Curar nuestras heridas

Oportunamente, la psicóloga Mercedes Camperi lanzará un libro que trata sobre la fragmentación. “Vivimos fragmentados; es parte de la condición humana. Sufrimos, pero si nos ocupamos, podemos gerenciar ese dolor”, dice.

Curar nuestras heridas
Curar nuestras heridas

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La autora de Fragmentación y Vida-experiencias de la práctica cotidiana explica: “La fragmentación es una experiencia emocional intensa donde se pierde la integridad, el eje y la conexión con uno mismo. Las memorias antiguas se conectan con las experiencias actuales y se mezclan; sentimos que el contacto con nosotros mismos, con uno mismo disminuye. Al mismo tiempo, la experiencia del presente invade nuestro interior con un caudal de emociones, sentimientos y sensaciones que no podemos administrar, produciendo de esa manera una distorsión de la realidad”. Mercedes Camperi aguarda el momento preciso para lanzar su quinto libro, esta vez pensado para aquellos que quieran conocerse más, aprender a lidiar con sus emociones, a gerenciar su mundo interior. “Es corto, escrito en lenguaje sencillo, se puede utilizar solo o acompañado de una terapia. Mi intención es que el libro le sea útil a muchas personas, es adaptable a todos”, apunta la profesional.

–¿Qué sucede en nosotros al estar fragmentados?

–Mucho material de nuestro inconsciente –como las viejas memorias y las heridas– se mueve, se está actualizando en nuestro interior a través de las experiencias presentes y no somos conscientes de ello. Entonces, no solo tenemos que lidiar con la experiencia dolorosa o difícil actual, sino también conteniendo la herida del pasado que se vuelve a abrir. Cuando estamos en quiebra emocional, lo primero que se pierde es la presencia y la capacidad de tener fe en la vida.

–Indefectiblemente, en algún momento difícil de la vida nos quebramos…

–La fragmentación es parte de nuestra condición humana, porque tenemos un mundo emocional, nos hallamos sufrientes desde el día de hoy y, posiblemente, hasta el último día de nuestra vida. Algunas situaciones son leves; otras, las que tocan heridas más profundas, nos impactan más y pueden durar más tiempo. Si nos ocupamos de ellas, estos cuadros de quiebre pueden ser gerenciados por nosotros mismos y podemos recuperarnos más rápidamente, el dolor y el impacto pueden ser manejados y amortiguados.

–¿Qué nos lastima?

–Las situaciones dolorosas se producen cuando las heridas del pasado no están siendo actualizadas por las experiencias presentes y no somos conscientes de ello.

–¿Cuánto tiempo nos lleva curarnos?

–El tiempo en el mundo interior es muy relativo.

–¿Qué sucede cuando no tratamos una experiencia así, en que nos sentimos rotos?

–Si no nos ocupamos, nos puede habitar mucho tiempo y así prolongar el sufrimiento, la preocupación, el malestar; si no trabajamos las heridas que están detrás de ellas, vuelven a aparecer en nuestras vidas cada vez que pueden una y otra vez, como patrones repetitivos y no entendemos mucho lo que nos pasa.

–Cuando nos ocupamos, ocurre todo lo contrario.

–Afrontar nuestras fragmentaciones es una oportunidad que nos regala la vida para aprender a conocernos a través de ellas. Muchas líneas de psicología y filosofía de vida admiten que las mejores oportunidades de aprendizaje se dan a partir de las sensaciones de dolor o de vivencias que nos impactan. Así podemos pasar por un proceso que va de una experiencia dolorosa a hacer un salto en nuestra evolución y, lo más importante, aprender a sanar nuestras heridas, responsabilizarnos de ellas y recomponernos.

–¿Los niños también se fragmentan?

–Sí, y hay que ayudarlos a que entiendan lo que les está pasando. No esconder, tapar o minimizar sus procesos emocionales, darles herramientas para que vayan conociendo el funcionamiento de la inteligencia emocional. En este mundo la emotividad y el cuidado de la salud mental son los grandes ausentes de la cultura y la educación en todos los niveles. La infancia es lo que más marca el mundo sensitivo, en esta etapa es el momento de ser buen padre y buena madre, desde lo que podemos, desde nuestra humanidad.

–¿Cómo ve las heridas de la sociedad hoy?

–Creo que en este momento estamos viendo una fragmentación a nivel planetario, global por un mismo tema como hace tiempo no experimentamos. También podemos ver las diversas reacciones que sacan lo peor y lo mejor de nosotros mismos, miedos, desafíos, creencias. Es un momento ideal para ocuparnos de todo esto, y las acciones colectivas son las que nos van a dar más pistas sobre la luz al final de este túnel confuso que estamos atravesando.

–El covid-19 lo ha cambiado todo.

–Con esta pandemia del covid-19 podemos estar teniendo muchas fragmentaciones y de diversos tipos. Esta situación puede estar tocando temas más profundos de nuestra historia y, ante el caos, la incertidumbre, las visiones o creencias que se desmoronan, el aislamiento, el encierro, el hacinamiento en la casa pueden estar tocando heridas antiguas no elaboradas y tal vez siendo actualizadas en este difícil contexto. Podemos estar sintiendo mucha soledad, invasión, pérdida de control, no saber en qué creer, hacia dónde ir o qué hacer a ciencia cierta. El sentido de nuestra vida, nuestras motivaciones y los mecanismos de defensas estarán muy activos y en alerta. Entender lo que nos puede estar pasando y movilizando interiormente ayuda a transitar este camino con mayores riesgos, mejores recursos y mayor conciencia.

Herramientas que proporciona el libro

- En el libro hay guías y procesos. La fragmentación tiene etapas y pasos que no son difíciles de seguir:

- Reconocer que estamos en un cuadro de rotura y eso conlleva a una situación emocional delicada.

- Identificar qué nos fragmenta.

- Saber que vamos a salir de esto, una vez más.

- Reconocer los signos conductuales, corporales, emocionales, mentales, etc.

- Qué experiencia del pasado está siendo movilizada y separar esos escenarios.

- Sostenerse con mensajes sanadores, frases, mantras que estemos necesitando en este momento, apelando a nuestros sanadores interiores, recursos personales y guías espirituales.

- Volver al presente, al centro y empiezo a integrarme nuevamente.

lperalta@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Diego Peralbo.

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