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Es un lujo compartir un momento especial alrededor del té, el segundo producto más consumido después del agua, nos cuenta la argentina Inés Berton, especialista en blends de esta milenaria bebida.
El té llegó de un modo casual a su vida. A los 18 años descubrió que tenía un olfato absoluto. “A partir de allí empecé a estudiar para ser perfumista en Francia, pero después me especialicé en cosechas de té con una mentora japonesa en Nueva York”.
Al regresar a la Argentina, en el 2001, decidió emprender su propia marca de té en Buenos Aires, Tealosophy, para ofrecer mezclas únicas. Desde entonces no ha parado de crear y brindar experiencias únicas de sabor.
Un cuaderno de notas es su principal aliado. Allí escribe sobre perfumes o sensaciones, alguna poesía o canción que le guste o inspire. “Siempre está dando vueltas ese famoso cuadernito con notas y a partir de eso tengo una especie de biblioteca: por un lado, todas las cosechas puras del nordeste de India, al pie del Himalaya, Butam, la región de Sri Lanka y las plantaciones en el sur de Shangái y Japón. Después está todo lo que son ingredientes, como vainillas de Madagascar, cítricos del Mediterráneo, rosas amarillas de Irán y clementinas de Calabria. Y luego empieza el camino de qué es lo que quiero contar como, por ejemplo, recrear el perfume de los mercaditos de especias de la India”, dice acerca de la magia que la envuelve en el momento de pensar en el blend que preparará.
El lujo accesible
Inés vino invitada a Asunción por Alejandra Burró, de la agencia Boarding Pass, para quien creó un blend especial con ramas de canela, cardamomo, jengibre y almendras tostadas. Las opciones para ella son miles en el momento de crear. “Es un caleidoscopio absoluto, no tiene límites siempre y cuando hagas un té honesto con ingredientes honestos. Como perfumista, uno busca la base corazón, el blend que conduce”, explica.
El té es una cultura milenaria. En Latinoamérica comienza a tener más seguidores. “Lo que pasa es que antes la gente pensaba en el té como algo para cuando duele la panza o la garganta, y hay que entender que en realidad es un lujo accesible. Es poder despertarte y pensar en vainillas de Madagascar, cacao de Venezuela y naranjitas tostadas. ¿Por qué vas a hacer el ahorcado con un saquito cuando en realidad podés pensar en componer algo que sea mucho más rico?”.
Para Inés, una tetera humeante es una gran compañía siempre. “A la mañana me gusta quedarme un rato escribiendo con una tetera al lado. Y también me encanta tener una jarra de té frío a mano. Después de almorzar tomo algo digestivo y antes de dormir busco algo relajante. Creo que el té siempre es una buena compañía, porque lo que tiene te reconforta. Es un bálsamo para los sentidos”, reflexiona, dejando en claro que su pasión de vida es sencilla, pero infinita.
Creadora internacional
Inés ha diseñado blends para el Dalái Lama, la diseñadora de modas Carolina Herrera, la actriz Uma Thurman, el escritor José Saramago, los Reyes de España y el cineasta francés Luc Besson, lo mismo que para marcas y grandes cadenas hoteleras. Creó también el té que tomaron los presidentes en la última cumbre del G20
maponte@abc.com.py
Foto: ABC Color/Heber Carballo.