Cuarentena con niños y adolescentes

Los niños, por el impacto de la pandemia, han interrumpido su vida escolar, la interrelación con sus amiguitos y hasta la visita a sus abuelos consentidores. ¿Cómo se sienten durante el encierro? ¿Qué efectos les produce la cuarentena? Los profesionales abordan el tema y nos dan recomendaciones.

Cuarentena con niños y adolescentes
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Estamos en el día 103 de la cuarentena. ¿Cómo se sienten los más pequeños, los niños que han dejado de ir al cole, a sus actividades deportivas, recreativas y de arte? La licenciada Mónica Leguizamón de Rojas, psicóloga clínica infantojuvenil, explica que “todos los niños han sido afectados por la pandemia del covid-19, pero algunos sufren más que otros. El mayor impacto a la salud mental de los niños tiene que ver con los vínculos sociales y emocionales, ya que el espacio donde adquieren y practican sus habilidades sociales les fue cerrado. No ven más a los compañeros de juego y estudio, de diversión y distracción fuera de casa”.

Si bien la idea de tener vacaciones, de quedarse en casa con la familia, en un principio pudo haber sido novedosa y hasta agradable, al extenderse en el tiempo produce en los niños sentimientos de tristeza, frustración, irritabilidad, sensaciones de ansiedad y desmotivación. Muchos niños pasan demasiado tiempo frente a los aparatos electrónicos: televisión, computadora, tablet, y esto afecta el sistema nervioso produciendo cambios en el comportamiento como en el vigor o energía, sin hablar de la adicción a la que puede llevarlos, reflexiona la especialista.

Rutina saludable

Para emplear bien el tiempo y aprovechar este año, Mónica Leguizamón sugiere que es importante que los niños tengan rutinas saludables, mantengan sus horarios y actividades, aunque sea de manera flexible. “Recomiendo a los padres establecer metas con los hijos, proponerse objetivos semanales y mensuales. Por ejemplo: elegimos conductas deseables, como colaborar en el hogar, terminar tareas, soltar el dispositivo, y marcamos en una hoja utilizando una carita feliz por cada día que lo vaya logrando. Al final de la semana sumará cinco para obtener un superpremio, un segundo por cuatro caritas, y seguir participando si obtiene tres caritas. Los premios pueden ser actividades, no regalos costosos, pero nunca debemos utilizar caritas tristes.

Una meta mensual sería leer un libro corto, aprender una receta simple como hacer un sándwich diferente, enseñarle juegos tradicionales de nuestra infancia y que ellos nos enseñen los suyos: “Este año no debe importar tanto las calificaciones o la rapidez en la realización de las tareas, sino que aprendan cosas para la vida, se adapten a las clases virtuales y resistan”.

Muchos chicos preguntan por qué no pueden ver a sus abuelos, tíos o amiguitos como antes. “Es natural que extrañen, se sientan tristes o enojados. En estos casos es fundamental que validemos sus emociones, lo cual significa darle importancia a lo que sienten, explicarles que está bien estar triste o enojado, porque son emociones normales y lo trascendente es qué hacemos con ellas. Por ejemplo, si estoy triste, a mí me ayuda a cantar, podemos escribir una cartita, sacarnos unas fotos, hacer una videollamada a los abuelos, pedirles que nos cuenten una historia, hacer la tarea o jugar mediante videollamada. Esto es enseñarles a abrazar con palabras y acciones hasta que podamos reencontrarnos con nuestros seres queridos”.

Cómo ayudan mamá y papá

Es bueno que los niños jueguen con sus padres, hacerse de tiempo para compartir un momento divertido y de disfrute. “Motívelos a realizar actividades físicas para que gasten energía y, para ello, adapten un espacio de la casa para llevar a cabo las actividades escolares de manera que puedan asociar ese lugar con el trabajo intelectual, y así su cuerpo y mente se dispongan a las tareas”.

La psicóloga también aporta que es necesario tomar en cuenta los intereses y destrezas de sus hijos para proponerles actividades. “Mantengan una rutina saludable con horarios y actividades que puedan perdurar, eviten exponerlo a demasiadas conversaciones fatalistas de adultos, establezcan momentos para conversar, saber lo que piensan, sienten y aclaran sus dudas. Salgan al patio a jugar libremente o busquen espacios verdes guardando las medidas de protección, favorezcan los contactos sociales con amiguitos y familia para que no se pierdan los vínculos sociales. Sean creativos, muestren lo que SÍ se puede hacer y no solo los NO de la pandemia”.

Mantener una actitud positiva, cuidar la alimentación evitando el exceso de dulces y el consumo abundante de agua ayudan mucho, así como en las familias religiosas promover la confianza en Dios.

