El sabor irresistible de Areguá

Arrancó la temporada de frutillas. Varias compañías de Areguá se tiñen con el irresistible sabor de esta fruta cuya cosecha es todo un acontecimiento para las familias y un atractivo turístico en la zona. Una tradición que cada vez se consolida más.

Sabrosa y fragante
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Unas cien hectáreas cultivadas con más de 4.000.000 de plantines de frutillas de las variedades Sweet Charlie, Sabrina y Dover hoy se tiñen de rojo carmesí en varios puntos de Areguá: Centro, Estanzuela, Cocue Guazú, Yukyry, Pindolo y Costa Fleytas. La fértil producción permite a los trabajadores del campo comercializar la fruta y sus derivados a precios accesibles al público.

Familias enteras que forman la Asociación de Productores de Frutilla y Afines de Estanzuela (66 productores) y de la Asociación de Frutilleros Aregüeños y Afines (312 productores), hoy ya están en las calles para ofrecer su cosecha en una atípica feria que sufrió varios cambios a causa de la pandemia del covid-19.

“El tempranero” se denomina la primera cosecha que tuvo lugar durante los primeros días de junio. Los plantines fueron cultivados en febrero y abril, que tras una constante asistencia técnica y regadío continuo, además de la complicidad de los días con bajas temperaturas, sol radiante y lluvia necesaria, hoy por hoy, hacen que la exquisita fruta sea además utilizada como base de un sinfín de recetas dulces para todos los gustos.

Tortas, alfajores, pastafrolas, brochet de frutillas bañada en chocolate, empanadas dulces rellenas de frutillas, helados, jugos, licores, mermeladas, postres con crema chantilly y mix de frutas con crema pastelera son solo algunas de las opciones que se pueden encontrar en la Feria de Frutillas 2020 en Areguá.

Desafíos

Las familias productoras en su mayoría también se dedican a la fabricación de coloridas artesanías de cerámica. Ambos rubros son característicos de este distrito y atraen durante todo el año a miles de turistas que colman cada cuadra especialmente del centro de Areguá.

Los alfareros, que a su vez son frutilleros, son personas de escasos recursos económicos que afrontan diariamente grandes desafíos principalmente por la falta de mercado y, también, por la carencia de proyectos gubernamentales que los ayude a expandirse. Pero, aun así, sin la más mínima intención de bajar los brazos y rendirse ante las complicaciones, los pequeños productores inician su jornada laboral al despuntar el alba.

Fermín Godoy (45), presidente de la Asociación de Frutilleros Aregüeños y Afines, asegura que todos los trabajadores del campo aunaron esfuerzos para cultivar, como todos los años. Accedieron a préstamos con facilidades de pagos en cooperativas y en el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH), para comprar los plantines, insecticidas, fertilizantes, solventar el alquiler de los terrenos donde realizan cada plantación y del sistema de riego.

El covid implicó un gasto extra. Para la feria fueron los mismos expositores quienes pagaron la instalación de lavaderos de manos para cada casilla de la exposición y así ajustarse al protocolo exigido por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), con el objetivo de evitar la propagación del virus.

Los productores valoran la asistencia técnica, la entrega de herramientas, semillas y el sistema de regadío, hechos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), pero lamentan el casi nulo interés por parte de la Municipalidad de Areguá y la Gobernación de Central, para aumentar el cultivo de la deliciosa fruta.

Huerta en casa

Con los primeros casos positivos de coronavirus en marzo, nuestros compatriotas se vieron obligados a incursionar en nuevos rubros de supervivencia y generar de esta forma el ingreso económico seguro que les ayude a sobrellevar los gastos diarios de cada familia.

En Areguá, muchos trabajadores comenzaron a improvisar pequeñas huertas, ya sea en el patio de sus casas, así como en el sembradío de las frutillas. La Asociación de Frutilleros Aregüeños y Afines motivó e impulsó a sus asociados a cultivar hortalizas para el consumo diario y para su comercialización “mientras madurara la frutilla”, con el fin de afrontar la crisis.

Raquel Gómez, miembro de la organización, afirma que no fue un trabajo fácil, pero se logró formar 500 huertas donde fueron plantadas lechugas, acelgas, perejil, cebollitas, cilantro (kuratũ), tomates, zanahorias, repollo y locotes. El MAG proveyó las semillas. Actualmente, la Asociación se encuentra trabajando en otros ambiciosos proyectos que beneficien a cientos de familias.

