de la Encarnación. Recuerda que, luego de participar como músico en una boda realizada en el lugar, se acercó al padre encargado y le consultó si podía ir a mirar el órgano, fijarse si necesitaba algún arreglo, etcétera, puesto que el religioso le había comentado que hacía un tiempo estaba en desuso. El clérigo aceptó y, con ayuda de un amigo lutier –Jorge Valdovinos–, Santacruz puso en marcha una excelente relación músico-instrumento que sigue dando sus frutos hasta hoy. Este órgano de tubo es de origen alemán, se encuentra en la iglesia desde el 15 de agosto de 1927 y consta de 400 tubos. “Es chico, pero tiene una sonoridad que no tiene nada que envidiar a otros más grandes”, enfatiza. Es de la marca Gebrüder Link Orgelbau, información que no hace mucho descubrió Santacruz haciendo unas reparaciones, mediante las cuales encontró la etiqueta. Cuenta que dicha fábrica ya no existe y, que en el año 1997 el órgano fue desarmado, llevado a Alemania nuevamente y restaurado ya por otra empresa.
Lo ejecuta en las misas de todos los fines de semana y relata que los fieles se acostumbraron tanto al sonido que, si alguna vez no puede asistir, preguntan extrañados qué pasó con el instrumento.
En la Catedral
Además, se desempeña como organista de la Catedral de Asunción desde el ensamblaje mismo del instrumento, actividad de la que formó parte también en el año 2017. El instrumento, de 1600 tubos, es de origen italiano y requiere de muchos cuidados para su correcto funcionamiento. Este órgano, a diferencia del de La Encarnación, tiene la particularidad de poseer dos teclados y pedalera.
Existen varios sistemas de construcción de órganos, siendo el más antiguo el mecánico. Luego está el neumático y el electroneumático, el más moderno. “En el caso de La Encarnación, es del sistema neumático antiguo y el de la Catedral ya es electroneumático”. Los tubos se fabrican de distintos materiales, siendo los más rústicos los de madera, generalmente de madera de pino, estacionada por muchos años. También están los tubos de metal, que se hacen con aleaciones de plomo y estaño, en combinaciones que son secretos de los maestros organeros. “Cada tubo es como una flauta afinada en una nota, cada tubo tiene su medida especial, para que dé la nota correcta”.
De la antigüedad
Según estudios musicológicos, ya existieron órganos hidráulicos en el Antiguo Egipto, pero en el Medioevo tuvieron un auge importante, sobre todo en la ingeniería con la que se conoce al instrumento hoy. Así también explica Santacruz que cada tradición europea presenta sus características propias, por lo que el sonido de un órgano alemán puede diferir mucho de uno italiano o español, por ejemplo.
Actualmente Santacruz es la única persona encargada de ambos instrumentos, pero ahora tiene un discípulo, al que está preparando para la tarea. Mucha gente se acerca queriendo probar el órgano, pensando que es lo mismo que un teclado eléctrico o sintetizador, pero la verdad es que requiere de una manera muy diferente de tocar, empezando por el tipo de música, que es polifónica. “Ya desde el concepto, de que uno es un instrumento de cuerda percutida y lo otro es un instrumento de viento empiezan las diferencias”, explica y prosigue: “Con el órgano, al ser un instrumento de viento, uno puede prolongar el sonido como si se tratase de una voz, tiene un superpulmón, un fuelle que hace que no le falte aire”. Compara a la tarea con la de dirigir un coro, una labor bastante difícil y que requiere de mucho estudio en el área de piano, principalmente.
Cuidados del órgano
Como cualquier instrumento, requiere de un adecuado cuidado y mantenimiento. Principalmente afecta el polvo, y en el caso de la Catedral, está bastante expuesto al hollín que expiden los vehículos de la avenida Mariscal López y su continuación El Paraguayo Independiente. “El polvo puede ir restando sonoridad y, en algunos casos, puede dejar de vibrar la lengüeta de los tubos”, comenta el experto. Además de la limpieza, es un instrumento que requiere de una constante afinación, por lo que normalmente se dedica a ello al menos una vez a la semana, preferentemente los sábados, para dejarlo a punto para la misa del domingo. “Es, en verdad, un trabajo de días no solo de unas horas, ya que son demasiados tubos”, dice. Además agrega que no debe mojarse, y la luz del sol y el calor podrían afectar también la afinación.
Organista de alma
“Amo la música y el trabajo de organista me trae muchísima satisfacción porque es un instrumento que me permite expresarme mucho más allá del piano; aquí tengo mucha posibilidad de colores y cada registro es como un color que puedo ir utilizando”, manifiesta con gran entusiasmo el músico.
En la región, un referente del instrumento es la uruguaya Cristina García Banegas, quien se halla terminando de grabar la integral de obras del excelso músico alemán Johann Sebastian Bach, ante lo que Santacruz expone que “el amor que tenemos todos por Bach siempre nos une en el órgano; es imposible para un músico no relacionar al órgano con Bach”. Dicha organista ofreció un concierto en el Primer Festival de Órgano, que se realizó el año pasado en nuestro país; además dio una clase magistral sobre la música colonial para órgano.
Otros referentes son los franceses Philippe Lefebvre y Jean-Pierre Leguay –ambos con una carrera como organistas en la Catedral de Notre Dame de París–, o Juan Paradell y Josep Solé Coll –organistas del Vaticano–. Un lugar especial le dedica Santacruz en su corazón a la española Montserrat Torrent i Serra, organista de más de 90 años, que actualmente está con sordera y a quien se le atribuyen frases como “La música yo ya la llevo dentro”, y sigue dando conciertos, relata con mucho respeto Miguel Ángel, un músico que cumple todas las semanas con el deleite que supone expresarse a través de la música, en lo alto del coro de dos de las principales reliquias de Asunción. Y como lo escribiera Jesús Ruiz Nestosa" ¿Para qué queremos un órgano de tubos? Pues para escuchar música. ¿Qué otra cosa más noble y excelsa podemos pedir?"
¿Cuándo y cómo disfrutar?
Además de las misas, se requiere del órgano para bodas, misas de 15 años y conciertos. Contrario a lo que sucedió con varias áreas durante la pandemia, Miguel Ángel explica que ahora, en el contexto de las transmisiones online, es mucho más fácil disfrutar de la música que ofrece, aunque la experiencia total no sea la misma que estando en el recinto. De jueves a domingo toca en la misa de las 11:00 en la Catedral, y todas ellas se transmiten por Facebook Live tanto del Arzobispado de Asunción como de Radio Cáritas.
En La Encarnación se puede escuchar el órgano en la misa de los sábados, a las 18:00, y los domingos, a las 10:00, ambas también disponibles en formato online vía Facebook Templo de La Encarnación.
[el dato]
El órgano de tubos de la Catedral es el más grande del Paraguay, con más de 1.600 tubos y un peso aproximado de 5 toneladas. Fue construido e instalado en 2018.
Evolución que nunca termina
Treinteañero, Miguel Ángel comenta que llegar hasta el órgano representa todo un proceso de aprender la música desde los primeros años de piano en el conservatorio (unos siete) más los dos de práctica en el órgano, sin dejar de sumar los muchos años de práctica que de por sí desarrolla todo músico. No podría definirse una cantidad de tiempo para aprender a ejecutar el órgano, ya que es una evolución que nunca termina.
/más info/
Arzobispado de Asunción
Radio Cáritas
Templo de La Encarnación
Fotos: ABC Color/Silvio Rojas.