Muchos adultos están agobiados por este tiempo de incertidumbre, quizás perdieron su fuente de ingresos, su trabajo. Pero en el trato a los infantes se debe tener en cuenta que todos estamos pasando por tiempos difíciles que van a pasar mientras evaluamos las prioridades. Lo importante es mantener un ambiente de paz evitando peleas y tensión mientras la situación pasa.

Adolescentes encerrados

Los daños psicológicos y emocionales que viven los adolescentes con estos cambios son todavía difíciles de evaluar. Van desde el hastío hasta una leve depresión. La licenciada Yerutí Montaner Klein, neuropsicóloga del desarrollo, aporta algunas ideas: “El daño más grande lo están sufriendo los alumnos del último año, los del tercer curso de la media a nivel psicosocial, ya que con mucha ilusión han preparado su último primer día –UPD–, viajes, campamentos, intercolegiales, fiestas, etc. Y lastimosamente no podrán realizar, como los demás cursos. Quizás el año que viene se pueda volver a la normalidad”. Lejos de sus pares, aunque cuenten con la tecnología para comunicarse, “a nivel psicológico, los adolescentes están atravesando, además de su crisis evolutiva natural, el encierro, la frustración de no poder compartir con sus amigos, que suele ser el cable a tierra en esa edad. Se manifiestan ciertos síntomas, como angustia, ansiedad, depresión, conductas disruptivas con padres, hermanos, tíos, abuelos y primos”, advierte la experta.

El noviazgo o las relaciones de algunos adolescentes también se ven afectadas, por más que cuentan con la tecnología, ya que los acerca en la comunicación, pero no de manera total, nada reemplaza el contacto humano”, reflexiona la profesional.

Con este panorama y ante la fase 3, la licenciada Yerutí Montaner recalca que muchos de los adolescentes viven con sus abuelos o los frecuentan, por ende, sería bueno tomar conciencia de que todos podemos ser vectores. “Siempre la prevención será mejor que la enfermedad, entonces, los chicos podrán tal vez reunirse, pero respetando las reglas sanitarias, como la cantidad de personas, formando grupos de a cuatro e ir rotando. Además, el uso de tapabocas, estar a la distancia reglamentaria, no compartir tereré ni otros utensilios. Cada uno debe tener su alcohol en gel, su bebida y realizar la magia de la resiliencia, con creatividad. Por ejemplo, hacer tapabocas con algún motivo de la promoción del colegio, o del grupo social al que pertenecen (de ballet, fútbol, etc.)”.

Buenos consejos

Si tenemos hijos adolescentes, hablemos con ellos. “Como en toda situación negativa, existe siempre algo positivo, después de que todo pase volverán a reunirse, serán la promoción que más se reúna, van a festejar juntos cada logro de los integrantes, cualquiera sea la excusa, mucho más unidos, con más valores. El aprendizaje que debe dejar esta pandemia en la etapa de la adolescencia donde se forman las habilidades sociales, las estrategias de afrontamiento es que no existe cosa más sagrada que la amistad, que un abrazo no es reemplazable por nada, enseña también el valor de las personas y no así de las cosas. Nos hace más humanos participando de actividades solidarias con los que más necesitan”.

Sugerencias para los jóvenes

- Realizar actividad física entre dos personas, por ejemplo, caminatas.

- Muchos adolescentes están viviendo con el horario invertido, se mantienen despiertos de noche y duermen de día, y suele ser un conflicto familiar por las clases online. Es una situación que afecta considerablemente la salud física y psíquica, por eso es necesario regular los horarios de sueño.

- La incertidumbre crea en la mayoría de los seres humanos mucha angustia y ansiedad, y eso se acrecienta en los adolescentes, ya que los mismos se encuentran en una etapa de muchos cambios a nivel hormonal, social y psíquico. Es allí donde hay que empoderarlos con informaciones oficiales, certeras y no recurrir a los fake news, que solo generan más intranquilidad.

- Es importante que los padres valoren los sentimientos y preocupaciones de sus hijos, que realicen un acompañamiento cercano a las dudas y a las emociones.

Signos de alarma

Ante estos signos de alarma es recomendable consultar a un profesional del área de salud mental porque puede verse involucrado el riesgo de vida. La buena comunicación entre padres e hijos es la mejor prevención.

- Autolesiones o comportamientos autodestructivos.

- Cambios bruscos y frecuentes de humor.

- Uso o abuso de alcohol o sustancias.

- Amenazas de hacerse daño o a otros.

- Aumento o pérdida de peso.

- Estallidos frecuentes de agresión o enojo.

- Cambios en la apariencia, descuido personal.

- Pesadillas recurrentes.

- Salidas o escapes del hogar.

mirtha@abc.com.py

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