Las variedades de frutillas cultivas son la Dover, que se caracteriza por su sabor agridulce y que es ideal para las recetas culinarias; también disponen Sabrina y Sweet Charlie, ambas muy dulces para consumo directo.

De hacer alcancías a cultivar

Óscar Sánchez (51) es un nuevo integrante de la Asociación de frutilleros Aregüeños y Afines. De profesión alfarero, desde muy joven su especialidad es la fabricación de planteras y alcancías, que las vende casa por casa. Pero desde este año, motivado por Fermín Godoy, el presidente del gremio, decidió cultivar por primera vez frutillas. Apostó por 6.000 plantines de la variedad Dóver.

El agricultor manifestó que ambos trabajos –la alfarería y la producción de la fruta de estación– le permiten sostener a su familia, conformada por su esposa, Isabel Godoy; sus hijos, Lorenzo (26), Óscar (25), Eduardo (23), Estefanía (20) y Jazmín (9).

Hasta el momento logró cosechar de su primera plantación más de 52 kilos que proveyó a los feriantes locales. Gracias a la ayuda recibida por parte del Ministerio de Agricultura –refiriéndose a la provisión de plantines y herramientas– asegura que fue posible abrazar esta oportunidad.

“Mantener el cultivo es muy costoso, pero estoy agradecido con la asociación por esta oportunidad. La venta de la artesanía paró totalmente para mí y mi familia, pero ahora tenemos esta nueva oportunidad y la experiencia es muy buena. Trabajamos en equipo, entre los amigos y parientes plantamos también lechuga, repollo, locote, tomate, zanahoria y cebollita para nuestro consumo. También ya tenemos proyectado cultivar melón y sandía”, anuncia sonriente don Óscar.

Feria de Frutilla 2020

Este año la tradicional Expo Frutilla registra varios cambios y solo se llama Feria de Frutillas y sus derivados, con la idea de que la gente vaya, compre y se retire evitando aglomeraciones.

Los expositores acostumbran ofrecer sus productos sobre la avenida Mariscal Estigarribia, pero esta vez se hizo la reubicación de puntos de ventas sobre la ruta La Residenta en las inmediaciones de la curva Guggiari y sobre la ruta Patiño, en las cercanías del casco urbano de Areguá.

El horario de atención es de lunes a domingos, incluyendo feriados de 8:00 a 20:00. La fruta se ofrece a G. 30.000 el kilo en todas sus variedades y sus derivados se comercializan desde G. 5.000 hasta G. 40.000. Está previsto que la feria se extienda hasta el mes de agosto.

Para los visitantes, al igual que para los vendedores, el uso de mascarilla es obligatorio, cada comprador deberá, primero, higienizarse las manos en los lavatorios instalados antes de realizar sus pedidos. Los productos están debidamente envasados para evitar su manipulación.

Estudiar y ser un gran chef

Adolfo Maqueda Fleytas tiene 19 años, es el hermano mayor de Guadalupe Luján, sus padres son Luis Aníbal Maqueda y Mirian Beatriz Fleytas de Maqueda, quienes se dedican a la crianza de vacas y gallinas, además de vender productos derivados de estos animales.

Cursa el segundo año de gastronomía y sueña con ser un exitoso chef. Comenta que todo lo que cocina, sea dulce o salado, lo hace con mucha dedicación y cariño.

A los 14 años, de la mano de su padre, comenzó a cultivar primeramente frutillas en una finca ubicada en la compañía Estanzuela. Desde este año decidió incursionar en la producción de hortalizas y a la fecha cosecha –además de la frutilla– lechuga, locote, tomate, perejil, cebollita, orégano y zapallito.

“La ganancia que me deja la venta de mis productos lo invierto en mis estudios. No me rendí, me propuse y lo estoy logrando. Tengo el absoluto apoyo de mis padres, así me salgan bien o mal las cosas. Cultivar es una buena alternativa especialmente para nosotros los jóvenes, muchos tienen vergüenza y no deberían”, sostiene Adolfo que no se cansa de admirar su plantación.

Textos y fotos: Gladys Villalba Jara gladys.villalba@abc.com.py

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