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Aunque la tradición se inició en Roma, el recorrido de las siete iglesias es una de las prácticas más comunes de Semana Santa en toda Latinoamérica, como símbolo de acompañamiento de los fieles a Jesús, recordando la noche que fue apresado y crucificado.
En la primera iglesia se recuerda su recorrido desde el Cenáculo, donde celebró la última cena con sus apóstoles, hasta el huerto de Getsemaní. En la segunda parada se medita sobre su paso por la casa de Anás, donde fue interrogado. En la tercera, la oración se centra en su visita a la casa de Caifás, donde le escupieron y recibió injurias. El recorrido de Jesús continuó con su comparecencia ante Pilatos (cuarta iglesia), donde fue acusado con falsos testimonios.
En la quinta iglesia, los fieles acompañan a Cristo en su comparecencia ante el rey Herodes para, posteriormente, regresar ante Pilatos (sexta iglesia), donde fue condenado a muerte. El recorrido termina con la séptima iglesia, que recuerda su camino hasta el monte calvario llevando la cruz a cuestas hasta su paso al sepulcro, donde resucita al tercer día.
Catedral Metropolitana de Asunción
Ubicada en pleno microcentro de Asunción, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción fue inaugurada en 1845, conservando su misma estructura hasta la actualidad. Tuvo varias reconstrucciones desde la fundación de la ciudad y, aparte de la Santa Patrona y Mariscala del Ejército, alberga al santo patrono del Paraguay, San Blas.
El 11 de julio de 2015, el actual sumo pontífice de la Iglesia católica, el papa Francisco, celebró una misa en este templo mayor.
Catedral de San Lorenzo
Su construcción tardó unos 50 años en completarse, para ostentar hoy un estilo neogótico. Erigida en honor a San Lorenzo, es considerada única en el Paraguay por su imponente estructura y singulares detalles. Su característica reside en la prominencia de sus bóvedas, que son de fina madera con un enriquecimiento pictórico que las recubre.
La Candelaria de Capiatá
No existen datos precisos sobre su construcción, pero la misma data de mediados del siglo XVIII. Es una de las más preciadas joyas de la arquitectura paraguaya, con un retablo mayor barroco colonial tallado en madera con diversas figuras sacras, utilizando policromía para darle color. Tiene dos figuras laterales, confesionario y púlpito; todo realizado en madera.
Nuestra Señora de la Candelaria en Areguá
Construida en el mismo lugar donde alguna vez estuvo el oratorio de los mercedarios, conserva a la fecha las restauraciones que le fueron realizadas entre 1912 y 1914. Su belleza arquitectónica y su ubicación sobre la loma hacen de esta iglesia una de las más bellas y visitadas durante cualquier época del año. En 2010 se inauguró el juego de luces que le dan un esplendor por las noches en el centro de la capital de Central, Areguá.
Templo San Buenaventura
Llamado así en honor al Santo Patrono de Yaguarón, es uno de los legados más importantes de los franciscanos en nuestro país. Austera en su fachada, destaca únicamente por su campanario separado del bloque principal. Sin embargo, por dentro esconde un maravilloso trabajo artístico realizado en su retablo mayor, altares, pilares y techo. Es una verdadera obra monumental visitada frecuentemente en cualquier época del año.
Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros
Templo sagrado inaugurado en 1765, es un lugar de peregrinación cada 8 de diciembre, fecha en que se celebra a la Virgen de los Milagros de Caacupé. Además de su estatus de catedral, es considerado santuario nacional y basílica menor.
Durante la Guerra contra la Triple Alianza fue un lugar de recogimiento y de hospital; mientras que durante la Guerra del Chaco fue considerado como el Altar de la Patria.
Junto con otros dos santuarios en el mundo (la de Czestochowa, en Polonia, y Montserrat, en Catalunya, España), la Basílica de Caacupé es la única a nivel mundial que reúne las condiciones esenciales de fe de un país. A la fecha recibió la visita de dos papas: Juan Pablo II, en mayo de 1988, y Francisco, en julio de 2015.
Santuario Dulce Nombre de Jesús
Erigido en honor al Santo Cristo de los Milagros, esta iglesia también recibe el nombre de Ñandejára Guasu, patrono de la ciudad de Piribebuy. De origen franciscano, también destaca por los trazos jesuíticos, que bien se puede apreciar en en el púlpito, el sagrario y en los confesionarios que poseen las siglas JHS, propios de la Compañía de Jesús. Su retablo tallado a mano es uno de los más bellos que posee el país.
Fotos: ABC Color/Archivo